No temeré al futuro
¡La muerte no tiene victoria ni aguijón! Gracias, Señor, por la victoria que me das por medio de nuestro Señor Jesucristo. No temeré al futuro porque en Ti confío. Viviré por fe, no por vista. Vengo a Jesús porque su yugo es fácil y su carga es liviana y Él proporcionará descanso para mi alma. Ayúdame a arrojar sobre ti toda mi ansiedad y mis temores. Dios, se que Tú te preocupas por mí. Dame fuerzas para mantener el rumbo de hacer el bien, porque a su debido tiempo recogeré una cosecha si no me doy por vencido. Y nada ni nadie puede separarme de Tu amor perfecto, ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, el presente, el futuro ni ningún otro poder, porque estoy seguro en Tu amor. Amén