Dios Provee para las Necesidades "A su Tiempo"
En las Escrituras leemos que Dios prometió a Su pueblo que, si andaban en Sus caminos, Él haría «que llueva a tiempo, y que la tierra produzca, y que los árboles del campo den su fruto» (Levítico 26:3-4, RVR1960). No se trataba de una recompensa instantánea. No eran resultados «bajo demanda». Sino bendición, en su momento señalado, de acuerdo con lo que es apropiado, conforme a Su sabiduría divina. Esta verdad aún gobierna el mundo de los negocios hoy.
Dios no actúa conforme a nuestros
calendarios ni a nuestras expectativas. Sus acciones nunca se retrasan, nunca
se apresuran, nunca están desalineadas. Se mueve en absoluta armonía con Su
voluntad, según lo que es adecuado en la perspectiva de la eternidad. Y eso nos
resulta profundamente incómodo. Hemos sido entrenados para medir el valor por
fechas de entrega y resultados. Valoramos la rapidez. Premiamos los logros
tempranos. Pero Dios no está sujeto a nuestra urgencia. Sus promesas no son
transacciones; son promesas de pacto. Su tiempo no es mecánico; es preciso. Y
Sus movimientos no son arbitrarios; son oportunos.
Esta es la prueba de fe para cada líder:
¿Estamos dispuestos a rendir no solo nuestras ambiciones, sino también nuestras
expectativas? Gran parte de nuestra frustración en el liderazgo y en la vida no
proviene del fracaso; proviene del deseo desfasado en el tiempo. Demandamos
resultados en nuestro calendario y lo llamamos «visión». Pero, ¿y si la espera
no es castigo? ¿Y si es preparación?
Por eso la paciencia es un fruto del
Espíritu Santo (Gálatas 5:22). No es una disposición pasiva. Es resistencia
fortalecida por el Espíritu Santo. Dios da paciencia porque sabe lo que no
podemos ver: cómo la formación debe preceder al fruto; cómo las raíces deben
profundizar antes de que llegue la cosecha. Esperar no es debilidad. Es la
fortaleza de confiar cuando todo en ti quiere actuar. Como promete Isaías
40:31: «Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán»
(RVR1960).
Daniel Tan, un ingeniero agrícola
cristiano en Malasia pasó años desarrollando una herramienta de riego de bajo
costo para servir a agricultores rurales. Creía que venía del Señor, una
innovación para restaurar la dignidad y abrir puertas para el testimonio del
evangelio. Pero durante cinco años no pasó nada. Retrasos del gobierno. Fondos
perdidos. Silencio en respuesta a sus oraciones. Luego, en el sexto año, una
organización no gubernamental descubrió el prototipo de Daniel. En cuestión de
meses, la herramienta se usaba en todo el sudeste asiático, junto con enseñanza
bíblica sobre mayordomía y el concepto de esperanza. Más tarde se dio cuenta:
La demora no fue rechazo, fue formación. Dios no solo estaba preparando el
producto. Estaba preparando al hombre.
Así es como obra Dios. Siempre con
precisión. Siempre con propósito. «Pero cuando se cumplió el tiempo
señalado, Dios envió a su Hijo...» (Gálatas 4:4, RVC). Jesús no apareció
antes ni después. Vino en el momento exacto en que los caminos, el idioma y los
corazones estaban listos para la redención mediante el mensaje transformador de
vida. Ni un segundo antes Ni un segundo después. Dios actúa cuando es
apropiado. Su tiempo es perfecto.
Entonces, aquí está la pregunta que
enfrenta todo discípulo en el mundo laboral: ¿Puede tu fe acomodar el tiempo de
Dios? ¿Pueden tus oraciones pasar de “Señor bendíceme ahora” a “Señor, forma mi
vida, mi trabajo y mi familia hasta que la bendición que has preparado sea
verdaderamente apropiada para mí”? ¿Estás dispuesto a rendir no solo tus
resultados, sino también tu calendario? La lluvia vendrá. La tierra dará su
fruto. Pero solo a su tiempo.
© 2025.
Christopher C. Simpson se dedica a fomentar una fe
cristiana audaz y triunfante en el mundo global, impulsado por una profunda
convicción en el poder transformador del Evangelio. Antes de convertirse en
presidente de CBMC International, Chris dedicó 28 años a una distinguida carrera
en el sector público, como oficial al mando del Cuerpo de Marines de los EE.
UU. y sirviendo en el Servicio Secreto de los EE. UU., responsable de proteger
a siete presidentes estadounidenses y liderar equipos de élite en misiones
internacionales complejas y de alto riesgo. Con su esposa Ana, originaria de
Nicaragua, y sus tres hijos, Chris reside en Boca Ratón, Florida.. Traducción de Dr. Luis Cerviño.
© MANÁ DEL LUNES
es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL, una organización
evangélica sin objetivos de ganancia, ni filiación denominacional, fundada en
1930, con el propósito de presentar Jesucristo como Señor y Salvador en la
comunidad de negocios e profesional. También disponible en Inglés, Alemán,
Italiano, Japonés y Portugués.
© 2025 DERECHOS
RESERVADOS PARA CBMC BRASIL. Comuníquese con nosotros adm.mana@cbmc.org.br
- www.cbmc.org.br
La reproducción total o parcial necesita de autorización. - Si no quiere mas
recibir este semanario, contacte a la persona que se lo envía, o caso lo reciba
de CBMC BRASIL, v hisite
www.cbmc.org.br
Comentarios
Publicar un comentario