A Dios sea la gloria
Cuando me despierto por la mañana, siempre empiezo el día con oración. Por lo general no es una oración larga, sino una breve alabanza, agradeciendo al Señor por un día más para vivir para Él. A menudo me encuentro en un estado de ánimo introspectivo, haciendo preguntas. ¿Estoy viviendo de tal manera que Dios sea glorificado? ¿O estoy tomando la gloria? ¿Estoy agradecida o me estoy quejando? ¿Son mis acciones jilul Hashem (profanación del nombre de Dios) o kidush Hashem (santificación del nombre de Dios). Yo compartí estos pensamientos con nuestros amigos israelíes, Danni y Rina, y descubrí que ellos están haciendo las mismas preguntas. Dios se mueve en nuestros corazones y trabaja para alinearnos con Sus caminos. Hace décadas, Tom y yo trabajábamos para un ministerio que atravesaba momentos difíciles cuando el líder cayó en desgracia. En aquel tiempo, el Señor me mostró una Escritura en Isaías: “ La mirada altiva del hombre será abatida, y humillada la soberbia de los hombres. Sol