En este viaje de la vida, todos tenemos expectativas. Ponemos nuestra esperanza en un evento o persona, en nuestro esfuerzo o habilidad, pero ¿qué pasa cuando esa expectativa no se cumple? ¿Qué pasa cuando esa relación fracasa, o ese negocio no se da, o ese bebé no llega? ¿Qué hacemos cuando el diagnóstico es negativo y el futuro se ve desalentador? Esa fue la historia de los primeros seguidores de Jesús. Ellos tenían la esperanza de que Jesús era ese Mesías que tanto estaban esperando - el que vendría a traer salvación de la opresión que estaban viviendo. Nunca pensaron que ese Rey sería uno que escogería caminar por donde nosotros mismos caminaríamos, un Rey humilde, tierno, uno que amaría estar con los niños, que dignificaría a la mujer, ayudaría al más débil y levantaría al caído; uno que enseñaría con su propia vida y muerte lo que realmente significa amar. En este pasaje vemos la decepción de estos seguidores de Jesús; porque cuando Jesús murió, la esperanza murió con Él. En esa