Servir a los Demás y Ser Tratado Como un Siervo
En
los negocios, escuchamos términos como "líderes empresariales",
"ejecutivos corporativos" y empresarios para referirse a personas que
ocupan puestos de influencia y autoridad. Pero ¿con qué frecuencia escuchamos a
las personas describirse a sí mismas como "siervos", a menos que se
estén quejando?
El
término sirviente puede considerarse degradante, un término de poco valor para
alguien. Algunos incluso podrían verlo al mismo nivel que un esclavo. Pero en
un sentido real, “liderazgo de servicio” no es solo un término legítimo, sino
también un enfoque de empoderamiento que puede maximizar la productividad
individual y organizacional.
Podemos
encontrar numerosos ejemplos de altos ejecutivos que han adoptado el liderazgo
de servicio al utilizar los dones y talentos de los empleados y miembros del
equipo, capacitándolos para darles el mejor uso posible. Pero requiere la voluntad
de priorizar las necesidades e intereses de los demás primero y darles una
participación en asuntos de importancia para ellos.
La
Biblia habla de esto en Filipenses 2:3-4: «No hagan nada por ambición
egoísta o vanidad, sino que con humildad consideren a los demás mejores que
ustedes mismos. Cada uno de ustedes debe buscar no solo sus propios intereses,
sino también los intereses de los demás». Es normal que las personas
con autoridad esperen privilegios especiales y deferencia debido a sus posiciones,
pero como dice el pasaje, se requiere humildad para anteponer los intereses de
los demás a los propios.
El
liderazgo de servicio no se limita solo a los altos ejecutivos y las personas
en funciones de supervisión. Un empleado puede liderar sirviendo a otros sin
importar su estatus en la organización. Como instruye Efesios 6:5-8: «Esclavos
[empleados], obedezcan a sus amos terrenales [empleadores] con respeto y temor,
y con sencillez de corazón, así como obedecerían a Cristo. Obedeciendo no sólo
para ganar su favor cuando los estén viendo, sino como esclavos de Cristo,
haciendo la voluntad de Dios desde su corazón. Sirvan de todo corazón, como si
sirvieran al Señor, no a los hombres, porque saben que el Señor recompensará a
todo el mundo por el bien que haga, sea esclavo o sea libre».
En
realidad, el liderazgo de servicio rara vez resulta fácil para ninguno de
nosotros. Como ha observado Ken Korkow, colaborador de Monday Manna, la
determinación de servir a otros en el mundo de los negocios tiene sus inconvenientes:
“Sabrás
que eres un sirviente cuando te traten como tal. Quiero que la gente me vea
como un buen siervo de Dios. Quiero que se impresionen con mi compromiso
abnegado con el Señor y con los demás. ¡Pero esa no es la marca de un verdadero
sirviente!”
“Un
verdadero sirviente es aquel que trabaja en las sombras, incluso invisible, sin
llamar nunca la atención sobre sí mismo, simplemente conociendo, anticipando y
cumpliendo el deseo del amo. Para los creyentes en Jesucristo, esto significa
servirlo a Él y a las personas que Él envía en nuestro camino”.
En
nuestro deseo de convertirnos en siervos de Jesucristo en el mercado, debemos
mirarlo a Él como el ejemplo principal. Él dijo: «Porque ni aun el Hijo del
Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate
por muchos» (Marcos 10:45). Cuando consideramos que, para Jesús, dar Su
vida significaba morir en una tosca cruz de madera para expiar los pecados de
la humanidad, entendemos lo que realmente significa ser un siervo. Incluso si
implica lo que a menudo describimos como hacer “el último sacrificio”.
Por Robert J. Tamasy - MANÁ DEL LUNES es una edición
semanal de CBMC INTERNATIONAL
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