Celebrando 70 Años de Fidelidad
Israel ciertamente está acostumbrado a ver las
calles llenas de exuberante celebración, danza y canto en gratitud a las bendiciones
de Dios. Cada año en Yom Ha’atzmaút (Día de Independencia)
y Yom Yerushalaim (Día de Jerusalén), miles de personas cantan
y danzan toda la noche, dando gracias a Dios por Su regalo de un nuevo terruño
judío. Pero ninguna festividad, pasada o futura, se comparará con la
celebración nacional de tres días en que Israel festejará los 70 años desde su
nacimiento en el mes de abril de 2018, denominada como “Un Legado de
Innovación.” Setenta años amerita setenta horas de celebración continua,
comenzando con el más grande despliegue de fuegos artificiales en la historia
de Israel. Luego vendrá una fiesta toda la noche a lo largo de los 70
kilómetros de playa desde norte a sur. También incluirá varias paradas
“sencillas” y quizás una por la Fuerza de Defensa Israelí; fiestas en todo el
país con bailes y cánticos folclóricos honrando el momento del nacimiento de su
nación en 1948; festividades por todas las calles, culminando con servicios
de shabat y una extravaganza musical el sábado por la noche.
Obviamente, hay algo muy especial en este
cumplimiento de 70 años. Vemos muchas menciones en la Biblia de personas que
cumplieron los 70 años y su gran significado al respecto. En el Salmo 90:10, el
rey David dice: “Los días de nuestra vida llegan a setenta años; y en
caso de mayor vigor, a ochenta años. Con todo, su orgullo es sólo trabajo y
pesar, porque pronto pasa, y volamos.” La importancia de los setenta
años parece ser relevante tanto para los religiosos como los no religiosos.
Una Edad Significativa
Setenta años parecen ser importantes en culturas
alrededor del mundo desde hace bastante tiempo. Expertos en Estados Unidos y
Canadá, por ejemplo, usan la edad de 70 años como indicador para la general
expectativa de vida. El individuo promedio que llega a los 70 años podría
esperar celebrar como 14 años más. Incluso, existen ramificaciones financieras:
aunque uno pudiera comenzar a recibir beneficios del retiro de empleo a los 62
años, los que esperan hasta llegar a los 70 años para comenzar a recibir los
beneficios recibirán un 132% más que los que se jubilan a una edad menor.
La historia también nos evidencia que personas a
los 70 años de edad realmente no van en descenso, como algunos pudiesen pensar.
Benjamín Franklin ayudó a redactar la Constitución de Estados Unidos a los 70
años, quien fue el firmante de más avanzada edad, mientras que Winston
Churchill tenía 70 años en 1945 cuando llevó Inglaterra a la victoria durante
la Segunda Guerra Mundial. Golda Meir llegó a ser Primera Ministra de Israel a
los 70 años de edad y cuando recibió su primer reconocimiento académico. Mark
Twain aludió a su cumplimiento de los 70 años cuando expresó haberse parado
orgullosamente sobre la cumbre de sus siete décadas para ser profesor. El
número también es significativo en el budismo y en el islam.
¿Qué Dice la Biblia?
Por otro lado, ¿por qué es 70 tan importante para
la nación de Israel? Personas cristianas y judías pueden observar que la Biblia
a menudo usa el número 70 durante momentos especiales en la vida de Su pueblo.
Por ejemplo, en Génesis 46:27 se nos dice que la familia y los acompañantes de
Jacob que entraron a Egipto consistían de 70 personas, lo que dio inicio a los
más poderosos actos de Dios en la historia humana.
Números 11 nos dice que Dios ordenó a Moisés que
escogiera a 70 ancianos para ayudarle a gobernar a la nación mientras
atravesaba el desierto, y tanto Jeremías como Daniel nos dicen que los
israelitas sufrieron el cautiverio de Babilonia por 70 años, luego de lo cual
Dios les dio la libertad para regresar a su tierra. En los Escritos de los
Apóstoles (Nuevo Testamento), el evangelista Lucas dice que Jesús (Yeshúa)
escogió a 70 discípulos para que salieran de Jerusalén y compartieran el
mensaje del amor de Dios al mundo.
En el judaísmo, el significado del número 70 está
intrínsecamente ligado al número siete, que es uno de los números más
importantes en la Biblia. Significa perfección y plenitud. Multiplicado por 10,
setenta indica el poder, la autoridad, la plenitud y la totalidad absoluta de
Dios.
Cuando Jesús (Yeshúa) dijo a Sus discípulos
en Mateo 18:22 que perdonaran “70 veces 7,” no implicaba que 490 veces fuesen
suficientes. Quiso decir con eso que, de la misma manera en que la misericordia
inmerecida de Dios les fue extendida infinitamente, su propia misericordia
también debería ser sin fin. La misericordia y el perdón deben ser los
atributos más elevados de un creyente.
Después del diluvio, el mundo fue nuevamente
poblado por los 70 descendientes de Noé, indicando que la voluntad final y
absoluta de Dios sería alcanzada por medio de las generaciones subsiguientes.
Durante los 70 años de cautiverio en Babilonia, la
ciudad de Jerusalén yació en la ruina, y los pocos judíos que permanecieron
allí fueron separados de su comunidad y de su Torá. Muchos en
Babilonia también fueron desconectados de su herencia judía. Pero al
completarse los 70 años de su separación, Dios envió el pueblo de regreso a
Jerusalén con la misión y el propósito de regresar a la Torá y
literalmente cambiar el curso de su historia.
Muchos en las comunidades judías y cristianas hoy
día creen que la celebración de los 70 años del renacimiento de Israel en 1948
tiene enorme significado. Además de las fiestas, muchos esperan que sea
acompañada de milagros. Algunos señalan el cumplimiento de la promesa del
presidente estadounidense Donald Trump de trasladar la embajada a Jerusalén en
mayo como indicación de que este año tendrá extraordinario impacto para Israel
y para el mundo.
Razón Para Regocijo
Setenta años atrás, Israel era muy diferente a lo
que es hoy día. Desamparado y desolado luego de casi dos mil años de guerra,
opresión y abuso de la tierra, era principalmente manejado por terratenientes a
la distancia, mientras que su población vivía en extrema pobreza. No tenía
exportaciones, recursos naturales ni industria, y los viajeros raras veces
tenían algo bueno que decir sobre su visita. Al parecer, era un lugar rezagado
al polvo de la historia, y nunca más ocuparía un lugar sobresaliente en el
ámbito mundial. Aparte de menciones en las páginas de la Biblia, el mundo se
había olvidado de Israel. Claro está, excepto en el corazón de cada judío que
había sido expulsado a la Diáspora (fuera de la tierra). Sin importar el lugar
donde viviesen, anhelaban regresar a la tierra de sus antepasados y ver la
restauración que Dios había prometido hacía tanto tiempo atrás.
En 1945, las naciones se regocijaron cuando la
Segunda Guerra Mundial finalmente terminó, pero quedaron horrorizadas a medida
que los ejércitos aliados descubrieron las inconcebibles atrocidades cometidas
por los nazis. El pueblo judío se había encontrado cerca de la extinción bajo
la “solución final” de Hitler, en que murió uno de cada tres judíos del mundo.
Habían sido robados de voz y fuerza para protestar, y fueron humillados,
torturados y masacrados. Parecía imposible que el pueblo judío pudiese algún
día alcanzar su sueño de regresar a su tierra ancestral. Pero el 29 de
noviembre de 1947, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la
Resolución 181 (33 naciones a favor, 13 en contra y 10 abstenciones) para
permitir el retorno de los judíos a lo que en ese entonces se denominada el
Mandato Palestino. El siguiente 14 de mayo, Israel declaró su independencia
como nación, y el mundo se asombró mientras veía cómo el pueblo salió a las
calles para bailar, cantar y regocijarse de que Dios ciertamente había guardado
Sus promesas. Por fin, Israel nuevamente poseía su tierra.
Cuando el Plan de Partición de la ONU fue aceptada
en 1947, cinco naciones árabes vecinas con ejércitos comparativamente buenos y
equiparados se unieron para planificar la destrucción de la recién nacida
nación. Al declarar su independencia en 1948, Israel fue atacado desde tres
lados. Lo incomprensible de todo fue cómo una pequeña comunidad de judíos,
muchos de ellos sobrevivientes del Holocausto, sin ejército, fuerza aérea,
idioma en común, con mínimas armas y sin capacidad de armarse mejor, lograron
defenderse de la avalancha contra ellos y emerger victoriosos. Salieron heridos
pero intactos, una fuerza digna de respetarse y una nación determinada a
sobrevivir.
Aunque la Guerra de Independencia terminó con su
victoria, Israel permaneció dividido. Jordania ocupaba la parte central de
Israel, incluyendo la parte oriental de Jerusalén, denominándolo como “Margen
Occidental.” Egipto ocupaba la Franja de Gaza, y Siria ocupaba las partes
elevadas de los Altos del Golán desde donde disparaban contra los ciudadanos
mientras se ocupaban de sus quehaceres diarios. Durante las próximas décadas,
los vecinos árabes de Israel le hicieron guerra, aunque el deseo de su corazón era
obtener la paz. En 1967, Israel se encontró nuevamente atacado. Al terminar lo
que se describe como la Guerra de los Seis Días, Jerusalén se encontró
nuevamente unificada y bajo soberanía israelí por primera vez en casi 2,000
años. La Franja de Gaza, la Margen Occidental y los Altos del Golán también
volvieron a estar bajo control israelí. El mundo quedó maravillado ante esa
milagrosa victoria de Israel. Desde entonces, han estallado dos intifadas (o
revueltas árabes) en que cientos de judíos han muerto y miles resultaron
heridos. Todo ese tiempo, Israel procuraba la paz, oraba por la paz, negociaba
por la paz y entregaba tierra con la esperanza de que eso les produjera la paz.
Mientras tanto…
A lo largo de su historia, la Torá fue
el ancla del pueblo judío. Las promesas de Dios fueron su esperanza, la Palabra
de Dios fue su consuelo. Durante los momentos más oscuros de su historia, los
incontables versos en el Tanaj (Génesis a Malaquías), donde
Dios promete que regresarían a su tierra desde la dispersión, los mantenían con
vida:
Deuteronomio 30:5
“Y el SEÑOR tu Dios te llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la
poseerás; y Él te prosperará y te multiplicará más que a tus padres.”
Jeremías 23:3
“Yo mismo reuniré el remanente de Mis ovejas de todas las tierras adonde las
he echado, y las haré volver a sus pastos; y crecerán y se multiplicarán.”
Ezequiel 37:21
“…y diles: ‘Así dice el Señor DIOS: “Voy a tomar a los Israelitas de entre
las naciones adonde han ido, los recogeré de todas partes y los traeré a su
propia tierra.”’”
Jeremías 32:37
“Yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los he echado en Mi ira,
en Mi furor y con gran enojo, y los haré volver a este lugar y los haré morar
seguros.”
Amós 9:14-15
“‘Restauraré el bienestar de Mi pueblo Israel, y ellos reedificarán las
ciudades asoladas y habitarán en ellas; también plantarán viñas y beberán su
vino, y cultivarán huertos y comerán sus frutos. Los plantaré en su tierra, y
no serán arrancados jamás de la tierra que les he dado,’” dice el SEÑOR tu
Dios.”
Isaías 43:5-6
“No temas, porque Yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia, y
del occidente te reuniré. Diré al norte: ‘Entrégalos;’ y al sur: ‘No los
retengas.’ Trae a Mis hijos desde lejos y a Mis hijas desde los confines de la
tierra.”
Isaías 49:6
“Dice Él: ‘Poca cosa es que Tú seas Mi siervo, para levantar las tribus de
Jacob y para restaurar a los que quedaron de Israel. También Te haré luz de las
naciones, para que Mi salvación alcance hasta los confines de la tierra.’”
Hemos visto cumplirse estas promesas durante los
pasados 70 años. A pesar de los sufrimientos, las guerras, la oposición y el
terrorismo que Israel tiene que enfrentar a diario, sus puertas están abiertas
a recibir a todos los del pueblo escogido de Dios desde todas partes del mundo.
Dios los llama a que regresen, y han regresado. En el momento de la Declaración
de Independencia en 1948, la población judía solo consistía de como 650,000
personas. En la actualidad, 70 años después, hay como 8.7 millones de personas
viviendo en Israel, casi 7 millones de ellos siendo judíos. La nación tiene uno
de los índices más altos en natalidad, además de uno de los menores índices en
mortalidad y suicidio, y ocupa el 17mo lugar mundial en expectativa de vida.
Cada ciudad en la tierra está marcada con grúas de
construcción a medida que construyen viviendas para cada judío que continúa
llegando desde las naciones. También construyen escuelas, universidades,
instituciones gubernamentales y científicas, centros comunitarios y parques.
Israel tiene más bibliotecas e imprime más libros per cápita que
cualquiera otra nación de la tierra. Posee más graduados universitarios per
cápita, más museos per cápita, más maestros de ajedrez per
cápita, más computadoras per cápita, más mujeres
empresariales per cápita y una comunidad científica que
produce más publicaciones per cápita que cualquiera otra parte
del mundo.
Israel posee una de las economías de libre empresa
más fuertes en todo el mundo y anticipa tener el mayor crecimiento en nuevas
compañías a medida que billones de dólares entran anualmente a la economía
israelí. Siendo la única democracia en el Medio Oriente, el ambiente político
vibrante de Israel estimula el debate y reúne a líderes políticos de todas las
distintas esferas de la sociedad israelí, incluyendo las poblaciones
minoritarias.
Por medio de sus contribuciones al resto del mundo,
Israel cumple con su más importante mandato de ser luz a las naciones. Los
adelantos israelíes en la medicina, ciencia, tecnología, comunicación,
agricultura y seguridad hacen que el mundo sea más placentero y saludable. Su
tecnología en irrigación por goteo ha ayudado a que naciones tercermundistas
incrementen su producción alimenticia, y los avances en técnicas de
almacenamiento de alimento les permiten conservar su alimento para un futuro
consumo seguro.
Recientemente, un equipo de científicos israelíes
extrajo un polisacárido de algas marinas y creó un material que pudiese
estimular la regeneración y reparación de órganos y tejidos humanos dañados. El
material ya ha sido efectivo para víctimas de ataques del corazón.
Otro equipo de inventores produjo el teléfono “Sniffphone,” que
analiza el aliento de una persona y determina qué enfermedades posee. Los
resultados son transmitidos por el teléfono al médico para que este pueda tomar
medidas terapéuticas.
Finalmente, otro equipo científico ha producido
tomates de tamaño cereza que se mantienen frescos por varias semanas, y estos
son muy ricos en licopeno y Vitaminas A y C.
Felicitaciones, Israel
Usted se puede preguntar: ¿qué tiene que ver todo
eso con el número 70? La respuesta es sencilla. La mera existencia de Israel y
su sorprendente éxito es resultado del poder absoluto, la autoridad máxima y la
fidelidad incondicional de Dios. Ningún otro país ha continuamente enfrenta
tantos obstáculos para su sobrevivencia, los que ya forman parte de la vida
diaria en Israel. Ninguna otra nación ha tenido que bregar con el rechazo
internacional de manera constante, ni la demonización de su existencia a nivel
global. Por otro lado, ninguna otra nación ha surgido de la nada hasta llegar a
ser uno de los países más destacados del mundo en menos de 50 años. Tampoco ha
logrado los avances como Israel en sus cientos de años de historia, mucho menos
en 70 años.
Muchas han sido las luchas y los ataques que ha
sufrido Israel durante las pasadas décadas, las que se encuentran plasmadas en
el Salmo 83:1-4, que dice:
“Oh Dios, no permanezcas en silencio; no calles, oh
Dios, ni Te quedes quieto. Porque, Tus enemigos rugen, y los que Te aborrecen
se han enaltecido. Hacen planes astutos contra Tu pueblo, y juntos conspiran
contra Tus protegidos. Han dicho: ‘Vengan, y destruyámoslos como nación, para
que ya no haya memoria del nombre de Israel.’”
Ciertamente, los enemigos de Israel son los
enemigos de Dios. Durante no sólo décadas, sino milenios, han intentado borrar
a Israel del mapa mundial. Se ha observado una intensificación en pasadas
décadas por revisar la historia que, si fuese posible, borraría el nombre de
Israel para siempre.
Pero en la actualidad, vemos que Israel se
fortalece y avanza, vence todo obstáculo y desarrolla mejores relaciones con
otras naciones de manera sobresaliente. La existencia de Israel demuestra al
mundo que hay un Dios, un Dios fiel y misericordioso, quien aún mantiene una
relación con Su pueblo y quien es fiel para amarlo, guiarlo y protegerlo.
Ezequiel 36:23-24 dice: “‘Vindicaré la santidad de Mi gran nombre
profanado entre las naciones, el cual ustedes han profanado en medio de ellas.
Entonces las naciones sabrán que Yo soy el SEÑOR,’ declara el Señor DIOS
‘cuando demuestre Mi santidad entre ustedes a la vista de ellas. Porque los
tomaré de las naciones, los recogeré de todas las tierras y los llevaré a su
propia tierra.’”
Quizás los que esperan milagros durante esta
celebración de 70 años tengan razón. Quizás este sea el momento para que el
Salmo 83 y Ezequiel 36 ya no sean parte de su experiencia. Quizás este sea el
año para que Israel alcance la plena voluntad de Dios y que, por medio de Su
poder y autoridad absoluta, Israel continúe alumbrando a las naciones, según
fue prometido por Dios. Sea como sea, Israel merece nuestras felicitaciones y
nuestro apoyo por estos 70 años muy bien trabajados. ¡Kol hakavod, bien
hecho, Israel! ¡Te amamos, Israel! Oramos para que continúes aumentando de
fuerza en fuerza.
Traducido por Teri S. Riddering,
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos
Bibliografía
Vine, W.E., Merill F.
Unger, William White Jr., (eds.). Vine’s Expository Dictionary of
Biblical Words. Nashville, TN: Thomas
Nelson Publishers, 1985.
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