Permanecer en Jesús cuando el alma quiere rendirse


Hay momentos en los que el alma simplemente ya no puede más.

No porque hayas dejado de amar a Dios, sino porque te has desgastado en medio de la lucha.

Has intentado mantenerte firme, seguir orando, creyendo, sirviendo, dando lo mejor pero por dentro estás agotado. Cansado de esperar, de no entender, de luchar , de querer avanzar pero no saber cómo.

Y en ese agotamiento silencioso, se va apagando el brillo en los ojos, se enfría la pasión, y hasta acercarte a Dios comienza a parecerte difícil.

Pero hoy hay una verdad que puede cambiar tu día: Dios no te pide fuerzas, Él te ofrece descanso.

No se sorprende por tu cansancio, no te acusa, no te exige explicaciones.
Él te mira con amor y te susurra: Ven a mí, y yo te daré descanso (Mateo 11:28).

No necesitas estar bien para acercarte.

No tienes que aparentar fuerzas, ni sonreír si no puedes.

Jesús te ama justo así, en medio del peso que llevas hoy.
Y aunque ya no sepas qué orar, aunque sientas que no puedes más, Él sigue extendiéndote los brazos y te invita a Su descanso.

No para que hagas más, Sino para que simplemente estés.

Reto del día:

Tómate 15 minutos.

Busca un lugar tranquilo, sin ruido ni pantallas.

Cierra los ojos, respira profundo, y dile a Dios con sinceridad:

"Señor, estoy cansado pero no quiero alejarme de ti. No tengo muchas palabras, pero aquí estoy. Me acerco tal como estoy, y descanso en tu presencia. Solo Tú puedes sostenerme hoy".

Permite que Él te abrace. No necesitas hacer nada más. Solo estar y descansar.

Comentarios