El Dios que demuestra Su fidelidad

Existe una famosa anécdota de hace aproximadamente 150 años en la que el káiser alemán Wilhelm II le pidió a su consejero Otto von Bismarck, que le diera una prueba de la existencia de Dios. Se dice que Von Bismark respondió sin dudar: “ Los judíos, su majestad, los judíos ”. Si les hiciera esa mima pregunta hoy, sospecho que las respuestas variarían, dependiendo de los testimonios únicos que reflejan la huella de Dios en nuestras vidas. Aún hoy, cuando me veo en la situación de tener que demostrar una evidencia objetiva de la existencia de Dios más allá de mi propia experiencia, a menudo me resuena la perspectiva de Bismarck. Hoy, más que nunca, el pueblo judío —y especialmente el Estado Judío con su resurgimiento milagroso que sigue sobreviviendo y prosperando de forma sobrenatural— sirve como prueba de la existencia de Dios. Esta pequeña nación y su gente sirve como un ejemplo visible ante las naciones, proclamando que Dios es leal a Su naturaleza, que Su Palabra es infalible, q...