Los árboles – un regalo de Dios
Siempre me han gustado los
árboles. A los israelíes también les encantan los árboles y los plantan para
todo tipo de ocasiones. De hecho, Israel es uno de los pocos países del mundo
que entró en el siglo XXI con más árboles que hace 100 años. Echemos un vistazo
a la relación entre Israel y los árboles.
Tu BiShvat – el
Año Nuevo de los Árboles
Tu BiShvat,
también conocido como el Año Nuevo de los Árboles, es una festividad judía
posbíblica que celebra a los árboles. El nombre significa el día 15 del mes
hebreo de Shvat, que cae en enero o febrero, en la época del año en
que los árboles de Israel están empezando a brotar y los almendros comienzan a
mostrar sus delicadas flores rosas y blancas.
Israel celebra Tu
BiShvat plantando árboles, comiendo sus frutos y leyendo las Sagradas
Escrituras acerca de ellos. Algunas comunidades celebran un séder de Tu
BiShvat: un servicio y una comida combinados para enfocarse en los árboles
y su significado bíblico. También dirige la atención a los mandatos bíblicos
sobre cuándo comer el fruto de un árbol después de haber sido plantado.
Levítico 19:23-25 prohíbe comer el fruto durante los primeros tres años. En
el cuarto año, la cosecha pertenece a Dios. Solo a partir del quinto año el
fruto está disponible para el disfrute del pueblo. En Tu BiShvat,
se considera que cada árbol celebra su cumpleaños y, por lo tanto, ha
envejecido un año, para llevar un registro del número de años desde que fue
plantado.
Tu BiShvat se
trata de agradecer a Dios por el regalo de los árboles. Algunos lo celebran
incorporando 15 frutas y frutos secos diferentes en sus comidas en este día,
agradeciendo a Dios por cada uno. Los judíos en la diáspora (población
judía fuera de Israel) agregan algunas frutas de Israel a su menú del día.
En un sentido muy real, no se
trata solamente de un día sobre los árboles en sí, sino sobre el renacimiento
de la nación de Israel. El profeta Ezequiel habló acerca del momento en que
Dios traería al pueblo judío de regreso de las naciones a su patria en Israel,
¡y los árboles formaban parte de la profecía! “Pero ustedes, montes de
Israel, echarán sus ramas y producirán su fruto para Mi pueblo Israel; porque
pronto vendrán”. (Ezeq 36:8).
Los árboles en la
Biblia
La primera descripción de los
árboles en la Biblia se ofrece en Génesis 1 como «… árboles frutales
que den su fruto con su semilla sobre la tierra según su especie…» (Gn 1:
11b). Unos versículos más adelante, después de la creación de los seres
humanos, leemos: “También les dijo Dios: «Miren, Yo les he dado
a ustedes toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la
tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto les servirá
de alimento»” (Gn 1:29).
Génesis 2:8-9 resume: “Y
el Señor Dios plantó un huerto hacia el oriente, en Edén, y puso allí
al hombre que había formado. El Señor Dios hizo brotar de la
tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. Asimismo, en medio
del huerto, hizo brotar el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del
bien y del mal”.
Según estos versículos
aprendemos que Dios planeó que los árboles fueran una bendición, que
proporcionaran alimento y ofrecieran un refugio agradable. Algunos de ellos
también tenían propósitos específicos.
La importancia de los
árboles
Dios creó esta tierra para que
fuera autosuficiente, y los árboles eran un elemento clave. Los árboles
proporcionan alimento, absorben monóxido de carbono y otros contaminantes de la
atmósfera y, a su vez, dan oxígeno. De hecho, los árboles y las plantas
producen aproximadamente el 50% del oxígeno que necesitamos para vivir. Si los
árboles desaparecieran, la vida sería muy difícil en este planeta. La calidad
del aire se vería muy afectada, los niveles de lluvia disminuirían y la erosión
del suelo dificultaría los cultivos. Dios creó los árboles con el gran
propósito de dar vida.
Cuando los árboles
desaparecen, la tierra se vuelve estéril.
Tenemos un ejemplo histórico
de lo que le ocurre a una tierra que pierde sus árboles. Durante el Imperio
Otomano se cobraban muchos impuestos. Uno de ellos eran los árboles. Durante
los 400 años que los turcos reinaron en la Tierra Santa, los que no podían
pagar los impuestos talaban los árboles. Muchos viajeros declararon que
quedaban menos de mil árboles en la Tierra. El pueblo judío que regresó a
finales del siglo XIX y principios del XX se encontró con una Tierra
prácticamente vacía, descuidada y casi sin árboles. Sufría de la erosión del
suelo, con desiertos en el sur y pantanos llenos de malaria en el norte. La
Tierra no era agradable, ni podía sostener a una gran población sin mejoras
significativas.
Dios les dijo a Adán y Eva que
guardaran del jardín, «que lo cultivara y lo cuidara» (Gn 2:15b). Dios
creó un maravilloso mundo autosuficiente, pero esperaba que la humanidad lo
cuidara en colaboración con Él.
Durante 400 años el plan de
Dios había sido ignorado. Entonces, Su pueblo comenzó a regresar a la Tierra
Prometida e inmediatamente empezó a plantar árboles, drenar pantanos y cuidar o
cultivar la Tierra. Hoy, Israel tiene más de 200 millones de árboles. Cultivan
fruta abundante para su población y exportan muchas variedades a todo el mundo.
Los israelíes desarrollaron una tecnología de ahorro de agua que aprovecha al
máximo las limitadas precipitaciones. Construyeron plantas desalinizadoras para
garantizar que habrá agua suficiente para la población, los árboles y la
agricultura en un futuro previsible.
El ‘árbol de la vida’
El ‘árbol de la vida’ ha sido
un tema de gran interés tanto para los cristianos como para los judíos. Muchos
artistas han intentado retratar este árbol. Dios dijo que era un árbol que
proporcionaría la vida eterna. ¿No nos encantaría a todos comer de su fruto? El
‘árbol de la vida’ se menciona por primera vez en Génesis 2. De gran interés
para los cristianos es que también se hace referencia a él en Apocalipsis 22,
el último capítulo de la Biblia. El ‘árbol de la vida’ también se encuentra en
el libro de Proverbios, con otra referencia probable en Ezequiel 47, que
muestra una representación sorprendentemente similar al pasaje de Apocalipsis.
Los pasajes de Apocalipsis y
Ezequiel describen al árbol como creciendo a lo largo de un río y dando fruto
que trae sanidad a las naciones (o pueblos). Según el erudito bíblico y rabino
Emil G. Hirsh, también hay descripciones en libros apócrifos. “El Libro
etíope de Enoc (XXIV. 4) describe al ‘árbol de la vida’ como
que tiene «una fragancia superior a toda fragancia; sus
hojas, flores y madera no se marchitan jamás; su fruto es hermoso y se parece a
los dátiles de una palmera». El Libro eslavo de Enoc (VIII.
3) dice: «En medio está el ‘árbol de la vida’… y este árbol
no puede ser descrito por su excelencia y dulce olor». IV Esd.
VIII. 52, al describir el futuro, dice: «Para
ti es abierto el paraíso, el ‘árbol de la
vida’ es plantado…»”.
Es importante que recordemos
que en el relato de Génesis, a Adán y Eva no se les prohíbe comer del ‘árbol de
la vida’. Sin embargo, después de comer del ‘árbol del conocimiento del bien y
del mal’, Dios los expulsó del Jardín para que no pudieran comer del ‘árbol de
la vida’. Muchos teólogos se han preguntado por qué no habían comido ya del
‘árbol de la vida’. Tal vez no tenían necesidad de hacerlo. El comentario de ArtScroll sobre
Génesis explica: “Al principio no había necesidad de cuidar el árbol porque
Adán no lo necesitaba, ya que el ‘árbol de la vida’ no habría tenido ningún
efecto antes del pecado, porque el hombre era inmortal de todos modos y es como
darle medicina a una persona sana (Hadar Zekeinim)”.
La Enciclopedia
Zondervan de la Biblia añade: “Después del juicio de Adán y Eva por
su pecado, el registro señala que este árbol fue identificado con la vida
eterna, y que el hombre en pecado no debía tener acceso al árbol y de ahí en
adelante estaría sujeto a la entropía”.
En otras palabras, la muerte y
el pecado habían entrado en el mundo. La vida eterna, el plan perfecto de Dios
para la humanidad, estaba en suspenso.
En el pensamiento judío, el
‘árbol de la vida’ está relacionado con la Torá (Gn-Dt).
Proverbios 3:1,18 es una prueba de ello: “Hijo mío, no te olvides de mi
enseñanza [Torá], y tu corazón guarde mis mandamientos…
Es árbol de vida para los que echan mano de ella, y felices son los que la
abrazan”.
La liturgia judía enseña que “la
Torá es un ‘árbol de vida’ (etz jaim) para todos los
que se aferran a ella y que representa la vida eterna plantada en medio de
nosotros”. La editora y autora Ellen Frankel explica que la simbología se
ve abundantemente en los rollos de la Torá. “Las varillas de
madera alrededor de las cuales se enrolla el pergamino de la Torá se llaman
‘etzei jaim’ (árboles de la vida) y están coronadas con
granadas. La imagen del ‘árbol de la vida’, tanto como símbolo de la Torá como
de la inmortalidad en el ‘mundo venidero’, ha sido durante mucho tiempo un
motivo decorativo favorito en las sinagogas”.
Aunque no tenemos acceso al
Jardín del Edén, la Escritura enseña que la forma en que vivimos nuestra vida
trae vida. “El fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es
sabio” (Prov 11:30). El sabio judío Metzudos explicó: “Las obras de los
justos son como un árbol que trae vida al mundo”.
La muerte y el pecado
entraron al mundo.
El libro de Apocalipsis nos da
la esperanza futura de sanidad y vida eterna cuando los justos vuelvan a tener
acceso al ‘árbol de la vida’. “Después el ángel me mostró un
río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de
Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad. Y a cada
lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases
de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del
árbol eran para sanidad de las naciones… «Por tanto, Yo vengo pronto,
y Mi recompensa está conmigo para recompensar a cada uno según
sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el
Principio y el Fin». Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para
tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas a la
ciudad” (Ap 22:1-2, 12-14).
Los árboles – la
bendición de Dios
Este espacio no me alcanza
para hablar sobre todas las especies de árboles que Dios creó, sus propiedades
especiales, frutos y beneficios medicinales. Las Escrituras están llenas de
referencias a ellos. Tienen algo en común: Dios los diseñó para que fueran
agradables, brindaran sanidad y proporcionaran alimento. El mensaje del amor y
la bondad de Dios se puede ver en toda la Creación. La próxima vez que
disfrutes de una fruta o un puñado de nueces, no olvides alabarlo porque Él es
bueno y Su amor perdura para siempre.
Por: Rvda. Rebecca J. Brimmer,
Presidenta International
Fuente: BRIDGES FOR PEACE
Traducido por Robin
Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz
Revisado por Raquel González –
Coordinadora Centro de Recursos Hispanos
Bibliografía
Artscroll Tanach Series,
Bereshit/Genesis. Rahway, NJ: Mesorah Artscroll, 1977.
Artscroll Tanach Series,
Mishlei/Proverbs. Rahway, NJ: Mesorah Artscroll, 1998.
Frankel, Ellen, and Teutsch,
Betsy Platkin. The Encyclopedia of Jewish Symbols. Northvale, New
Jersey: Jason Aronson Inc, 1992.
https://embassies.gov.il/MFA/AboutIsrael/Maps/Pages/Israel-Forests.aspx
Hirsch, Emil G., Barton,
George A. “Tree of Life,” Jewish Encyclopedia
https://jewishencyclopedia.com/articles/14492-tree-of-life
Tenney, Merrill C. Zondervan Pictorial Encyclopedia of the Bible. Grand Rapids Michigan: Zondervan Publishing House, 1975.
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