Dios está contigo en la tormenta «Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. Pero él les dijo: “No tengan miedo, que soy yo”» (Juan 6:18-20 NVI). Cuando estamos en medio de una tormenta, buscando una solución a un problema apremiante, solo intentamos atravesarlo, o salir de él, o alejarnos de él. Durante esos momentos de la vida, es fácil concentrarse tanto en el problema—lo que sea que lo esté causando—que nos perdemos lo que está pasando en medio de él. Miramos nuestros recursos, y el tamaño de la tormenta, y no vemos una solución. A menudo, perdemos la perspectiva de que «nosotros no podemos, ¡pero tú sí, Jesús!». Los problemas que enfrentamos son oportunidades para que Cristo demuestre que lo que no podemos hacer, ¡Él sí puede! En Juan 6:1-13, leemos de un acontecimiento en que Jesús alimentó a una multitud. Una gran multitud se