El Qué, Quién y Por Qué de la Acción de Gracias

 

Esta semana, Estados Unidos celebra la celebración anual del Día de Acción de Gracias. Se llevan días festivos similares en varias fechas en otras naciones, incluidas Canadá, Alemania, Japón, Austria, Granada, Santa Lucía, Liberia y, extraoficialmente, en países como Brasil y Filipinas. La investigación de los días especiales de acción de gracias ha demostrado que también se llevan a cabo celebraciones en la ciudad holandesa de Leiden y en el territorio australiano de la isla Norfolk.

Esto plantea algunas preguntas: si observamos un día de acción de gracias, ¿por qué deberíamos estar agradecidos? ¿Y a quién deberíamos estar agradecidos? ¿Qué pasa si vivimos en un país que no tiene ninguna celebración designada para la acción de gracias? Veamos estas preguntas individualmente, usando la Biblia como guía:

¿Por qué deberíamos estar agradecidos? A veces nos sentimos inclinados a darnos una palmadita en la espalda cuando experimentamos éxitos y logros importantes. Podría ser cierto que hemos trabajado duro para lograr esas cosas a través de nuestras habilidades. Sin embargo, ¿cómo surgieron esas oportunidades? ¿Cómo recibimos los talentos y habilidades innatos que utilizamos? Ciertamente no los compramos en el centro comercial ni en una tienda especializada. En muchos casos, nacimos con rasgos útiles para el tipo de trabajo que realizamos.

¿Qué pasa con las circunstancias que no eran deseables, los tiempos de dificultades y adversidades que no pudimos evitar? ¿Deberíamos estar agradecidos por ellos también? Un amigo mío, Albert, después de pasar por muchos momentos difíciles personal y profesionalmente, concluyó que sí, que deberíamos estar agradecidos, incluso por las “cosas malas”. Porque Dios usa tales cosas en nuestras vidas para nuestro bien supremo y Su gloria.

Entonces, las Escrituras enseñan que debemos estar agradecidos durante los buenos momentos de la vida, pero también por los malos. Porque el Señor los usa a todos como parte de Su proceso de refinamiento para nosotros. La Biblia dice: “Esten siempre alegres…. Dando gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16,18).

¿A quién debemos estar agradecidos? Como se señaló anteriormente, en muchos casos no creamos las oportunidades que nos llevaron al éxito y a logros notables. Y las habilidades y talentos que utilizamos podrían haberse desarrollado y refinado con el tiempo y la práctica, pero la “materia prima” nos la dio Dios.

Es por eso que, las Escrituras nos instan a: “Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.” (Colosenses 3:16-17).

¿Qué pasa si el “Día de Acción de Gracias” no se celebra en el país donde vives? Ser agradecido –o incluso tener una celebración personal del “día de acción de gracias”- no requiere un edicto nacional o incluso una proclamación local. Puede ser y debe ser una respuesta natural a las bendiciones que recibimos todos los días.

De hecho, para aquellos de nosotros que creemos como dice Santiago 1:17: “Todo don bueno y perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces celestiales, el cual no cambia como sombras cambiantes”, nuestra acción de gracias debe ser algo cotidiano. Como escribió el salmista: “…para que mi corazón te cante y no calle. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre” (Salmo 30:12).

Por Robert J. Tamasy: MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

 

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