Jesús se preocupó por la oración Parte 2
El mes pasado, escribí sobre algunas
de las cosas que Jesús (Yeshúa) enseñó sobre la oración. En este
estudio, continuaremos aprendiendo.
Enséñanos a orar
Uno de los discípulos se acercó a
Jesús (Yeshúa) pidiéndole que les enseñara a orar (Lc 11:1). Lo que
siguió fue la oración que se conoce como el Padre Nuestro.
En el libro Sentado a los
pies del Rabino Jesús, los autores Spangler y Tverberg escriben: «Se ha
sugerido que el Padre Nuestro es un resumen de la ‘Amidá’ [una de las
oraciones centrales de la liturgia judía] porque abarca varios de sus
temas. Otros rabinos de la época de Jesús enseñaron versiones resumidas de la
‘Amidá’ para ilustrar cómo debería ser la oración en su esencia. Además, la
iglesia primitiva oraba el Padre Nuestro tres veces al día tal como se oraba la
‘Amidá’».
La oración de la Amidá es
una oración central del judaísmo. Incluso hasta el día de hoy, se ora tres
veces al día en las sinagogas. Esta oración era conocida en tiempos de Jesús en
forma oral aunque no fue escrita hasta avanzado el siglo. El erudito David
Bivin también cree que el Padre Nuestro era “aparentemente una versión
abreviada de la oración de la Amidá”. Se puede encontrar la oración
de la Amidá en inglés junto con el comentario de Bivin
buscando “La oración de la Amidá en la perspectiva de
Jerusalén”, en la función de búsqueda de Google.
Puedo ver que Jesús se sentiría como
en casa con muchas oraciones judías en el Sidur (libro de
oraciones judías). El Padre Nuestro, probablemente la oración más amada en la
cristiandad, es de estilo y sentido hebreo.
¿Se escribió Mateo
en hebreo?
En A Prayer to Our Father [Una
oración a nuestro Padre], los autores Gordon y Johnson hablan de una traducción
hebrea del libro de Mateo. Según su investigación, algunos padres de la Iglesia
informaron que Mateo fue escrito originalmente en hebreo. Por ejemplo, citan al
Padre de la Iglesia del primer siglo: Papías de Hierápolis, diciendo: «Mateo
compuso su historia en el dialecto hebreo, y todos la tradujeron como pudieron».
Y en el siglo IV, Jerónimo, famoso por traducir la Biblia del hebreo al latín,
dijo: «El primer evangelista es Mateo, el publicano, que tenía por
sobrenombre Leví. Él publicó su evangelio en Judea en el idioma hebreo». En
el año 1380, el texto del Mateo hebreo se incluyó como apéndice en un libro del
Rabino Shem Tov Ibn Shaprut. Lo cito aquí, porque hay matices sutiles en el
Padre Nuestro del Mateo hebreo:
«Nuestro padre en el cielo
Que Tu nombre sea santificado
Que Tu reino sea bendito
Hágase Tu voluntad en el cielo y en
la tierra
Danos nuestro pan continuamente/cada
día
Perdónanos la deuda de nuestros
pecados como nosotros perdonamos la deuda de los que pecan contra nosotros
No nos pongas en manos de una prueba
Y protégenos de todo mal
Amén»
Padre Nuestro
¿Alguna vez notaste que esta oración
está escrita en plural y no en singular? Dice “nuestro”, no “mi”. Esto no es
inusual, porque la Biblia a menudo habla en forma corporativa en lugar de
individual. El Dr. Marvin Wilson hace referencia del énfasis judío de
comunidad. «Este énfasis bíblico profundamente arraigado en la gente, es
decir en el grupo, se destaca por el hecho de que la mayoría de las oraciones
judías emplean el plural ‘nosotros’ y no el singular ‘yo’. La oración expresa
el clamor de toda la comunidad. Una de las oraciones bíblicas más conocidas
expresa este factor comunitario en sus primeras palabras: ‘Padre nuestro que
estás en los cielos’» (Mt 6:9b).
El reino de Dios,
la voluntad de Dios
“Venga tu reino. Hágase Tu
voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mt 6:10).
Hay una diferencia entre la oración
del Mateo hebreo y el Mateo griego. En griego, la línea parece referirse al
futuro del reino, mientras que el Mateo hebreo se refiere al estado actual del
reino de Dios. Como cristianos, vivimos en esta tensión. Somos parte del reino
de Dios en el presente y esperamos la realización de todas las profecías
mesiánicas en el reino futuro. Cualquiera que sea la traducción correcta,
felizmente podríamos orar: “¡Bendito sea ahora tu reino, y venga tu reino
mesiánico!”.
Muchos de nosotros, tanto cristianos
como judíos, anticipamos ansiosamente la llegada de la era mesiánica. En el
tiempo de Jesús (Yeshúa), los discípulos a menudo expusieron su anhelo
de que el reino (es decir, la era mesiánica) sucediera en su tiempo.
Visualizaron a Jesús deshaciéndose de la esclavitud del gobierno romano y
estableciendo su gobierno terrenal. Jesús habló a menudo del reino de Dios, el
reino de los cielos y el reino de la luz. De hecho, la frase es una de las más
repetidas en su ministerio. El reino de Dios es tanto presente como anticipado.
Todos debemos orar por los propósitos, planes y justicia de Dios en este tiempo
presente. Frecuentemente oro para que Puentes para la Paz experimente la
bendición de Dios. Oro para que la rectitud se levante, para que la justicia
divina y la misericordia se experimenten en todas las esferas de nuestro mundo
hoy. Oro para que Dios esté con nosotros en medio de los problemas y los
tiempos malos. Al mismo tiempo, anhelo el día en que experimentaremos la
plenitud del reino de Dios con el Mesías gobernando y reinando.
La siguiente frase de la oración de
Jesús enfatiza tanto el reino terrenal como el celestial. Podemos y debemos
orar para que se haga la voluntad de Dios en la tierra. ¿Cómo se puede hacer la
voluntad de Dios en la tierra? Sucederá cuando hombres y mujeres piadosos
muestren su carácter por medio de sus acciones. Este es un pensamiento muy
práctico. Jesús dijo: “Así brille la luz de ustedes delante de los hombres,
para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los
cielos” (Mt 5:16). Una vez más, se requiere una combinación de oración y fe
con acción práctica.
Pan
“Danos hoy el pan nuestro de cada
día” (Mt 6:11).
En el pensamiento hebreo, cuando se
hace referencia al pan, implica toda la comida. Jesús (Yeshúa) dijo: “Pero
Jesús le respondió: «Escrito está: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios”»” (Mt 4:4). Aquí está citando
Deuteronomio 8:3. La bendición judía sobre el pan: “Bendito seas, Señor Dios
nuestro, Rey del Universo, que has hecho brotar el pan de la tierra” se
considera suficiente como bendición para toda la comida. Tal vez podríamos
entender Mateo 6:11 como “danos hoy el pan nuestro de cada día”. Muchos hoy,
por temor a un colapso económico, están preparando reservas de alimentos. Para
los hijos de Israel, que vagaron durante 40 años por el desierto, esta no era
una posibilidad. Dios proveyó para sus necesidades enviándoles maná.
Independientemente de lo que nos depare el futuro, podemos aferrarnos al Dios
que provee nuestro pan (alimento) diario.
Perdón
“Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mt 6:12).
En la oración, Jesús (Yeshúa)
recuerda a Sus seguidores la necesidad de perdonar a los demás. En Jesús:
la bibliografía sobre la vida de Jesús del difunto profesor David Flusser, un
erudito judío del período del Segundo Templo, dice lo siguiente sobre el tema
del perdón: «El amor al prójimo se consideraba una condición previa para la
reconciliación con Dios». Flusser también cita a un rabino que vivió poco
después de Jesús diciendo: «La transgresión entre un hombre y su prójimo no
se expía en el Día de la Expiación a menos que el hombre primero haga las paces
con su prójimo». De manera similar, escuchamos a Jesús decir: “Porque
si ustedes perdonan a los hombres sus transgresiones, también su Padre
celestial les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los hombres, tampoco
su Padre les perdonará a ustedes sus transgresiones” (Mt 6:14-15).
Jesús también dijo: “Por tanto, si
estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano
tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve,
reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”
(Mt 5:23-24).
El libro Eclesiástico,
también llamado Sabiduría de Jesús, que data del 185 a. C., enseña:
«Perdona la injusticia de tu prójimo; entonces, cuando ores, tus propios
pecados serán perdonados. ¿Debería una persona alimentar la ira contra otra y
esperar la sanidad del Señor? ¿Debería una persona negar la misericordia a un
hombre como él, pero buscar el perdón por sus propios pecados?»
En el pensamiento judío, no puedes
perdonar a alguien por algo que no hiciste o que no te hicieron. Muchos
cristianos han buscado el perdón de los judíos en la actualidad por los pecados
del Holocausto. Esta es una situación incómoda porque según la forma de pensar
de los judíos, no pueden perdonarte a ti, que no cometiste personalmente el
pecado, por algo que no se les hizo a ellos. Más bien, quiero recomendarte
expresar tu gran tristeza por el dolor causado al pueblo judío a lo largo de la
historia y trabajar para cambiar las acciones futuras de la Iglesia. Para comprender
el pensamiento judío sobre el perdón, especialmente en relación con el
Holocausto, recomiendo leer Sunflower [El Girasol] de
Simon Wiesenthal.
Maldad, Tentación y
Pruebas
“Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del mal” (Mt 6:13a).
Jesús (Yeshúa) nos enseñó a
orar para que fuéramos protegidos. Al pensar en la protección de Dios, lo que
inmediatamente viene a la mente es el Salmo 91.
En el Mateo hebreo, la palabra usada
no es ‘tentación’ sino que se refiere a una ‘prueba’. La palabra griega
peirasmon, que a menudo se traduce como ‘tentación’ en el Padre Nuestro, en
otros lugares se traduce como‘prueba’. Esta es una aclaración importante. Antes
de entender esto, yo me preguntaba: «¿Por qué Dios está llevando a la gente
a la tentación?» parece cruel. El Apóstol Santiago dijo: “Que nadie diga cuando
es tentado: ‘Soy tentado por Dios’. Porque Dios no puede ser tentado por el mal
y Él mismo no tienta a nadie. Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y
seducido por su propia pasión. Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz
el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte” (St
1:13-15). La frase del Mateo hebreo: “No nos pongas en manos de una prueba”,
también es interesante porque aparece como una oración en el Talmud de
Babilonia 60b, que dice: “No me pongas en manos del pecado, o en manos de la
prueba, o en manos de la vergüenza”. Muchos judíos recitan estas palabras
cada mañana en sus oraciones diarias. ¿Cómo terminaron las palabras de Jesús en
esta oración judía?
En A Prayer to Our Father,
Gordon sugiere: «Quizás antiguos rabinos fueron influenciados por las
enseñanzas de Jesús (Yeshúa), o quizás Jesús (Yeshúa) incorporó la frase de
alguna conocida oración judía. De cualquier manera, el concepto de pedirle a
Dios que no nos pruebe, tiene claramente un lugar en antiguas fuentes judías».
Si bien la Escritura dice claramente que Dios no nos tienta, también está claro
que Él puede probar. Abraham fue probado, Job fue probado y Jesús fue probado
en el desierto.
“Líbranos [o
protégenos] de todo mal”, es una oración que todos estamos orando
en estos días difíciles. Verdaderamente, el único que puede protegernos de todo
mal es Dios mismo. Como dice Gordon: «Esto incluye la maldad de Satanás, la
maldad que acecha el corazón humano y la maldad que viene como consecuencia
natural». Qué poderosa oración.
por: Rvda.
Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional
Traducido por
Fernanda González – Voluntaria en Puentes para la Paz
Revisado por Raquel
González – Coordinadora Centro de Recursos Hispanos
Bibliografía
Bivin, David, N.
“The Amidah Prayer.” Jerusalem Perspective. https://www.jerusalemperspective.com/3643/
Flusser, David. Jesus. Jerusalem:
Magnes Press, 1998.
Gordon, Nehemia and Johnson, Keith. A
Prayer to Our Father: Hebrew Origins of the Lord’s Prayer. Bedford:
Hilkiah Press, 2009.
Lizorkin-Eyzenberg, Eli. “Does the Lord’s Prayer
have Jewish Liturgical Roots?” Israel Bible Weekly. https://weekly.israelbiblecenter.com/lords-prayer-jewish-liturgy/
Spangler, Ann and Tverberg, Lois. Sitting
at the Feet of Rabbi Jesus: How the Jewishness of Jesus Can Transform Your Faith. Grand
Rapids: Zondervan, 2009.
Steinsaltz, Rabbi Adin. A Guide to Jewish
Prayer. New York: Schocken Books, 2000.
Wilson, Marvin, R. Our Father Abraham:
Jewish Roots of the Christian Faith. Grand Rapids: Eerdmans
Publishing, 1989.
Young, Brad, H. Jesus the Jewish
Theologian. Grand Rapids: Baker Academic, 1995.
— The Newer Testament. Tulsa,
Hebrew Heritage Bible Society, 2022.
— The Jewish Background to the Lord’s
Prayer. Jerusalem: Center for Judaic–Christian Studies, 1984.
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