¿Cuándo debe un cristiano intentar corregir a otro cristiano?

Este puede ser un tema delicado. Es prudente pasar tiempo en oración primero, para comprobar nuestra motivación y pedir consejo. Hay veces que los cristianos son llamados a "hablar" o tratar de corregir a un hermano cristiano. Asumiendo que estamos hablando de un asunto de pecado en la vida de un creyente, nuestro motivo e intención debe ser siempre producir el arrepentimiento y la restauración del hermano o hermana en Cristo que se ha desviado.

Primero, nuestra actitud es muy importante. "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32). Así seremos más capaces de "seguir la verdad en amor" (Efesios 4:15). En su epístola a los Gálatas, Pablo hizo una advertencia similar sobre la actitud: "Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado" (Gálatas 6:1). Aquí vemos que aquellos que son "espirituales", es decir, que caminan en el Espíritu en la fe y la obediencia, deben restaurar gentilmente a alguien que está en pecado, siendo siempre conscientes de la facilidad con que todos podemos ser tentados por Satanás, el cual quiere atrapar a todos en sus trampas.

En un extenso pasaje sobre la disciplina de la iglesia, la Biblia indica el procedimiento para confrontar a un hermano o hermana que peca: "Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano" (Mateo 18:15-17). De nuevo, este es el procedimiento para confrontar a un hermano que está pecando, no a alguien cuyo comportamiento crees que debe ser modificado de alguna manera o a alguien que simplemente te irrita o molesta.

Desde otro punto de vista, una de las escrituras más citadas es "No juzguéis, para que no seáis juzgados" (Mateo 7:1). Sacado de contexto, el versículo se ha utilizado para justificar incorrectamente que no se tome nunca una posición sobre algo que requiera un juicio. Más bien, el versículo se refiere a los juicios hipócritas, arrogantes e injustos, especialmente cuando el que confronta es culpable del mismo pecado que la persona que está siendo confrontada.

Entonces, ¿cuándo deben los cristianos hablar o tratar de corregir a un hermano cristiano? Cuando hemos hablado con el Señor primero, con una actitud de sumisión y preocupación por la otra persona, y estamos comprometidos a seguir los procedimientos descritos en Su Palabra para tal situación.

Fuente: GOT QUESTIONS

Comentarios