Los hijos no son castigados por los pecados cometidos por sus padres; tampoco los padres son castigados por los pecados de sus hijos. Cada uno de nosotros es responsable de sus propios pecados. Ezequiel 18:20 nos dice, “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo”. Este versículo muestra claramente que el castigo por los pecados de una persona es asumido por ella misma. Hay un versículo que ha llevado a algunos a creer que la Biblia enseña que el castigo por el pecado es inter-generacional, pero esta interpretación es incorrecta. El versículo en cuestión es Éxodo 20:5, el cual declara con referencia a los ídolos: “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque Yo Soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen”. Este versículo está hablando no tanto de castigo, sino de consecuencias. Está diciendo que las consecuenci