Genética, Circunstancias Y Elecciones

Hay mucha discusión en estos días sobre quiénes somos y por qué hacemos lo que hacemos. Algunos factores que no podemos controlar son determinados desde antes de nuestro nacimiento. Por ejemplo, si creces y ere una persona de estatura alta, por ejemplo, de más de un metro ochenta, nunca podrás competir como jockey en carreras de caballos. Por otro lado, si tus padres son bajos y los miembros de tu familia extensa tampoco son o eran altos, tendría poco sentido aspirar a convertirte en un centro en un equipo de baloncesto profesional.

Las circunstancias pueden afectar nuestras vidas, como las influencias familiares; el nivel de recursos económicos, la salud o la disponibilidad de buenas escuelas contribuyen definitivamente a nuestro desarrollo personal. Incluso los efectos aparentemente aleatorios de «estar en el lugar correcto en el momento correcto», o «estar en el lugar equivocado en el momento equivocado». Pero ¿estamos destinados a estar limitados por nuestras circunstancias?

El consultor de liderazgo y autor Tim Kight sugiere que no lo somos. Él ofrece esta perspectiva simple pero directa: «Estás moldeado por tu genética. Eres influenciado por tus circunstancias. Estás definido por tus elecciones».

Hay un gran peligro en centrarse en cosas como nuestra genética o circunstancias que han ocurrido en nuestro pasado. Estos no se pueden cambiar y siempre permanecerán fuera de nuestro control. Sin embargo, podemos controlar nuestras elecciones, y el cómo respondemos a las circunstancias que se nos presentan. Vemos evidencia de esto de muchas maneras: personas que crecieron en hogares desfavorecidos, uno se volvió adicto a las drogas o se involucró en conductas delictivas, mientras que el otro decidió hacer lo que fuera necesario para salir adelante, convirtiéndose en médico, empresario o maestro de escuela.

Incluso si no podemos cambiar nuestra genética o deshacer las circunstancias adversas de nuestro pasado, todavía podemos afectar en gran medida nuestras propias vidas, por las elecciones y decisiones que tomamos. La Biblia tiene mucho que decir al respecto. Aquí hay algunas valiosas preguntas:

1. ¿A qué comprometerás tu vida? Podemos dirigir nuestras vidas a la búsqueda de muchas cosas, muchos «dioses» a los que podemos servir la mayor parte de nuestro tiempo y energía. Lo que decidimos perseguir hace una diferencia increíble en cómo serán nuestras vidas. Josué, el líder israelita, sucesor de Moisés desafió al pueblo diciéndoles: «...elige hoy mismo a quién servirás... Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor» [Josué 24:15 NTV].

2. ¿Cómo definirías el éxito? Hay muchas formas de medir el éxito personal: dinero, posesiones materiales, avance profesional, estatus e influencia en la comunidad. Algunos tienen un valor mayor y más duradero que otros. Lo que elijamos guiará el curso de nuestras vidas. Jesús enseñó a sus seguidores, diciendo: «No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón. Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y estar esclavizado al dinero» [Mateo 6:19-21,24 NTV].

3. ¿Qué vas a valorar más? Tenemos muchas opciones cuando se trata de elegir prioridades, metas y objetivos. Esas elecciones determinarán en gran medida la suma total de nuestras vidas. Dios, nos dice: «Den cabida a mis correcciones, no a la plata; acepten mis conocimientos, no el oro escogido» [Proverbios 8:10 RVC].

Robert J. Tamasy - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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