Estar Preparado para un Momento como Este

Hace años, durante un vuelo a Sudáfrica, conocí a una joven llamada Emma. En ese momento, ella era una organizadora de eventos y habló con entusiasmo sobre su carrera, aunque no estaba segura de a dónde la llevaría eventualmente. Disfruto mucho reunirme con personas que están entusiasmadas con su trabajo.

Recientemente encontré su nombre en redes sociales. Según su perfil, ahora es vicepresidenta de marketing de una importante empresa internacional, en China. Cuando le envié un mensaje para felicitarla, Emma respondió diciéndome que hace cinco años, ella intuyó que Dios usaría su carrera «para servir a reyes» si confiaba en Él.

Sospecho que se estaba refiriendo al versículo de la Biblia que dice: «¿Has visto a alguien realmente hábil en su trabajo? Servirá a los reyes en lugar de trabajar para la gente común» [Proverbios 22:29 NTV]. Dios obviamente ha hecho que esas palabras se hagan realidad. Emma ahora tiene un papel fundamental e influyente en un país con muchos millones de personas que necesitan desesperadamente la esperanza de Jesucristo.

Queda por ver cómo Dios usará a Emma en ese puesto, pero Él claramente ha abierto oportunidades para que ella no solo haga bien su trabajo, sino también para servir como Su representante, como dice en 2 Corintios 5:20: «Así que somos embajadores en nombre de Cristo, y como si Dios les rogara a ustedes por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: "Reconcíliense con Dios"».

Ya sea comenzar un nuevo trabajo o permanecer en uno que hemos tenido por un tiempo, nos inclinamos a verlo como una forma de pagar nuestras obligaciones financieras y adquirir las cosas que queremos. Pero Dios ve nuestras vocaciones, incluso nuestras carreras, de una manera mucho más amplia. Son una parte importante de nuestro «llamado», lo que el Señor quiere que hagamos durante nuestro tiempo en la Tierra, participando en Sus propósitos divinos.

Encontramos un excelente ejemplo de esto en el libro de Ester del Antiguo Testamento. También conocida como Hadassah, Ester era una hermosa joven judía que, a través de una serie de eventos, fue llevada al harén del rey Jerjes de Persia y Media. Se convirtió en una de las favoritas de Jerjes, en línea para convertirse en la futura reina.

Su pariente, Mardoqueo, se había enterado de un complot de uno de los subordinados de Jerjes para destruir a todos los judíos en esa región. Dado que Ester se había convertido en parte de la corte del rey, Mardoqueo le suplicó que intercediera en nombre de sus compatriotas judíos. Entendió que, en su posición, ella podría ejercer una influencia única sobre el rey Jerjes para revertir de alguna manera su temible decreto.

Inicialmente, Esther dudaba, sabiendo que acercarse a Jerjes sobre cualquier asunto, sin haber sido invitado a hacerlo, ponía en riesgo su vida. Pero luego Mardoqueo la desafió con esta pregunta: «¿Quién sabe si no llegaste a ser reina precisamente para un momento como este?» [Ester 4:14 NTV]. La historia continúa diciendo que el rey escuchó a Ester, y se encontró una manera de superar el plan asesino.

Afortunadamente, la mayoría de nosotros no debemos temer una «sentencia de muerte» por acercarnos a personas con autoridad en el trabajo. Sin embargo, muchas veces Dios coloca a Su pueblo en circunstancias en las que, como Emma, pueden representarlo en un momento crítico. Nunca subestimes lo que el Señor puede hacer: Él puede convertir incluso los humildes comienzos en oportunidades increíbles. Entonces, ora y obedece, confiando que los resultados están en manos en Aquel que todo lo puede.

Por Rick Boxx - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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