El Enigma de Ser Aval
En tiempos económicos difíciles, muchos de
nosotros tenemos amigos o parientes necesitados. Queremos hacer todo lo posible
para ayudarles. Lo fácil puede ser simplemente darles algo de dinero. Una
tarjeta de regalo para la tienda de comestibles o pagar una factura de
servicios públicos puede ser un gran alivio para alguien que no tiene dinero en
efectivo. Pero Jesús dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir»
[Hechos 20:35]. Una aplicación de esta amonestación es que es posible que quien
lo recibiera no esté tan entusiasmado con el regalo como tú lo estás al darlo,
por lo que se recomienda precaución al hacerlo.
El libro de los Hechos, en la Biblia se nos
habla de la preocupación que tenían unos por otros, los primeros cristianos. Si
una persona o familia tuviera una necesidad, alguien más podría vender algo
para ayudarlos. La Biblia dice que el dinero era puesto a «los pies de los
apóstoles», lo que sugiere algún tipo de fondo de beneficencia que pudiera ser
utilizado por cualquiera que lo necesitara. Muchas iglesias hoy en día tienen
un sistema similar.
Podríamos pensar que prestar dinero es una
buena idea, pero los bancos están en el negocio de otorgar préstamos, y es
posible que nuestro amigo ya haya agotado esa posibilidad. Si hacemos un
préstamo personal a un amigo o familiar, estamos actuando como un pequeño
banco. Necesitamos hacer lo que haría un banco, como tener un documento que
detalle la cantidad prestada, el interés y el calendario de reembolso, así como
las consecuencias de un incumplimiento.
Esta es una transacción comercial, por lo
que incluso si se trata de un amigo o familiar, debemos ser firmes en la forma
en que manejamos la transacción. También podríamos querer considerarlo como un
donativo, con una cláusula de condonación de deuda. Por ejemplo, el acuerdo de
préstamo podría decir que la deuda se cancelará si ocurren ciertas cosas, como
pérdida del trabajo, terminar una carrera universitaria o alguna otra forma de
incentivo de beneficio para todos los involucrados.
La peor forma de «ayuda» es servir de aval.
La sabiduría antigua del libro de Proverbios compara el convertirse en un aval
con un pájaro atrapado en una trampa, advirtiendo de sus peligros potenciales:
«Hijo mío, si has salido fiador por la deuda de un amigo o has aceptado
garantizar la deuda de un extraño, si quedaste atrapado por el acuerdo que
hiciste y estás enredado por tus palabras, sigue mi consejo y sálvate, pues te
has puesto a merced de tu amigo. Ahora trágate tu orgullo; ve y suplica que tu
amigo borre tu nombre. No postergues el asunto; ¡hazlo enseguida! No descanses
hasta haberlo realizado. Sálvate como una gacela que escapa del cazador, como
un pájaro que huye de la red». [Proverbios 6:1-5 NTV].
Si imprudentemente firmamos como aval de la
deuda de otra persona, debemos liberarnos lo más rápido que podamos. Al
cuarenta por ciento de las personas que firman como aval de un amigo termina
costándoles mucho dinero; peor aún, el 30 por ciento encuentra que ha dañado la
relación. Como advierte otro proverbio: «Avala a un extraño y vivirás
angustiado; evita dar fianzas y vivirás tranquilo» [Proverbios 11:15 RVC].
Hace años, mi padre firmó como aval de un
préstamo de automóvil para un pariente. El pariente no cumplió con el préstamo
y el automóvil fue embargado. Esto quedó registrado como incumplimiento y
afectación al crédito de mi padre. Hizo que le resultara más difícil conseguir
una hipoteca para una casa unos años más tarde.
Si tenemos amigos o familiares necesitados,
nuestro deseo de hacer una diferencia honorable debe realizarse de manera que
no los avergüence. Podemos darles un préstamo, pero solo si el dinero no es
necesario para nuestras propias obligaciones financieras. Como aconsejan las
Escrituras, nunca debemos avalar un préstamo. Podemos ser generosos,
encontrando formas creativas y sustanciales de alentar, apoyar y animar a
nuestros amigos o familiares, mientras protegemos las relaciones y nuestro
propio futuro financiero.
Por Jim Mathis - MANÁ DEL
LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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