Ninguno de Nosotros Es Tan Inteligente como Todos Nosotros Juntos

Durante mis años como editor de una revista, algunos de mis momentos favoritos consistieron en reunir a nuestro equipo creativo para planificar los títulos y el diseño gráfico de la próxima edición. Siendo un escritor con un buen sentido para la presentación visual, asistía a esas sesiones con mis propias ideas, pero saldría de cada reunión asombrado por los resultados de nuestra sinergia creativa. Y cuando finalmente se imprimió el número, no hubo duda de que el todo era mayor que la suma de las partes. 

Un colega mío solía decirlo de esta manera: «Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos». Porque todos tenemos nuestras fortalezas y áreas de especialización. Individualmente podemos lograr algunas cosas buenas; pero junta a diferentes personas que ansiosamente ponen en común sus respectivas habilidades y puedes pasar de un buen trabajo a una pura obra maestra. 

Considera a una orquesta sinfónica: tiene una colección de cuerdas, instrumentos de viento de madera, metales y percusión. Y dentro de cada uno de esos grupos hay instrumentos especializados. Por ejemplo, en la sección de percusión puede haber cajas, bombos, timbales, platillos, campanas y más. Cada uno está diseñado para producir sonidos distintivos que, cuando se tocan en concierto con todos los demás instrumentos, pueden dar como resultado una maravillosa pieza musical. 

Lo mismo ocurre en el mundo de los deportes, atletas de diferentes tamaños y habilidades, todos con distintas responsabilidades en una búsqueda colectiva de la victoria, un resultado que sería imposible si uno o más de los miembros del equipo no cumplieran con sus tareas. 

Podemos ver esto todos los días en el mundo empresarial y profesional, las empresas sobresalen cuando las personas adecuadas se colocan en los lugares correctos para llevar a cabo las responsabilidades correctas. Si no se utilizan capacidades únicas al alinearlas para obtener el máximo rendimiento, se pueden producir fallas comerciales, incluso la bancarrota. Me gusta lo que la Biblia enseña acerca de las personas que trabajan juntas en armonía y hacia objetivos comunes: 

1. Trabajar juntos trae fuerza adicional. Se ha observado que un caballo de batalla puede tirar de un cierto peso, pero dos trabajando juntos a menudo pueden tirar varias veces ese peso. «Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas. Del mismo modo, si dos personas se recuestan juntas, pueden brindarse calor mutuamente; pero ¿cómo hace uno solo para entrar en calor? Alguien que está solo puede ser atacado y vencido, pero si son dos, se ponen de espalda con espalda y vencen; mejor todavía si son tres, porque una cuerda triple no se corta fácilmente» [Eclesiastés 4:9-12 NTV]. 

2. Trabajar juntos perfecciona nuestras habilidades. Todos podemos aportar a la mejora y, a medida que trabajamos juntos, podemos ayudarnos mutuamente a reconocer los puntos ciegos, identificar las debilidades y complementar las fortalezas de los demás. «Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo» [Proverbios 27:17 TLA]. 

3. Trabajar juntos proporciona el apoyo necesario. Los desafíos y la adversidad pueden desalentarnos, incluso desanimar hasta a las personas más decididas. A medida que trabajamos juntos, podemos brindarnos aliento y apoyo mutuos. «...mientras aún queda tiempo, cada uno debe animar al otro a seguir confiando...» [Hebreos 3:13 TLA]. «No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios, y más aún cuando ya vemos que se acerca el día en que el Señor juzgará a todo el mundo» [Hebreos 10:25 RVC]. 

Por Robert J. Tamasy – MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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