Cosechando y Sembrando
A veces se siente más fácil darse por vencido, ¿no es así? Intentamos y tratamos y nos cansamos tanto de intentarlo, especialmente cuando no vemos ningún resultado o fruto de nuestro trabajo. Entonces, tomamos la decisión de dejar de intentarlo, aunque esperamos desesperadamente ver algún tipo de resultado positivo.
En nuestras vidas, estamos “sembrando” cosas buenas o cosas malas. Estamos plantando semillas que brotarán y darán un resultado positivo o estamos permitiendo que las malas hierbas echen raíces en nuestras vidas. Y si te somos sinceros, parece que es más fácil que la mala hierba eche raíces en nuestra vida que cualquier planta que dé frutos, ¿no?
Gálatas 6:9 dice: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. (NVI) Es difícil hacer las cosas bien, elegir perseverar cuando no vemos resultados. Pero si queremos “cosechar una cosecha”, no podemos darnos por vencidos.
Elegir ir al gimnasio durante una semana no dará como resultado un cuerpo nuevo y saludable. Debemos seguir adelante, semana tras semana, para ver algún subproducto que muestre nuestro arduo trabajo. No podemos esperar que nuestro matrimonio fallido mejore después de haber sido amables con nuestro cónyuge por un día. Debemos esforzarnos e invertir en nuestro matrimonio día tras día, confiando plenamente en Dios para lograr un cambio verdadero.
Nunca cosechas inmediatamente después de plantar. Los agricultores saben esto. Plantan en una temporada y cosechan en otra. Entonces, si quieres ver resultados sorprendentes en tu vida, debes seguir adelante. No puedes rendirte y aún esperar una cosecha. Es tan fácil para nosotros pensar de esa manera. Esperamos que Dios nos dé sus bendiciones y una vida fructífera, pero nos dimos por vencidos hace mucho tiempo. No debemos desanimarnos en este camino porque cosecharemos lo que sembramos.
Fuente: YouVersion
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