Podemos Confiar en los Principios Bíblicos para el Lugar de Trabajo
Hace años, publiqué un libro titulado:
Negocios al máximo: sabiduría eterna de los Proverbios para los negocios
actuales (Disponible en inglés), compilado a partir de una serie de
meditaciones del Maná del Lunes que he escrito a lo largo de varios años; mi
objetivo era presentar una gran cantidad de principios de la Biblia que se
aplican al mercado empresarial del Siglo XXI. La respuesta al libro fue
mayoritariamente positiva. Tanto individuos como grupos de empresarios y
profesionales lo han utilizado para la reflexión y el debate personal.
Sin embargo, recibí algunas críticas de
lectores que se quejaron de que los escritos no estaban lo suficientemente
enfocados. Tal vez buscaban respuestas para problemas específicos o cuestiones
que estaban enfrentando. Sin embargo, como ocurre con el Maná del Lunes cada
semana, nuestro deseo es presentar la relevancia práctica y atemporal de las
Escrituras para el lugar de trabajo y recordarnos que, desde la perspectiva de
Dios, todo trabajo es sagrado.
La Biblia no da respuestas específicas a
preguntas como: «¿Qué trabajo debo tomar?» o, «¿Cómo puedo hacer que nuestro
proveedor sea más accesible?». Pero proporciona principios básicos y esenciales
sobre cómo debemos comportarnos en el mercado. Me acordé de esto recientemente
cuando un amigo a quien llamaré Jim me habló de una situación extremadamente
difícil a la que se enfrentó hace años.
Él era inspector de control de calidad para
una empresa de servicios públicos contratada por el gobierno, asignado para
supervisar plantas estrictamente de acuerdo con especificaciones detalladas.
Así que «suficientemente cerca» no era aceptable. Sin embargo, su diligencia no
fue apreciada por los gerentes y supervisores de la planta. Lo presionaron para
que pasara por alto el equipo que no cumplía con los requisitos del código.
Incluso recibió amenazas de muerte.
Jim soportó la intensa oposición durante
tres años, cumpliendo con su deber de hacer cumplir plenamente las
regulaciones, hasta que se trasladó a otra planta. Tres años más tarde, fue
reasignado a la planta original y descubrió que el entorno de trabajo había
cambiado drásticamente. Todos los gerentes que se oponían a su compromiso ético
habían sido despedidos, y el nuevo liderazgo recibió con beneplácito las inspecciones
meticulosas.
Si le preguntaras a Jim si la Biblia habla
específicamente de los desafíos que ha enfrentado, probablemente te diría que
no. Pero sí sabía que, como creyente, comprometer y encubrir fallas de diseño
no solo era inaceptable, sino también un mal testimonio de su fe. Estos son
solo algunos de los principios bíblicos que defendió con valentía:
1. A Dios le importa la honestidad. Hay muchas tentaciones en el mercado laboral para ocultar la verdad,
pero Dios siempre espera honestidad y franqueza. «El Señor detesta el uso de
las balanzas adulteradas, pero se deleita en pesas exactas» [Proverbios
11:1 NTV].
2. La deshonestidad eventualmente quedará
expuesta. No fue una coincidencia que Jim
recuperara su puesto anterior, mientras que aquellos que eran engañosos en sus
informes habían sido destituidos. «Los labios veraces permanecen para
siempre, pero la lengua mentirosa tiene corta vida» [Proverbios 12:19 RVC].
3. Hay seguridad en la integridad. Jim no hizo nada personalmente para exponer a quienes se le oponían,
pero la determinación de engañar de estas personas fue descubierta. «Las
personas con integridad caminan seguras, pero las que toman caminos torcidos
serán descubiertas» [Proverbios 10:9 NTV].
Por Robert J. Tamasy - MANÁ DEL
LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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