La Diferencia Entre Gozo Y Felicidad

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos dice que toda persona debe tener derecho a buscar la felicidad. Sin embargo, esto no garantiza que debamos esperar que seamos felices por siempre o incluso que la felicidad —en sí misma— sea un derecho o algo en lo que debamos dedicar mucho tiempo en perseguir.

La felicidad está estrechamente relacionada con lo que sucede, con lo que está pasando en el momento. Ganar el gran juego o conseguir un ascenso laboral puede hacernos felices. Perder nuestro trabajo o tener un accidente automovilístico puede hacernos infelices. Lo que está sucediendo ahora, o lo que puede suceder dentro de dos minutos, puede alterar drásticamente nuestra felicidad.

Por esa razón, la felicidad no debe confundirse con el gozo. El gozo es una condición del corazón, un rasgo de carácter y parte de lo que somos interiormente. A diferencia de la felicidad, el gozo no depende de las circunstancias actuales o cambiantes. Podríamos sentirnos infelices por lo que está sucediendo en nuestras vidas ahora y, sin embargo, continuar experimentando un gozo que trasciende cualquier factor o influencia negativa.

Podríamos pensar que la felicidad es como el tiempo. El tiempo cambia a diario, incluso cada hora. El gozo se parece más al clima. El cambio puede progresar lentamente y, a menudo, pasa desapercibido. El gozo se puede relacionar con el optimismo. Una actitud alegre afectará la forma en que reaccionamos ante las circunstancias. Por ejemplo, si perdemos un juego de béisbol, es posible que estemos tristes, pero el gozo nos permitirá disfrutar el haber jugado. Si nuestro único objetivo es ganar o perder, seremos muy felices o muy infelices según el resultado. Sin embargo, un espíritu alegre moderará los altibajos y nos permitirá encontrar más satisfacción en cualquier situación.

Una sensación de infelicidad cuya fuente no podemos identificar debería servirnos como luz de advertencia. Piensa en la infelicidad como algo similar a la luz «Revise el motor» en el tablero de nuestro automóvil. Puede que no indique nada serio, o podría ser una advertencia de que estamos permitiendo que las situaciones que nos rodean controlen nuestros pensamientos.

Si estamos constantemente infelices en el trabajo, tal vez eso indique que es hora de encontrar un nuevo trabajo o al menos nuestras redefinir metas o hacer ajustes a nuestra actitud. Podemos esperar momentos infelicidad a corto plazo. Las cosas no siempre salen como queremos. Pero la infelicidad a largo plazo requiere atención. Curiosamente, la Biblia dice mu poco sobre la felicidad, pero tiene mucho que decir sobre el gozo. De hecho, nos dice que la verdadera alegría se puede encontrar tanto en los buenos como en los malos momentos. Aquí algunos ejemplos:

1. El gozo viene de la adversidad. Nadie busca sufrimiento y dificultades intencionalmente, pero una vez ya en la adversidad, ésta puede ser un constructor muy eficaz del carácter personal. «Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen resistencia, la resistencia produce un carácter aprobado, y el carácter aprobado produce esperanza» [Romanos 5:3-4 RVC].

2. El gozo proviene de una fe fortalecida. Los tiempos difíciles, especialmente los que están claramente fuera de nuestro control, revelan dónde reside realmente nuestra confianza y nuestra fe. «...cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada» [Santiago 1:2-4NTV].

3. El gozo perdura incluso cuando la felicidad huye. Hay momentos en la vida en los que parece que la felicidad nos ha abandonado para siempre y, sin embargo, mediante la fe en Dios podemos aferrarnos al gozo que solo Él puede proporcionar. «Canten al Señor, ustedes sus fieles; alaben su santo nombre. Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría» [Salmo 30:4-5 NVI].

Jim Mathis – MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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