Planificar el Futuro en Tiempos Inciertos
Con otro año calendario a punto de
terminar, es hora una vez más de reflexión y expectativa, mirando hacia atrás
al año pasado y esperando el que está por comenzar. ¿Cómo ha sido este año para
ti, fue todo lo que esperabas, mejor de lo que esperabas o totalmente diferente
a lo que habías anticipado?
A medida que la pandemia mundial ha seguido
sujetándonos a muchos de nosotros, la vida tal como los conocemos ha cambiado
de muchas formas. La palabra «normal» ha adquirido un nuevo significado. Para
muchos: «seguir como de costumbre» ha quedado en el pasado. Entonces, a medida
que 2021 se aleja cojeando y las incertidumbres de 2022 llaman a la puerta,
muchos de nosotros nos rascamos la cabeza y nos preguntamos cómo podemos
planificar el futuro de manera efectiva.
Esta no es la primera vez que personas
de todo el mundo se enfrentan a lo desconocido, por supuesto. El futuro siempre
es impredecible, por lo que debemos planificar en consecuencia. Si esperas lo
inesperado, entonces no te sorprenderás por completo. Incluso con eso,
encontramos mucha sabiduría en las Escrituras sobre cómo planificar y
prepararnos para el futuro. Aquí hay una muestra de la guía que encontramos en
la Biblia:
1. No pierdas el tiempo mirando hacia
atrás. Podemos aprender del pasado, pero insistir
en él, especialmente en nuestros fracasos, es improductivo. El apóstol Pablo
tenía mucho de lo que podía arrepentirse; en cambio, optó por centrarse en el
presente y el futuro prometido. «...sigo adelante a fin de hacer mía esa
perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados
hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el
pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar
al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama
por medio de Cristo Jesús» [Filipenses 3:12-14 NTV].
2. No te dejes dominar por la ansiedad. Los acontecimientos inesperados relacionados con la pandemia han sido
inquietantes, pero la preocupación y el miedo por lo que pueda deparar el
futuro pueden paralizar nuestra planificación. Tomar la vida, y nuestro
trabajo, día a día es una estrategia sólida. Jesús amonestó a sus seguidores
diciéndoles: «Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o
beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la
comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran
ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las
alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?» [Mateo 6:25-26 NVI].
3. Formula tus planes encomendándolos al
Señor. A menudo, nuestra planificación y
estrategia no toma en cuenta lo que podrían ser las intenciones de Dios. El rey
David de Israel, que no era ajeno a la oposición severa y los altos desafíos,
entendió esto. Por eso pudo escribir: «Confía en el Señor y haz el bien;
entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás. Deléitate en el Señor, y él
te concederá los deseos de tu corazón. Entrega al Señor todo lo que haces;
confía en él, y él te ayudará» [Salmo 37:3-5 NTV].
4. Mantén tu confianza en la participación directa de Dios cuando los planes se interrumpan. A veces hacemos nuestros planes, sintiéndonos seguros de que están de acuerdo con la voluntad de Dios y, sin embargo, no funcionan como habíamos anticipado. En lugar de ceder a la frustración o la desesperación, podemos confiar en que Sus planes son mejores que los nuestros. «Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo» [Proverbios 3:5-6 TLA].
Por Robert J. Tamasy - MANÁ DEL
LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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