Se un Participante en el Juego Eterno
En el libro de Simon Sinek, Juego
Infinito, menciona su creencia de que el mundo de los negocios ha estado
demasiado tiempo estancado, buscando un «juego finito». Esto es cuando los
líderes empresariales tan sólo buscan ganancias de un trimestre a otro, o de un
año fiscal a otro, buscando una solución finita, en lugar de ir por un
propósito duradero.
Sinek sostiene que los líderes empresariales deberían ir en pos de lo que él define como una "causa justa". Si nos damos cuenta de cuál es la principal razón o propósito de nuestros negocios, en lugar de las ganancias, cambiará la forma en que tomamos decisiones comerciales. Él está diciendo que incluso en el mercado altamente competitivo y en constante cambio, debe haber un sentido de misión más grande que recompensar a las partes interesadas con rendimientos financieros crecientes.
Esto no quiere decir que los beneficios no sean importantes. Son vitales para sustentar nuestros negocios. No hay duda de eso. Sin embargo, para aquellos de nosotros que somos seguidores de Jesucristo, el «juego infinito», nuestro juego eterno, debe jugarse principalmente con un propósito en mente: glorificar a Dios. Si buscamos ganancias exclusivamente, podemos perder las recompensas de la eternidad.
La Biblia tiene mucho que decir al respecto. Aquí hay una muestra de los principios que enseña que podemos aplicar fácilmente al lugar de trabajo de nuestros tiempos:
1. Tiene sentido seguir el diseño de Dios. El Salmo 139:14 declara que cada uno de nosotros está «hecho de manera maravillosa» y, por implicación, los negocios que construimos y desarrollamos son una extensión de eso. Por esta razón, haríamos bien en tratar de descubrir cuáles son las intenciones de Dios para nosotros y para nuestro trabajo. «Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás» [Efesios 2:10 NTV].
2. Tiene sentido consultar la guía. Cuando compramos un producto, a menudo recibimos una guía de usuario. Cuando nos contratan para un trabajo, a menudo recibimos un manual del empleado. En los deportes, los atletas reciben un libro de jugadas. Y en la Biblia, encontramos la guía de Dios sobre cómo vivir y cómo trabajar. «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra» [2 Timoteo 3:16-17 NVI].
3. Tiene sentido buscar los mayores rendimientos. Los beneficios van y vienen; algunos años generan más beneficios económicos que otros. Pero si supieras dónde encontrar las mejores recompensas, ¿no tendría sentido buscarlas? «Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no como para la gente, porque ya saben que el Señor les dará la herencia como recompensa, pues ustedes sirven a Cristo el Señor» [Colosenses 3:23-24 RVC].
4. Tiene sentido mantener la perspectiva
correcta. Muchas personas han invertido la mayor
parte de su tiempo, energía y recursos en la búsqueda de ganancias y
recompensas que son fugaces. Luego se preguntan: «¿Eso es todo lo que hay?».
¿Por qué no centrarse en lo que menos podemos permitirnos perder? «¿Y qué
beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti
mismo?» [Lucas 9:25 NTV].
Lo que las Escrituras nos enseñan es que, si buscamos recompensas eternas, es factible obtenerlas. Por lo tanto, tiene sentido buscar la eternidad, no las ganancias fugaces.
Por Rick Boxx - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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