Conformidad Espiritual

Nuestra cultura está cambiando constantemente en estos tiempos. Personalmente, he llegado a la conclusión de que no puedo seguir el ritmo, y mucho menos adaptarme, a los muchos cambios culturales que están ocurriendo a nuestro alrededor. Hubo un tiempo en que acepté esos cambios sociales como inevitables. Sin embargo, como seguidor de Jesucristo, ahora comprendo que no puedo tolerar muchos de estos cambios y estoy adoptando una postura por lo que llamo «conformidad espiritual». Nuestro Señor nos llama a seguir sus caminos, no a conformarnos, es decir: a no hacernos a la forma de los caminos de este mundo.

Romanos 12:1-2 amonesta a todos los creyentes: «Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta» [NVI].

Cuando era un joven oficial del ejército de los Estados Unidos, se me instruyó que siguiera las órdenes y comandos que venían de arriba. La conducta ordenada regida por reglas establecidas produce resultados positivos por parte de cualquier grupo. Las empresas también deben establecer las mejores prácticas para garantizar que sus empleados sigan las pautas que honrarán a su empresa y atenderán adecuadamente a sus clientes.

Como ávido golfista, me doy cuenta del propósito de las reglas del juego que tanto me gusta. Todos los deportes organizados tienen reglas por una razón: sin límites habría caos; los jugadores se aprovecharían de lo que quisieran hacer. Sin reglas adecuadas, el resultado sería una anarquía competitiva.

Creo que este es el problema con toda la revolución cultural que hemos visto en los últimos años. Muchas personas simplemente inventan las reglas a medida que avanzan en la vida y hacen lo que creen que es correcto en sus propios ojos. De hecho, esto es lo que nos dice La Biblia. En Jueces 2:10-11 leemos «Y murió también toda esa generación, y se reunió con sus antepasados. Después de ellos vino otra generación que no conocía al Señor, ni sabía lo que el Señor había hecho por Israel» [NVI].

Ahora, permítanme sugerir que nos enfoquemos desde una dirección diferente. En lugar de evaluar la culpa, preferiría ofrecer lo que creo que es el antídoto para esta creciente pandemia espiritual. Aquellos de nosotros que tenemos una relación personal con nuestro Padre Celestial por medio de Jesucristo podemos apropiarnos de Su vida espiritualmente, por medio del Espíritu Santo que vive en nosotros. Necesitamos pedir a Dios que nos llene de Su Espíritu y nos dé el discernimiento necesario para tomar las medidas adecuadas para asegurar que el mensaje de paz y esperanza de Dios se comunique de manera efectiva, impregnando los corazones de quienes nos rodean.

Al querer vivir una vida contracorriente que honre a Dios, pienso en las palabras escritas por el apóstol Pablo en Colosenses 3:15-17: «Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.  Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él» [NTV].

Necesitamos aferrarnos firmemente a lo que sabemos que es verdadero y correcto, con la sabiduría que se mantiene firme en la gracia que nos ha otorgado nuestro Señor. Entonces podemos orar por la sanidad y restauración de nuestra cultura y nuestra gente, incluidos los hombres y mujeres que encontramos cada día en el mercado empresarial.

Por Jim Langley - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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