Supera el Temor Y Comienza a Aprender
Para cada uno de los que trabajamos,
cambiar no es nada nuevo. Nos guste o no, el cambio es una experiencia que nos
es familiar, que ocurre todo el tiempo.
Algunas personas negociantes y
profesionales, incluso líderes y ejecutivos de alto nivel, dicen con toda la
convicción: «¡Odio cualquier tipo de cambio!», como si el cambio en sí mismo
tuviera la capacidad de determinar a quién le gusta o no, y luego amablemente
nos pide permiso antes de instalarse.
Una de las estaciones de radio más
respetadas de mi país, Brasil, utiliza un eslogan apropiado que nos obliga a
pensar: «En 20 minutos, todo puede cambiar». Sin embargo, en muchos casos, los
cambios, incluso los muy drásticos, pueden ocurrir repentinamente y en mucho
menos de 20 minutos.
¿Quién puede olvidar que hace
aproximadamente 18 meses, los primeros casos de la COVID-19 sacudieron al mundo
entero? Menos de un mes después, nuestra vida privada y profesional dio un
vuelco. Nadie pidió nuestra aprobación antes de que se promulgaran los cambios
sociales necesarios en respuesta a la creciente pandemia.
Cuando ocurre un cambio, ya sea
dramático o un inconveniente menor, ¿cómo respondemos? La reacción emocional
correcta al lidiar con cambios en nuestra vida personal o profesional, según el
profesor de Harvard, Dr. Daniel Goleman, se llama ADAPTABILIDAD. Esta es una de
las habilidades de inteligencia emocional más importantes, según afirma el
aclamado investigador.
La adaptabilidad, dijo Goleman, es la
capacidad de adecuarse a los cambios, situaciones nuevas o eventos imprevistos.
Aunque no sean predecibles, estas son realidades cotidianas de la vida, especialmente
en el mundo empresarial y profesional. Pero más que simplemente ajustarnos, es
importante que aprendamos a superar los impactos adversos del cambio. Luego, a
través de un enfoque positivo hacer frente a los cambios que quizás no
hubiéramos previsto o deseado, y podemos descubrir nuevas oportunidades.
He descubierto que cuando las cosas
parecen estar fuera de control, es aconsejable centrarse en Aquel que tiene el
control. Como Dios declara en Jeremías 29:11: «Pues yo sé los planes que
tengo para ustedes—dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo,
para darles un futuro y una esperanza» [NTV]. Encontramos una
seguridad similar en el libro de Proverbios, que nos dice: «Confía en el
Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. Busca su
voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar» [3:5-6
NTV].
En las Escrituras encontramos el
maravilloso ejemplo del apóstol Pablo, cuyas circunstancias de vida profesional
y personal cambiaban todo el tiempo. Si caminaba hacia un lugar de culto, lo
echaban. Si subía a un barco, amenazaba con hundirse. Si reunía gente y daba
testimonio de cómo había cambiado su vida, era arrestado. Es más, una vez,
cuando logró sobrevivir a un naufragio, fue mordido por una serpiente.
Pablo podría haberse amargado, quejarse
todo el tiempo, sentirse como un perdedor o un fracasado. Sin embargo, hizo una
declaración extraordinaria que nos avergüenza por la forma en que manejamos
nuestros cambios: «No lo digo porque esté necesitado, pues he aprendido a
estar satisfecho con lo que tengo. Sé bien lo que es vivir en la pobreza, y
también lo que es tener de todo. He aprendido a vivir en toda clase de
circunstancias, ya sea que tenga mucho para comer, o que pase hambre; ya sea
que tenga de todo o que no tenga nada. Cristo me da fuerzas para enfrentarme a
toda clase de situaciones» [Filipenses 4:11-13 TLA].
Esa declaración victoriosa me enseña tres cosas sobre el cambio:
1. Debo aprender a adaptarme a las circunstancias.
2. No puedo permitir que ningún cambio
se robe mi satisfacción.
3. Debo permanecer firme y vivir por fe
sobre el único fundamento que nunca cambia: Jesucristo.
Por
Sergio Fortes - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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