Quién Es Primero: ¿El Líder o los Seguidores?
La perspectiva hace una gran diferencia
por la forma en que enfocamos la vida desde diferentes posiciones. Si vemos la
vida desde una perspectiva optimista, usualmente podemos encontrar aspectos
positivos incluso en circunstancias difíciles. Sin embargo, si adoptamos una
perspectiva pesimista, incluso las cosas buenas que suceden pueden verse con
cinismo y ansiedad. Es como la persona que se despertó una mañana y pensó:
«Bueno, todo ha ido bien hasta ahora. Veamos qué pasa ahora que me levante de
la cama».
Desde el punto de vista del liderazgo,
la perspectiva también puede tener un fuerte efecto en la forma en que
enfocamos nuestras responsabilidades diarias. Si los líderes se ven a sí mismos
como «los jefes», y todos los que son sus subordinados están obligados a
cumplir sus órdenes, esto puede afectar la moral, la productividad, el respeto
e incluso la capacidad de retener a los trabajadores que son importantes para
el éxito de la organización. Sin embargo, existe una perspectiva muy diferente
que puede tener el líder, una que haya servido muy adecuadamente a muchos
ejecutivos y gerentes.
Max De Pree, respetado hombre de
negocios y autor de aclamados libros sobre liderazgo expone: «¿Cómo te ves como
líder? Ya sabes, desde la perspectiva del seguidor, es de vital importancia que
el líder tenga una autopercepción fiel a la realidad. Los líderes pertenecen a
sus seguidores. Un director debería referirse a los empleados como «las
personas a las que sirvo». ¡Qué realidad tan diferente! Y qué efecto tan
diferente en los seguidores».
¿Puedes percibir la manera en que el
enfoque que describe De Pree difiere de una visión de «yo soy el jefe» en la
que los empleados son percibidos como sirvientes? Ciertamente, ha habido muchos
ejecutivos dominantes y duros que han logrado una alta productividad de su
gente. Pero, qué diferencia haría si más líderes vieran a su personal como «las
personas a las que sirvo».
Este concepto, conocido popularmente
como «liderazgo de servicio», no es nuevo. Si bien puede que no sea el énfasis
principal para la mayoría de los programas de MBA, es una idea que se ha
utilizado con gran eficacia durante miles de años. Incluso la Biblia subraya su
importancia, y nada menos que Jesucristo la ha convertido en una alta
prioridad. Aquí hay varios ejemplos de lo que enseñan las Escrituras:
1. Los mejores líderes vienen a servir. La verdadera grandeza, desde la perspectiva de Dios, no se basa en la
posición o el poder, sino en la voluntad de poner a los demás en primer lugar. «...el
que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del
Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos» [Marcos 10:45 RVR].
2. El verdadero liderazgo sigue un estándar
diferente. En algunos círculos, el liderazgo se
percibe como la capacidad de dominar y controlar. Pero hay otra manera: «Jesús…
dijo: "En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo
con prepotencia; sin embargo, son llamados 'amigos del pueblo'. Pero entre
ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más
bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que
se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto.
¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve"»
[Lucas 22:25-27 NTV].
3. El liderazgo implica sumisión mutua. Los subordinados obviamente deben informar y servir a quienes tienen
autoridad sobre ellos. Sin embargo, los líderes también deben esforzarse por
guiar a quienes supervisan. «Ustedes, los siervos, obedezcan a sus amos
terrenales con temor y temblor, y con sencillez de corazón, como obedecen a
Cristo. No actúen así sólo cuando los estén mirando, como los que quieren agradar
a la gente, sino como siervos de Cristo que de corazón hacen la voluntad de
Dios. Cuando sirvan, háganlo de buena gana, como quien sirve al Señor y no a
los hombres, sabiendo que cada uno de nosotros, sea siervo o libre, recibirá
del Señor según lo que haya hecho. Ustedes, los amos, hagan lo mismo con sus
siervos. Ya no los amenacen. Como saben, el Señor de ellos y de ustedes está en
los cielos, y él no hace acepción de personas» [Efesios 6:5-9 RVC].
Robert J. Tamasy - MANÁ DEL
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