Superando lo que Pasa "Detrás del Telón"

 

Hace muchos años visité una planta de embutidos de carnes frías. Después de ver por primera vez cómo se hacían las salchichas, pasó más de un año antes de que pudiera volverme a comerme otra. Es interesante aprender lo que realmente sucede detrás de escena con cosas con las que estamos muy familiarizados.

Después de haber servido en el ejército, haber participado activamente en el liderazgo de la iglesia, y haber participado en diversas organizaciones comunitarias y profesionales, he tenido la «oportunidad» de observar de primera mano lo que sucede «detrás del escenario». Una vez que se retira el telón, literal o figurativamente, es fácil volverse cínico, sarcástico o incluso distante, tratando de disociarnos de lo que hemos visto.

¿Qué tienen todas esas organizaciones en común? Detrás del «telón», todas están dirigidas por personas; personas imperfectas, muchas terriblemente imperfectas. Personas que pueden desanimar, desilusionar, incluso traicionar nuestra confianza y compromiso con ellos y la misión de la organización. Entonces, ¿por qué sigo comprometido? ¿Por qué sigo tan involucrado con tales organizaciones, a pesar de sus imperfecciones y deficiencias?

Mi respuesta es muy sencilla. He podido ver detrás del único «telón», la única «cortina» que realmente cuenta. He visto lo único que importa para toda la eternidad.

Un versículo de la Biblia en particular habla de esta perspectiva eterna y ha captado mi atención: «Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros...» [Hebreos 6:19-20 NVI]. Esto me recuerda que debo seguir mirando hacia un futuro emocionante y prometido en lugar de pensar en los aspectos negativos que inevitablemente encontramos a lo largo de la vida y el trabajo cotidianos.

¿Qué pasa contigo? ¿Estás cansado de la «política», ya sea del gobierno, o del lugar donde trabajas o de las organizaciones comunitarias o religiosas de las que formas parte? ¿Cómo podemos evitar quedar atrapados en las desventajas de los comportamientos y acciones detrás de la cortina que vemos todos los días? He descubierto que esto sucede solo cuando leo, medito y navego en la Palabra de Dios, y mantengo mi enfoque en Su completo y perfecto control soberano. Entonces puedo rendirme y decir: «…quiero que se haga tu voluntad, no la mía», tal como Jesús mismo oró [ver Lucas 22:42].

Confiando en que Dios sabe todo y siempre hará lo correcto, independientemente de las circunstancias en las que me encuentre, mi trabajo simplemente se convierte en hacer la siguiente cosa que Su Espíritu me indica. Cuando me olvido, o me niego a hacerlo, es cuando termino en la cuneta muy rápidamente, abrumado por problemas, preocupaciones y miedos.

Encontramos muchos pasajes en las Escrituras que nos animan a hacer esto. Atención a estos principios:

1. Hay que mirar en la dirección correcta. «Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra» [Colosenses 3:2 RVC].

2. Es necesario elegir el modelo correcto a seguir. «No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta» [Romanos 12:2 NTV].

3. Hay que asegurarse de tener el pensamiento correcto. «… piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado» [Filipenses 4:8 TLA].

Por Ken Korkow – MANA DEL LUNES

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