Reconectarse Durante los Tiempos de Desconexión


La pandemia mundial del 2020 cobró un alto precio de muchas maneras. Una de las formas quizá pasada por alto o subestimada, es la desconexión de las relaciones personales importantes, debido a los cierres y la necesidad de distanciamiento social provocado. Algunos de nosotros somos más sociables que otros, pero incluso las personas más introvertidas necesitan un contacto regular con otras personas, que les ayuden a mantener sus vidas más equilibradas.

Como resultado, las restricciones pandémicas nos presentaron un nuevo problema: cómo volver a conectarnos en momentos de desconexión. Afortunadamente, la tecnología ha proporcionado algunas increíbles soluciones. Ahora podemos comunicarnos de formas que no estaban disponibles en décadas pasadas.

Actualmente participo en frecuentes reuniones en plataformas como Zoom; eso ha aliviado parte de mi estrés asociado con la pérdida de contactos valiosos. Sin embargo, mi experiencia inicial con Zoom —hace varios años— estuvo exclusivamente relacionada con los negocios; pero ahora, este valioso recurso tecnológico, me ha permitido mantener conexiones con amigos que son vitales para mi bienestar emocional y espiritual.

Durante estas reuniones virtuales, muchas veces he recordado la indicación que nos hace la Biblia: «Tratemos de ayudarnos unos a otros, y de amarnos y hacer lo bueno. No dejemos de reunirnos, como hacen algunos. Al contrario, animémonos cada vez más a seguir confiando en Dios…» [Hebreos 10:24-25 TLA]. A menudo, este pasaje se aplica a importancia de la asistencia a la iglesia, pero siempre que podamos conectarnos con creyentes de ideas afines, podemos ser animados y alentados.

Todos necesitamos aliento en estos tiempos difíciles. En verdad, las video conferencias no pueden reemplazar los encuentros personales cara a cara, pero definitivamente sí superan a las llamadas tradicionales. Las noticias sobre la contingencia se han concentrado en la cantidad de personas que padecen el virus y el número de fallecidos asociados con él. Comparativamente, se ha dicho y escrito muy poco sobre el impacto de estar solo durante largos períodos de tiempo.

El aislamiento puede causar una gran angustia mental, y estar restringido en un área pequeña con poca interacción social puede ser extremadamente estresante. Todos deseamos la libertad de vagar un poco, de salir de los confines de nuestros hogares. Necesitamos diversiones, especialmente aquellas que desvíen nuestro enfoque de los problemas cotidianos. El ver demasiados programas de televisión también puede afectar nuestro bienestar mental, como seres sociales atrapados en un dilema de distanciamiento social.

Es por eso que las reuniones virtuales, incluso uno a uno, pueden ser tan beneficiosas. Proverbios 27:17 dice: «Para afilar el hierro, la lima; para ser mejor persona, el amigo» [TLA]. No solo necesitamos una compañía amistosa, sino también la fricción creativa que proviene de las personas que interactúan mientras persiguen una misión común.

Sin embargo, en momentos como estos, nunca debemos olvidar cuánto necesitamos la conexión con nuestra relación más importante: con Dios. Poder conectar con otros seres humanos es maravilloso, ya sea a través de la tecnología o en persona. Pero no he encontrado nada que se pueda comparar con el tiempo que puedo pasar con el Señor y Su Palabra.

Para aquellos que se preguntan: «¿Dónde puedo buscar las respuestas que necesito para seguir viviendo una vida abundante que sea significativa y valorada?», recomiendo encarecidamente las Escrituras para encontrar las respuestas que buscan. Si te has desconectado de Dios, no puedo pensar en un mejor momento que ahora para reconectarte. En Mateo 11:28, Jesucristo dice: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso» [NTV]. ¡Él está esperando que cada uno de nosotros simplemente vayamos y nos conectemos con Él hoy mismo!

Jim Langley - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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