PAZ

 

MIENTRAS QUE YO ORABA sobre qué escribir en este `estudio de Israel´, sentí que el Señor imprimía en mi corazón una palabra: ‘paz’. Las canciones empezaron a fluir por mi mente: “Tengo paz como un río…” “Paz, paz, cuán dulce paz…” “Shalom aleijem…” “Shabat shalom…” “Todo lo que decimos es denle una oportunidad a la paz…”. Cantos cristianos, judíos y seculares; el mundo anhela paz.

En todos los años que he vivido en Israel, nunca he conocido a un israelí que no anhelara la paz. Algunos han sido políticamente de izquierda y otros de derecha. No han estado de acuerdo sobre cómo lograr la paz y cómo es la paz verdadera, pero, en resumen, todos desean la paz. En cada generación, a medida que sus jóvenes se visten con uniformes militares y levantan armas para luchar contra el enemigo, su esperanza es que la próxima generación tenga paz. La lucha del Medio Oriente podría terminar hoy si los enemigos de Israel bajaran sus armas de guerra, extendiendo una mano de verdadera amistad. La Primera Ministra Golda Meir (primera ministra israelí de 1969 a 1974) dijo la famosa frase: «La paz llegará, cuando los árabes amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros».

En Israel, los últimos meses han sido asombrosos a causa de una nación musulmana tras otra haciendo las paces con Israel. Primero fueron los Emiratos Árabes Unidos, luego Bahrein y después Sudán. Hay indicios de que otras naciones seguirán. Es de notar que estos acuerdos de paz no requerían que Israel intercambiara tierras por paz. Como han señalado el Primer Ministro Netanyahu y otros, esto es ‘paz por paz’. Los acuerdos de paz con Jordania y Egipto han sido una paz fría. Ya vemos que estos nuevos acuerdos de paz son diferentes: estamos viendo una paz cálida. Se han establecido vuelos directos entre Israel y sus antiguos estados enemigos, los empresarios israelíes están involucrando a sus nuevos aliados en acuerdos comerciales de beneficio mutuo y se espera que el turismo sea el siguiente. Los israelíes se han regocijado. Algunos cristianos se han regocijado con ellos, mientras que otros han sugerido que esta es la falsa paz del Anticristo y han teorizado que podría ser el tratado de siete años profetizado por Daniel. ¿Cuál debería ser nuestra respuesta?

¿Qué dice la Biblia sobre la paz?

Los profetas de Israel hablan de una época sin guerra. Tanto Isaías como Miqueas hablan palabras casi idénticas (Mi 4:3 e Is 2:4): “Él juzgará entre las naciones y hará decisiones por muchos pueblos. Forjarán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra” (Is 2:4).

En el corazón de Jerusalén se ha erigido un monumento con esta Escritura inscrita en él, mostrando armas de guerra por un lado y herramientas agrícolas por el otro. Esto se entiende ampliamente como una profecía mesiánica.

Por otro lado, los profetas también hablan de una paz falsa. Los líderes y profetas de Israel en varios tiempos buscaron apaciguar o animar al pueblo proclamando la paz cuando no había paz (Jr 6:14, 8:11 y Ez 13:16). En el comentario de Jeremías 6:14 en la Biblia de Estudio Nelson, dice: «Los líderes religiosos buscaron consolar a la gente con un mensaje de esperanza y paz. Pero esas palabras no eran la palabra de Dios. La paz describe la integridad de la vida, la seguridad y la tranquilidad del corazón y la mente que se obtienen al vivir por fe de acuerdo con la Palabra de Dios».

En tiempos históricos más recientes, el entonces Primer Ministro del Reino Unido, Neville Chamberlain, se reunió con Hitler y negoció transferirle Sudetenland a cambio de la promesa de paz. Hitler incluso firmó un pacto de no agresión entre Gran Bretaña y Alemania. Cuando Chamberlain regresó a casa, proclamó: «Paz para nuestro tiempo». Por supuesto, la historia nos ha demostrado que esto no fue una paz de verdad. Fue solo apaciguamiento.

El apóstol Pablo habla del Día del Señor que vendrá como un ladrón en la noche cuando digan: “«Paz y seguridad», entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta” (1 Tes 5:3).

Muchos cristianos nos han escrito pidiendo nuestra opinión. ¿Es esta paz verdadera, o es esta la paz falsa de la que se habla en la Biblia?

Paz: un regalo de Dios

La paz es algo bueno y algo que debemos buscar. El rey David escribió: “Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela” (Sal 34:14). El apóstol Pedro cita estas palabras de David en 1 Pedro 3:11.

En Israel, ‘shalom’ (paz) es un saludo que incorpora una bendición. En esencia, en lugar de saludar, decimos «Espero que tengas paz». En las Epístolas, Pedro, Pablo y Juan usaron las palabras “gracia y paz” como una bendición. Cuando los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de Jesús (Yeshúa), una multitud de ángeles alabó a Dios y dijo: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace!» (Lc 2:14).

Hay muchas referencias bíblicas en que Dios concede la paz y es un Dios de paz.

El Señor dará fuerza a Su pueblo; el Señor bendecirá a Su pueblo con paz” (Sal 29:11).

En paz me acostaré y así también dormiré, porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro” (Sal 4:8).

En Corintios leemos: “Dios no es Dios de confusión, sino de paz…” (1 Co 14:33).

En Filipenses somos exhortados: “Por nada estén afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer sus peticiones delante de Dios Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús” (Fil 4:6-7).

Creo que la paz es una bendición que Dios quiere para Su pueblo.

Engaños de Satanás

La Biblia dice que “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17). Por cada cosa buena que Dios crea, Satanás hace una falsificación o pervierte lo bueno. Dios creó el amor; Satanás lo pervirtió en lujuria. Dios creó la verdad; y Satanás lo diluye diciendo: «Todos tenemos nuestras verdades» o «No hay una verdad absoluta». Dios creó la fe y Satanás provocó dudas. Dios promete esperanza y Satanás patrocina el miedo y la desesperación. El último Reino mesiánico de Dios estará marcado por la paz y la falta de guerra. Las promesas de paz de Satanás no son genuinas y no durarán. ¿Cómo se puede discernir si algo es falso? Lo comparas con la verdad. Parece bastante fácil, pero en realidad puede ser difícil. El objetivo de los falsificadores es engañar acercándose lo más posible a la realidad.

Teorías del fin de los tiempos

Mi padre, el Dr. David Allen Lewis, se especializó en el estudio de la profecía bíblica del fin de los tiempos (escatología). Después de años de escucharlo enseñar y escucharlo responder preguntas, me di cuenta de que hay opiniones fuertes dentro del mundo cristiano; y que hay gente que puede ser muy dogmática sobre ciertos temas, mientras que otros cristianos sinceros ven estos temas de una manera totalmente diferente. Tengo la convicción de que parte de nuestras creencias sobre los eventos proféticos futuros se basan en teorías, porque no se definen de manera simple y clara en las Escrituras. Siempre aconsejo a nuestro personal que no sea dogmático sobre las teorías. En asuntos que no son acerca de la salvación, debemos aprender a estar en desacuerdo de una manera amorosa. Lo principal es amar y adorar a Dios, estudiar la Biblia, seguir el ejemplo de Jesús (Yeshúa) y los discípulos, y confiarle el futuro a Dios.

Muchos —mas no todos— los cristianos estarán de acuerdo con la siguiente breve sinopsis del pensamiento cristiano sobre la falsa paz en los últimos tiempos. La mayoría también encontrará algún punto con el que no esté de acuerdo.

Al final de los tiempos, el Anticristo (o el anti-Mesías) se levantará como un hombre de paz y hará un tratado de paz de siete años con muchos (Daniel 9:27). Esa paz se revelará como falsa después de tres años y medio. En ese momento, se instalará en el Templo para ser adorado y el Templo será profanado. Jesús, hablando con sus discípulos acerca de los eventos del tiempo del fin, dijo: «Por tanto, cuando ustedes vean la abominación de la desolación, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo, y el que lea que entienda, entonces los que estén en Judea, huyan a los montes» (Mt 24:15-16). El lugar santo es el Templo. La profecía de Daniel se cumplió históricamente cuando Antíoco Epífanes profanó el Templo en 164 a. C. Casi 200 años después, Jesús hizo referencia a este pasaje como un evento futuro. Entonces, entendemos que sucederá dos veces, la segunda por el archienemigo de Dios llamado el ‘Hombre de Pecado’ o el Anticristo. El período de tribulación que sigue será de duración limitada. La paz no perdurará; es una paz falsa.

Una de las dificultades que enfrentamos hoy en día tiene que ver con el discernimiento de los tiempos. Muchos se preguntan: ¿Es el plan de paz actual parte del tratado de paz de siete años de que se habló en Daniel y por Jesús? Si es así, ¿qué dice eso sobre los involucrados en el proceso? ¿Deberíamos regocijarnos en los acuerdos de paz como genuinos, o deberíamos llamarlos paz falsa?

En la actualidad, simplemente no lo sabemos. Sabemos que hoy no hay ningún Templo. Es imposible para el ‘Hombre de Pecado’ profanar algo que no existe. Si las palabras de Jesús se entienden literalmente, entonces el Templo será reconstruido en el futuro y luego profanado.

Construir en Israel lleva tiempo. Obtener un permiso de construcción requiere un gran esfuerzo. Imagina la burocracia y la dificultad que implica construir en un sitio bíblico importante. Los arqueólogos deben examinar el sitio y aprobar el permiso. Luego imagina que el sitio es una de las propiedades más disputadas del mundo. Si logras superar esos obstáculos, encontrarás que la construcción en esta parte del mundo no es fácil ni rápida. Todo está hecho con hormigón, piedra y varilla de acero, y requiere un extenso trabajo de cimentación. Un edificio importante tarda años en completarse. No se ha iniciado ningún trabajo de este tipo, y aunque hay una esperanza en el corazón de muchos judíos de volver a construir el Templo, no hemos oído hablar de ningún plan oficial para hacerlo. De hecho, por el contrario, el gobierno de Israel se mantiene alejado del tema, entendiendo que la Tercera Guerra Mundial podría estallar por tal esfuerzo.

Nuestra respuesta

La Biblia dice que debemos bendecir a Israel y al pueblo judío. El apóstol Pablo dijo: “Gócense con los que se gozan y lloren con los que lloran” (Rom 12:15). Hemos llorado con los padres israelíes cuyos hijos han muerto defendiendo a la nación de Israel. Hemos visto el dolor, la tristeza y el costo pagado por miles de familias en Israel. Los padres israelíes pasan los años que sus hijos están en el ejército con la respiración contenida, esperando y orando para que su hijo o hija esté a salvo. Ahora se regocijan por las perspectivas de paz. Me regocijaré con ellos. No sé cuánto durará la paz, pero me regocijaré en tiempos de paz y tranquilidad.

A medida que avanzamos hacia el futuro, oraremos por una comprensión clara de los tiempos y las estaciones. Estudiaremos las Escrituras mientras le pedimos al Señor revelación y dirección sobre cómo debemos actuar en medio del presente y el futuro. Amaremos, bendeciremos y nos regocijaremos con la nación de Israel. Jesús (Yeshúa) nos dijo que estemos listos, alertas, sobrios y que nos acerquemos con amor a los necesitados (Mt 24 y 25). Como Él dijo: “Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos” (Mt 5:16).

por: Rvda. Rebecca J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional

Traducido y adaptado por Robin Orack – Voluntaria en Puentes para la Paz 

Revisado por Raquel González – Coordinadora Centro de Recursos Hispano

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