¿No sabes porqué orar?
¿Qué te detiene
hablar con Dios con regularidad?
Sentirse cómodo con la oración requiere práctica. Y más aún, si queremos
crecer en la fe, es importante ser capaces de tener conversaciones sinceras con
Dios.
Así, que si no
estás seguro acerca de qué orar…
Aquí tienes cinco ejemplos de oraciones diarias:
- Orar para que Dios sea
conocido
“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones…” EFESIOS 3:20-21
Ejemplo:
Dios, sabemos que estás sobre todas las cosas y que por ti todas las
cosas se sostienen. Hoy, glorifícate en el mundo. Que las personas que nunca te
han conocido, te encuentren. Amén.
- Orar por el mundo
“Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos”. EFESIOS 6:18
Ejemplo:
Señor, arregla el mundo. Haz lo mejor para Tu reino y llena a Tu
pueblo con compasión, fortaleza y buenas ideas para que podamos contribuir
espiritualmente a nuestro mundo. Amén.
- Orar por tu necesidad
“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias”. FILIPENSES 4:6
Ejemplo:
Señor, Tú sabes lo que necesito antes que yo. Así que, dame lo que
necesito hoy para poder enfocarme en ti y no en mis problemas. Y, en cuanto a
las necesidades del mañana, confío en que Tú las proveerás. Amén.
- Orar por perdón
“Cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados”. MARCOS 11:25
Ejemplo:
Padre, solo Tú conoces mis intenciones. Perdona a las personas que me
han perjudicado, porque yo ya las perdoné. Padre, perdóname porque yo también
cometí errores. Gracias por no tener en cuenta nuestros pecados. Amén.
- Orar por sanidad y
protección
“¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor”. SANTIAGO 5:14
Ejemplo:
Señor, hay mucho sufrimiento en el mundo. Sana a los enfermos y restaura
la vida y la paz de las almas cansadas. Protege nuestra mente y cuerpo, y danos
tu fuerza para resistir la tentación y soportar las pruebas. Amén.
Estas ideas no son nuevas. Jesús las usó hace más de dos mil años al
enseñar a sus discípulos a orar:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra
como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a
nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno”.
MATEO 6:9-13
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