Ser Enseñable: Una Virtud Invaluable



Tom, un CEO amigo mío, tenía en su equipo de liderazgo a un ejecutivo prometedor que estaba teniendo dificultades en su trabajo. Era obvio que este individuo necesitaba de una supervisión adicional para que pudiera madurar y alcanzara el potencial que todos sabían que poseía. Uno de los problemas era la reticencia del ejecutivo a aceptar cualquier tipo de control. Carecía de una cualidad que Tom consideraba crítica para el crecimiento personal y profesional: la capacidad de aprender.
A pesar de tener la inteligencia y el talento de sobra para convertirse algún día en un miembro valioso del equipo, la resistencia a la instrucción y a la corrección seguirían siendo obstáculos para su avance profesional. Tom sabía que si el líder no se mostraba más abierto a las recomendaciones de cambio o mejora, lo más probable es que fracasaría cualquier ayuda y apoyo que le enviaran.
Al no estar dispuesto a que renunciara el joven ejecutivo, Tom programó una reunión cara a cara con él para discutir sobre lo que estaba ocurriendo. Tom tenía que mostrarle que requería ser enseñable, o tendrían que considerar otras opciones.
Afortunadamente, ese líder finalmente mostró humildad y aceptó la oferta de guía e instrucción de parte de Tom. Esto dio como resultado un rápido crecimiento para él en lo personal, y más rentabilidad para la organización. Resultó ser beneficioso para todas las partes, pero si se hubiera resistido al cambio, todos habrían perdido.
Repetidamente en las Escrituras encontramos énfasis en la importancia de la capacidad de aprendizaje. Aquí están hay unos ejemplos:
La capacidad de aprendizaje conduce a la prosperidad. Hay un viejo dicho que dice que «ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros». Podríamos creer que podemos tener éxito de forma independiente, sin ayuda, pero en realidad, eso casi siempre conduce al fracaso. Sin embargo, confiar en la sabiduría y las ideas de los demás, generalmente conduce al éxito. «Los que están atentos a la instrucción prosperarán; los que confían en el Señor se llenarán de gozo» [Proverbios 16:20 NTV]. «Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman» [Proverbios 15:22 RVR].
La capacidad de aprendizaje allana el camino a la sabiduría. Un joven que buscaba un mentor, cuando se le preguntó por qué quería ser asesorado, respondió: «Quiero aprender de sus errores». Al mostrar discernimiento más allá de sus años, este individuo se dio cuenta de que no necesitaba cometer todos los errores por sí mismo para aprender de ellos; también podía aprender de los errores de otros. La sabiduría es generalmente un producto de la experiencia, y la experiencia a menudo se obtiene al cometer errores y luego hacer las correcciones y cambios necesarios. «Atiende al consejo, y acepta la corrección; así acabarás siendo sabio» [Proverbios 19:20 RVC].
El aprendizaje busca los mejores recursos. El mundo está lleno de conocimiento. Hay cientos, incluso miles de libros sobre prácticamente cualquier tema. Hay un suministro interminable de información a través de los medios: televisión, radio, periódicos y revistas. Internet puede servir como una biblioteca a su alcance, una gran cantidad de contenido sobre prácticamente todo. Pero solo tenemos un tiempo limitado, por lo que los recursos que utilizamos pueden afectar no sólo nuestra capacidad de enseñanza sino también lo que aprendemos. ¿Por qué no consultar la Biblia? Escribiendo a su joven discípulo, el apóstol Pablo declaró: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra» [2 Timoteo 3:16-17 NTV].
La capacidad de aprendizaje es una cualidad que todos debemos buscar en aquellos que seleccionamos para las áreas líderes de nuestro negocio.
Por Rick Boxx – MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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