¿Qué Desea en la Vida?
«¿Qué
quieres en la vida?». ¿Alguien le ha hecho esa pregunta? La mejor manera de
responder es determinando qué es lo más importante para usted. Durante más de
50 años, he visto a muchas personas de negocios obsesionarse con el éxito en la
profesión elegida. Algunos incluso han orado por tener ganancias personales.
No
veo nada malo en luchar por el éxito, pero creo que Dios quiere que dirijamos
nuestras oraciones no hacia nosotros, sino hacia las necesidades de los demás y
el avance de su reino. No imagino a Dios esperando ansiosamente cumplir con
todas nuestras oraciones egoístas cuando hay tanto bien que podríamos estar
haciendo por los demás.
A
veces pienso en las palabras aleccionadoras del Señor a Baruk, que se desanimó
y cuestionó al profeta Jeremías en su momento de tristeza y dolor. Esto es lo
que Dios dijo a través del profeta a Baruk y a cualquiera que esté buscando un
tratamiento especial en esta vida: «Baruc, esto dice el Señor: “Destruiré
esta nación que construí; arrancaré lo que planté. ¿Buscas grandes cosas para
ti mismo? ¡No lo hagas! Yo traeré un gran desastre sobre todo este pueblo; pero
a ti te daré tu vida como recompensa dondequiera que vayas. ¡Yo, el Señor, he
hablado!”» [Jeremías 45:4-5 NTV].
Necesitamos
entender que no se nos debe ninguna distinción especial. Algunos vienen a este
mundo con mucho, mientras que muchos llegan con muy poco. Pero todos llegamos
desnudos y nos iremos de la misma manera. Hubo un momento en mi vida en que a
menudo oré por éxito y la recompensa financiera. Eso cambió drásticamente
después de leer un libro de Bruce Wilkinson: «La Oración de Jabes», en 2001. Me
ayudó a darme cuenta de lo superficial que era mi vida de oración.
El libro se basa en dos versículos en un pasaje que
rastrea el linaje de la tribu de Judá. Comienza: «Y Jabes fue más ilustre
que sus hermanos…» [1 Crónicas 4:9-10 RVR]. ¿Por qué era este hombre más
ilustre? Wilkinson explica que Jabes oró específicamente para que Dios lo
bendijera, ampliara su territorio, estuviera con él continuamente, y no permitiera
que lo lastimaran, a fin de que se liberara del dolor. ¡Y dice que Dios
concedió su pedido!
Desde
entonces, he estado orando mi propia versión personalizada de la oración de
Jabes: «Señor, te pido que me bendigas más allá de mis expectativas. Expande
mis fronteras, mis áreas de influencia para Tu gloria. Mantén tu mano sobre mí
constantemente, Señor, y aleja el mal de mí para que no me pueda causar dolor».
Sigo orando sin ninguna expectativa, y he sido bendecido inmensamente a lo
largo de los años. Mientras oramos, lo más importante es la condición de
nuestro corazón, más que las palabras específicas que dirigimos a nuestro Padre
Celestial. Él conoce nuestro corazón y quiere bendecirnos de maneras que no
podemos comprender.
Esto
me ha ayudado a definir lo que quiero en la vida, pero no tiene nada que ver
con la riqueza y los deleites terrenales. Muchas de mis bendiciones ni siquiera
parecían bendiciones en algún momento. Sin embargo, a pesar de todo, me he
acercado a Dios; Su mano ha estado sobre mí constantemente. Él ha expandido mis
fronteras y áreas de influencia, y me ha usado de formas que nunca hubiera
imaginado. Realmente me ha bendecido más allá de mis expectativas.
Me
di cuenta de que no se trata de mis propios logros o habilidades. Todo lo que importa
es saber que estoy en el centro de Su voluntad y que algún día lo conoceré,
como se describe en 1 Juan 3:2: «Queridos amigos, ya somos hijos de Dios,
pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí
sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es». ¿Es la
relación con Jesús su enfoque principal? ¿Es lo que desea en la vida?
Jim
Langley - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
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