La Vida Fuera de Tu Zonda de Confort

Algunas personas se arriesgan por naturaleza. Son los primeros en probar el paracaidismo o el salto bungee. Al ver el menú de un restaurante, buscan la selección inusual, la mezcla exótica que pocas personas ordenan. En lugar de optar por la seguridad de un trabajo en una compañía establecida, se aventuran por su cuenta sin seguridad de tener éxito, pero están seguros de que no se arrepentirán de seguir en pos de su sueño.
Admiro a las personas que son así. Porque he pasado gran parte de mi vida eligiendo lo que me ha parecido como el camino más seguro, frecuentemente lo que ha representado menos desafío y estrés. He tomado decisiones prudentes, cuidadosamente consideradas. Lo he hecho al elegir quedarme con lo que he sentido cómodo y seguro. Sin embargo, muchas de mis experiencias más gratificantes llegaron cuando estuve dispuesto a aventurarme más allá de mi zona de confort.
Un orador me recordó esto recientemente cuando habló sobre «la vida al final de la zona de comodidad». Esto puede significar muchas cosas, como: La disposición a considerar nuevas ideas, incluso aquellas que desafían nuestros puntos de vista y las cosas como las entendemos. Estar dispuesto a renunciar al platillo acostumbrado en el restaurante favorito para probar algo diferente, ¡o incluso probar un restaurante nuevo e inusual!
A lo largo de mi carrera, muchos de mis logros más gratificantes han llegado al final de mi zona de confort personal. Puedo mencionar: Intentar presentar un artículo de revista por primera vez, arriesgándome a ser rechazado; colaborar con alguien en escribir un libro por primera vez; dejar la seguridad de un ingreso garantizado para unirme a una organización que involucró todo mi apoyo financiero; estar de acuerdo en hablar en público a pesar de mi timidez natural.
Espiritualmente ha sido lo mismo para mí. Recuerdo que aprendí sobre el programa de discipulado del CBMC, «Operación Timoteo». Le pedí a un buen amigo que me ayudara siendo mi mentor, pero él me dijo: «¿Por qué no encuentras a alguien a quien tú puedas guiar a través del material Operación Timoteo?». Aunque no me sentía muy preparado para ayudar a alguien a crecer espiritualmente, descubrí esa experiencia entre las más satisfactorias que he tenido. Y en el proceso, encontré que la persona que creció más rápidamente… fui yo.
El mayor ejemplo de ir más allá del final de nuestra zona de confort, hablando espiritualmente, es entregar nuestra vida a Jesucristo, no solo por la esperanza de la vida después de la muerte, sino también por la vida antes de la muerte, incluso en el lugar de trabajo. Operar un negocio, o llevar a cabo nuestras responsabilidades de trabajo, de acuerdo con los principios bíblicos, especialmente cuando va en contra de las prácticas de nuestros colegas, definitivamente nos saca de nuestra zona de confort. Aquí hay solo un par de cosas que la Biblia dice al respecto:
Aférrese a la integridad a pesar de que los competidores no lo hagan. Al vivir y trabajar en un mundo competitivo, parece fácil ceder a la tentación de actuar de la misma manera que todos los demás. El estándar de Dios, sin embargo, es muy diferente. Requiere fe y valentía no hacer lo que hacen los demás. «El que camina en integridad anda confiado; mas el que pervierte sus caminos será quebrantado» [Proverbios 10:9 RVR].
Confíe en Dios cuando las circunstancias no tengan sentido. Surgen situaciones que nos toman desprevenidos, realidades que no podemos comprender y no sabemos cómo resolver. A menudo, estas son las ocasiones que Dios usa para enseñarnos a vivir fuera de nuestras zonas de confort y, en cambio, a encontrar nuestro consuelo en él. Recuerde que Dios nos ha dicho: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia» [Isaías 41:10 RVR].

Robert J. Tamasy - MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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