Decisiones de la Mente y el Corazón



Al principio de mi carrera en seguros, aprendí una lección importante para cerrar la venta. Las decisiones se pueden tomar desde la cabeza o desde el corazón. Personalmente, considero que comprar un seguro de vida es una decisión del corazón, pero las consideraciones financieras deben entrar en juego. A menudo aconsejo a los clientes que elijan primas mensuales más bajas para garantizar que sus políticas sigan vigentes. Mi enfoque es recomendar inicialmente el limitar su compromiso a no más del 50 por ciento de lo que ellos creen que pueden pagar cómodamente. Creo que este consejo puede ser valioso para muchas decisiones de la vida.
Es fácil dejar que el corazón se haga cargo, o dejar que la mente haga lo mismo. En mi experiencia, las mejores decisiones provienen de una perspectiva equilibrada. En los matrimonios, el esposo y la esposa deben discutir y, con suerte, orar acerca de las decisiones importantes de la familia. En los negocios, puede ser muy valioso obtener consejos de otros que aportan experiencia y sabiduría a la mesa.
Hace años, observé cómo dos líderes de una empresa manufacturera de tamaño mediano eliminaban dos tercios de los empleados para reducir los costos y subcontratar (outsourcing) gran parte del trabajo realizado durante muchos años por empleados fieles. Los números podrían haber apoyado sus decisiones, pero las vidas y los medios de vida de muchas personas fieles a la empresa se vieron afectados de manera drástica. Ver a dos ejecutivos golpear la exitosa filosofía empresarial de los fundadores me llevó a abandonar la vida corporativa, después de buscar un sabio consejo.
En Proverbios 19:20-23 se nos dice: «Consigue todo el consejo y la instrucción que puedas, para que seas sabio por el resto de tu vida. Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá. Lo que hace atractiva a una persona es su lealtad. Es mejor ser pobre que deshonesto. El temor del Señor conduce a la vida; da seguridad y protección contra cualquier daño» [NTV].
Algunas traducciones de este pasaje usan la palabra «mente» en lugar de «corazón», ya que estos dos términos a menudo se consideran intercambiables en las Escrituras. Como la creación más maravillosa de Dios, se nos ha dado la capacidad de pensar en la información pertinente y sentir las emociones para ayudar en el proceso de toma de decisiones. A medida que buscamos alinear nuestros corazones y mentes con el Señor, podemos discernir mejor su voluntad para nuestras vidas.
Cuando nuestras emociones y pensamientos están en sintonía con su Espíritu, nos encontramos en una posición poderosa para tomar decisiones críticas. En Romanos 8:6-8, Pablo explica acerca de la nueva naturaleza que recibimos por medio de Jesucristo. Concluye: «Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz. Pues la naturaleza pecaminosa es enemiga de Dios siempre. Nunca obedeció las leyes de Dios y jamás lo hará. Por eso, los que todavía viven bajo el dominio de la naturaleza pecaminosa nunca pueden agradar a Dios» [TLA].
En otras palabras, si el corazón y la mente no están controlados por Cristo, el resultado no será agradable para Dios, ya que nos hemos centrado en los pensamientos y deseos egoístas en lugar de en Sus planes y propósitos.
Por más de 30 años, me he esforzado por ser guiado por el corazón y la mente de Cristo. Y debido a eso, creo que Dios me ha dirigido fielmente por el camino correcto. En Proverbios 3:5-6 se nos instruye: «Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas» [NVI].
Al considerar las decisiones de su corazón y de su mente, considere la posibilidad de depositar su confianza total en Dios, nuestro Padre Celestial, en busca de Su sabiduría y perfecta voluntad.

Jim Langley- MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL

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