El Camino no Aprobado, Pero Cierto Para Fallar
¿Alguna
vez ha optado por no intentar hacer las cosas por miedo a fallar? Tal vez al
estar asumiendo una mayor responsabilidad en el trabajo, tratando de cambiar de
oficio, o hasta tratar de empezar un ambicioso programa de auto superación.
Debo
admitir ser culpable de eso en varias veces. Esto es irónico, porque si
decidimos no hacer algo, existe una certeza del 100 por ciento de que no lo
lograremos. No hace mucho encontré una cita de una fuente desconocida que dice:
"Todo logro comienza con la decisión de intentarlo".
Suena
como una obviedad, porque parece algo con sentido común. Pero cuando
enfrentamos un desafío y determinamos que no vale la pena el esfuerzo, o el
riesgo de fracaso, de intentarlo, afirmamos que este "sentido" no es
tan común después de todo. La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el
caso clásico de Thomas Edison, inventor de la bombilla incandescente, que tuvo
que hacer cientos de intentos antes de que finalmente lograra producir una luz
eléctrica como él había imaginado.
Al
revisar las páginas de la historia, podemos encontrar innumerables ejemplos.
Pero mi intención aquí no es celebrar los éxitos de aquellos que intentaron y
persistieron. Más bien, es para llorar a todos aquellos que han concebido
grandes ideas, pero que fracasaron porque no estuvieron dispuestos a
intentarlo. Hace muchos siglos, un filósofo chino llamado Mencio lo expresó en
otros términos: "La diferencia entre el entusiasmo y la indiferencia está
llena de fallas".
Me
viene a la mente mi amigo, Mike. Hace años eligió dejar un trabajo seguro y
bien remunerado para comenzar una empresa de consultoría de software desde
cero. Su "oficina" estaba en el sótano de su casa, su escritorio
improvisado consistía en una puerta puesta sobre dos archiveros. Sabía que era
arriesgado, tener una familia pequeña y dejar la certeza de un sueldo fijo,
junto con sus beneficios corporativos asi como un seguro de salud. Cuando las
facturas comenzaron a aumentar y tuvo que ser hospitalizado brevemente por una
enfermedad grave, Mike tuvo la tentación de renunciar a su sueño. Se preguntaba
muchas veces "¿En qué estaría pensando?"
Pero
decidió seguir persiguiendo su visión y encontró un cliente muy necesitado
"justo a tiempo". Con el tiempo, él y un pequeño equipo construyeron
el negocio en una exitosa compañía internacional. Mike experimentó el
cumplimiento de la realización de su visión empresarial; su fe también creció
mucho en el proceso. Podemos tener una visión, o un sueño de vida, pero
encontramos que nuestra determinación de ir en pos de ello flaquea, ¿qué
debemos hacer?
Las
Escrituras nos dan una idea: Pon tu confianza en el lugar correcto. Incluso las
personas más talentosas y con experiencia tienen momentos en que su
determinación es probada por la adversidad. Sin embargo, si creemos que Dios
nos está llevando a dar un paso de fe, no dar ese paso sería un acto de
desobediencia. "Confía en el Señor con todo tu corazón y no te
apoyes en tu propio entendimiento; Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus caminos" (Proverbios 3:5-6).
Haga
de Dios y Su voluntad su prioridad. Antes de tomar una decisión importante,
primero comprometa el asunto con Dios en oración, buscando sinceramente su
sabiduría y dirección. Una vez que tengamos confianza de la forma en cómo él
nos está guiando, podemos estar seguros de que está con nosotros en lo que
estamos tratando de hacer. "Deléitate en el Señor y él te dará los
deseos de tu corazón. Encomienda tu camino al Señor, confía en él y él hará
esto: hará que tu justicia brille como el alba, la justicia de tu causa como el
sol del mediodía" (Salmo 37:4-5).
MANÁ DEL LUNES es una edición semanal de CBMC INTERNATIONAL
Robert
J. Tamasy ha escrito Business
at Its Best: Timeless Wisdom from Proverbs for Today’s Workplace.
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