Estar Siempre Listo Para Dar Una Respuesta
¿Por
qué va a trabajar?" Hay muchas respuestas a esta pregunta. Obviamente, una
razón, es para ganarnos la vida. Otra, si se es lo suficientemente afortunado,
es para dedicarse a una profesión u oficio que disfruta y encuentra
gratificante. Nuestro trabajo puede beneficiar a otros a través de los
productos y servicios que podemos ofrecer. Pero para otros, el trabajo sirve
como una actividad que ocupa el tiempo entre los fines de semana. Podríamos
pensar en otras razones para ir a trabajar.
Pero,
¿con qué frecuencia comenzamos nuestro día de trabajo con la actitud de que
estamos allí como representantes de Jesucristo, aún si no somos empleados de
una iglesia, alguna organización cristiana sin fines de lucro o hasta si
estamos en una compañía cuyos dueños son seguidores de Jesús? Esta razón puede
no estar siempre en presente en nuestras mentes, aunque debería ser así.
Colosenses
3:23 nos dice: "Hagan lo que hagan, hagan su trabajo como para el
Señor...". Y podemos mostrar esto a través de la diligencia y calidad con
que realicemos nuestros trabajos. Pero también debemos reconocer que a través
de nuestro trabajo podemos tener oportunidades para encontrar personas que
quieran saber más acerca de Él. Luego entonces, tenemos que estar preparados.
Tomás,
un amigo mío, es gerente general de una maquila. No hace mucho, lo visitó un
importante cliente extranjero en visita de negocios.; y vio que Tomás
distribuía algunos boletos a los trabajadores en la planta y le preguntó:
"¿Qué es eso?" Al enterarse de que las entradas eran para un evento
en la iglesia de Tom, donde un orador hablaría de su fe en Jesucristo, el
cliente se llenó de preguntas Una por una, Tomás fue respondiendo a las
preguntas de su huésped con sensibilidad y amabilidad. El cliente explicó que
su esposa era seguidora de Cristo, pero en su país de origen la mayoría de la
gente abraza una religión diferente.
Mientras
Tomás daba respuestas, el visitante frecuentemente expresaba asombro al
comentar: "¡Nunca nadie me dijo nada como eso!" ;
o, "Nunca lo escuché explicado de esa manera". Eso los
llevó a más conversaciones durante los días siguientes.
Cuando
Tomás me contó esta historia, admitió que no había esperado esta oportunidad
para hablar sobre su fe en Jesús. Pero estaba claro que entendía su
responsabilidad no solo de servir a su compañía y clientes lo mejor que podía,
sino también de servir y representar al Señor. Estaba siguiendo 2 Timoteo 2:15,
que instruye: "Haz tu mejor esfuerzo para presentarte a Dios como
alguien aprobado, un trabajador que no necesita avergonzarse y que maneja
correctamente la palabra de verdad".
Tom
también estaba aplicando dos principios claves para comunicar su propia fe a
los demás:
Esté
siempre listo para responder. Las oportunidades de hablar con otros sobre
Jesucristo a menudo llegan de manera sorprendente. Entonces ayuda esperar lo
inesperado. "Siempre esté preparado para dar una respuesta a todos
los que le piden que den la razón de la esperanza que tiene. Pero haz esto con
gentileza y respeto" (1 Pedro 3:15).
Busque
la sabiduría para responder adecuadamente. No existe un " molde" para
el evangelismo personal. Requiere sabiduría, y confiar en la dirección de Dios,
en qué decir y cómo decirlo apropiadamente, para adaptarse a la situación
específica. "Sé sabio en la forma en que actúas con los de afuera;
aprovechar al máximo cada oportunidad. Deja que tu conversación esté siempre
llena de gracia, sazonada con sal, para que puedas saber cómo responder a
todos" (Colosenses 4: 5-6).
© 2018. Robert
J. Tamasy es vicepresidente de comunicaciones para el
Legado de los Líderes, Inc., una corporación de no lucrativa en Atlanta,
Georgia, E.E.U.U. Bob ha escrito
en su máxima expresión: La sabiduría intemporal de Proverbios para el lugar de
trabajo de hoy; Los legados; y coautor con David A. Stoddard, El corazón de
mentor. Traducción
de Luis Cerviño. © MANÁ DEL LUNES
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