Principios para Hacer que Funcione su Negocio

Hace unos años, tuve la oportunidad de compartir mis objetivos comerciales con unos 40 agentes de seguros cuando la empresa en la que trabajo me honró por 25 años de servicio. Dije algunas palabras a partir de mi experiencia personal, comentando que los objetivos que sigo son a la vez simples y profundos: Estar presente; estudiar; ser disciplinado; ser persistente y consistente; tener una mentalidad de servicio; ser positivo, y estar cerca de Dios.
Les dije que yo creo que estos objetivos se pueden aplicar independientemente de la dirección que una persona tome en los negocios y en la vida. Con los años he llegado a una mejor comprensión de lo que funciona y no funciona en ventas y en el servicio a mis clientes. Permítanme ahondar un poco:
Estar presente. Por mis clientes, necesito seguir las palabras que dijo Jesús a Sus discípulos en Juan 13:34: «Ámense unos a otros…» y, siendo así, poner las necesidades de mis clientes antes que las propias. Cuando sigo este mandato, tomo mi trabajo mucho más en serio y desarrollo un fuerte deseo de ayudar a los demás, dando lo mejor posible en el momento oportuno.
Estudiar. Necesito estar al tanto de los cambios en las leyes y los nuevos productos disponibles para satisfacer mejor las necesidades de mis clientes. Uno de mis versículos de vida me recuerda: «Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente. Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia»  (Colosenses 3:23-24 NTV). Este es todo el recordatorio que necesito para permanecer a la vanguardia en mi profesión.
Ser disciplinado. Debo mantenerme en situaciones viables y trabajar solamente con empresas confiables. Proverbios 1:7 nos recuerda: «El temor del SEÑOR es la base del verdadero conocimiento, pero los necios desprecian la sabiduría y la disciplina» (NTV). Mis clientes quieren que sea sabio en mis recomendaciones y no actúe tontamente con sus inversiones y bienestar.
Ser persistente y consistente. Debemos entender el valor de cada «No», y perseverar para ganar el próximo «Sí», al encontrarnos con los prospectos de clientes. Santiago 1:12 nos anima: «Al que soporta las dificultades, Dios lo bendice y, cuando las supera, le da el premio y el honor más grande que puede recibir: la vida eterna, que ha prometido a quienes lo aman» (TLA). Considero que mi trabajo es una porción del servicio al Señor; y sé que Él está complacido cuando lo honro en mi trabajo.
Tener actitud de servicio. Sé que siempre debo de colocar las necesidades de los demás por encima de mi satisfacción. Efesios 6:7 nos dice:«Trabajen con entusiasmo, como si lo hicieran para el Señor y no para la gente» (NTV). Considerémonos como siervos  de nuestros clientes, pero más aún, siervos del Señor.
Ser positivo. Necesitamos «colgarnos» a muchas otras personas positivas tanto como sea posible. Hebreos 10:24-25 nos recuerda:«Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones. Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca» (NTV). Con tanta negatividad en este mundo, necesitamos sumergirnos en el pensamiento positivo, para evitar el comportamiento negativo, que es contraproducente y a veces tan frecuente.
Estar cerca de Dios (que es lo más importante). Necesitamos entender claramente nuestro propósito en la vida y recordar realmente quién está a cargo. Dios puede proveernos de una paz «que sobrepasa todo entendimiento…», proclamada por el apóstol Pablo en Filipenses 4:7. Esto nos ayuda a permanecer cerca de Él y siempre mirar hacia Él, mientras nos desenvolvemos con circunstancias en la vida, se trate de nuestros negocios, familia u de otras áreas de la vida personal.

Creo que estos siete objetivos generales pueden servirle bien a cualquier persona, pero el catalizador que hace que todo funcione es Jesucristo. Él se ofrece a ser nuestro ejemplo y entrenador mientras hacemos todo lo posible para servirle a Él, y a nuestros clientes, a fin de tratar con todo lo que Él coloca en nuestro camino.
Por Jim Langley - © MANÁ DEL LUNES 

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