¿Indispensabel, Como un Teléfono Celular?
¿Cómo es que
llegamos a sobrevivir sin los teléfonos celulares? ¿Se lo ha preguntado
recientemente? Hace décadas, antes de que los teléfonos móviles se convirtieran
en una cosa tan común, no era algo para preocuparse. Si teníamos la necesidad
urgente de hacer una llamada, buscábamos un teléfono público en algún lugar —en
una tienda, o incluso en alguna carretera. Si alguien necesitaba encontrarnos
mientras viajábamos en un coche, o en algún lugar sin servicio telefónico,
simplemente tenía que esperar.
Sin embargo,
hoy, pretender salir de casa o del trabajo sin el teléfono celular parece como
si nos olvidáramos de ponernos ropa. Nos sentimos casi desnudos. Tengo un amigo
que en la década de los 80’s era un ejecutivo de ventas de gran éxito para la
compañía Cellular One. En aquellos días, los usuarios prácticamente
tenían que ser físico-culturistas para llevar los dispositivos del tamaño de un
maletín, pero los vendía fácilmente. Ahora se pueden llevar en un bolsillo o en
el bolso.
Los celulares,
gracias a los grandes avances en la tecnología, se han vuelto indispensables
para nuestra vida. Un negociante exitoso o un profesional sin un teléfono
celular, es como un vehículo sin neumáticos. No funcionaría correctamente. ¿Ha
pensado usted que integrar nuestra fe a las actividades que hacemos en nuestros
trabajos requiere de tener los principios que enseña la Biblia tan a la mano
como un celular?
Hace algún
tiempo, alguien me dio una copia de un artículo de ese autor conocido como
«Anónimo», en donde pregunta a los lectores: «¿Qué pasaría si tratáramos
nuestra Biblia como tratamos a nuestros teléfonos móviles?». Consideremos lo
siguiente:
• ¿Y si llevamos nuestra Biblia en nuestra cartera
o bolsillo?
• ¿Y si volteamos a verla varias veces al día?
• ¿Y si nos regresamos por ella, si la olvidamos en
el trabajo o en casa?
• ¿Y si la usamos para recibir mensajes de texto?
• ¿Y si la tratamos como si no pudiéramos vivir sin
ella?
• ¿Y si se la damos a los miembros de la familia
como regalo?
• ¿Y si nos basamos en ella cada vez que viajamos?
• ¿Y si la usamos en caso de
emergencia?
La Biblia no es
un libro religioso; es mucho más que eso, se trata del manual para la vida
cotidiana y el trabajo. Dios nos la ha dado para guiarnos a través de las
oportunidades, decisiones y retos de cada día. Estos son algunos ejemplos de su
valor:
Fuente de la
sabiduría. Entre los muchos valores que la Biblia enseña
como necesarios para alcanzar el éxito y la habilidad de ser líder, ninguno es
más importante que la sabiduría: «El propósito de los proverbios es
enseñar sabiduría y disciplina, y ayudar a las personas a comprender la
inteligencia de los sabios. Su propósito es enseñarles a vivir una vida
disciplinada y exitosa, y ayudarles a hacer lo que es correcto, justo e
imparcial» (Proverbios 1:2-3 NTV).
Fuente de
orientación. Es común que
estemos preguntándonos qué hacer y cómo hacerlo; por ello la Biblia brinda
respuestas: «Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para
enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que
el hombre (y la mujer) de Dios estén perfectamente preparado para toda buena
obra» (2 Timoteo 3:16-17).
Fuente para el
éxito. Todos buscamos un camino claro hacia el
éxito. La Biblia nos promete lo siguiente: «Nunca dejes de leer el
libro de la Ley; estúdialo de día y de noche, y ponlo en práctica, para que
tengas éxito en todo lo que hagas» (Josué 1:8).
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