EL HOLOCAUSTO: MUCHOS VILLANOS Y POCOS HÉROES


Mientras conmemoramos el aniversario #70 desde los Juicios de Núremberg, en que algunos líderes nazis fueron puestos en el banquillo, nos debemos hacer unas preguntas inquietantes sobre aquellos que nunca fueron investigados por su complicidad en el peor genocidio del mundo. Hubiese sido imposible realizar asesinatos masivos de tantas personas sin la complicidad de muchos gobiernos, grupos e individuos. Quizás hay demasiadas personas como para llevarlos todos a juicio, pero no es demasiado tarde responsabilizar a los que son moralmente culpables por lo que hicieron o dejaron de hacer.

Ciertamente, los individuos más culpables fueron los líderes nazis quienes planificaron e implementaron la solución final. Su meta fue reunir a los judíos de todo el mundo con la intención de matarlos y destruir lo que ellos percibían como la "raza judía." Llegaron muy cerca de alcanzarlo, erradicando a casi todos los judíos de Europa en un tiempo relativamente corto.

Esos líderes nazis tenían la ayuda de muchos "verdugos dispuestos," tanto en Alemania como en países bajo su control. Entre los peores culpables se encontraban los de Lituania, Letonia, Hungría, Eslovaquia, Polonia, Ucrania y otros países. Aunque hubo algunos héroes entre esos grupos, y son justamente recordados y honrados, el número de villanos excede enormemente al número de héroes.

También hubo gobiernos culpables, los que cooperaron y facilitaron las deportaciones y los arrestos. El gobierno de Francia deportó a más judíos de lo que exigían los nazis. Otros gobiernos, incluyendo los de Noruega, Holanda, Hungría y Austria (que ya formaba parte de la Alemania nazi), también ayudaron a los nazis para alcanzar sus metas genocidas. Por otro lado, Bulgaria rehusó cooperar con el genocidio nazi, y su pequeña población judía fue salvada. Dinamarca también rescató a sus judíos, muchos de los cuales fueron trasladados por bote a la Suecia neutral.

Hubo también países que rehusaron aceptar a los judíos, pudiendo haber escapado de los nazis si se les hubiese sido permitido entrar. Eso incluye a Estados Unidos, Canadá y muchos otros lugares de posible asilo, pero cerraron sus puertas. En Estados Unidos y Canadá, también hubo héroes que presionaron a sus líderes para hacer más, pero en su mayor parte, fracasaron.

Muchos líderes árabes y musulmanes también jugaron papeles innobles, tomando el lado de los nazis y conduciendo su propio pogromo contra los judíos locales. El villano más destacado en ese respecto fue el Gran Muftí de Jerusalén, quien se alineó con Hitler en Berlín. Activamente envió judíos a sus muertes y cerró las puertas de Palestina para los refugiados judíos.

¿Inglaterra y Estados Unidos pudiesen haber hecho más para poner fin al genocidio? ¿Pudiesen haber bombardeado las líneas de ferrocarril que se dirigían a Auschwitz y otros campamentos de muerte? Esas son preguntas complejas que han sido planteadas desde 1945 y nunca se han respondido con satisfacción.

Podemos mencionar también a los que perdonaron y conmutaron las sentencias de los nazis que habían sido sentenciados en Núremberg, y quienes los ayudaron a evitar su condena luego de finalizar la guerra. La lista es demasiado larga y perturbadora.

Los Juicios de Núremberg, al enfatizar sólo a los líderes nazis y sus secuaces directos, implícitamente exculparon a los que jugaron papeles menos directos, tanto por lo que hicieron o dejaron de hacer. Las cortes, por naturaleza, están limitadas en lo que pueden hacer para condenar a gran número de individuos que pertenecen a un amplio grupo legal y moralmente culpable. Pero los historiadores, filósofos, juristas, y ciudadanos ordinarios no están tan limitados. Podríamos culpar a quienes merecen ser culpados, aunque no se hubiesen enjuiciado en Núremberg o en subsiguientes procesos jurisdiccionales.

Nunca se podrá hacer justicia perfecta contra quienes ayudaron a perpetrar el Holocausto. La mayoría de los culpables escaparon condenas, vivieron vidas felices y murieron en sus camas, rodeados de sus seres queridos. La Alemania Occidental prosperó como resultado del Plan Marshall, y muchos empresariales, que se beneficiaron de la labor esclava judía, continuaron beneficiándose como resultado de las alegadas necesidades durante la Guerra Fría. Las balanzas de justicia han permanecido fuera de balance. Quizás eso explica por qué sobre 6 millones de personas han sido luego asesinadas en genocidios prevenibles, como en Camboya, Ruanda, Darfur y otros lugares, aunque el mundo había jurado "nunca más."

Claro está, existe el riesgo de que al culpar a todos, no culpemos a nadie. Es importante calibrar la responsabilidad de los que tomaron varios roles en el Holocausto. Esa es una inmensa tarea, pero debe ser realizada si futuros genocidios han de ser evitados.

MOTIVO DE ORACIÓN: Ore por las víctimas judías que han sobrevivido el Holocausto a medida que envejecen, y ore también por sus hijos. Ore para que esto nunca vuelva a ocurrir. 

(Por Alan M. Dershowitz, Gatestone Institute, 2 de mayo de 2016)

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