DE MUERTE A VIDA VIBRANTE
La
primavera es mi época favorita del año. En cuestión de sólo pocas semanas,
pasamos desde un tétrico panorama invernal a una nueva y vibrante vida. Los
montes de Israel se cubren de una gran variedad de flores silvestres, las aves
cantan alegremente y los árboles producen nueva verdura. También en la
primavera recordamos algunos eventos significativos en la historia del pueblo
judío.
Comienza
con Yom HaShoá, el día en que
lloramos por los seis millones de judíos que murieron durante el Holocausto.
Seis días después recordamos a los soldados que cayeron en la batalla y las
víctimas del terrorismo. Y finalmente, al día siguiente, celebramos el
establecimiento del Estado de Israel. Para nosotros los cristianos, que hemos
sido llamados a bendecir al pueblo de Israel, es vitalmente importante que
comprendamos el significado de esos eventos para el pueblo judío alrededor del
mundo y para todos los israelíes.
La Segunda Guerra Mundial:
Durante los
seis años entre 1939 y 1945, la maldad fue desatada sobre nuestro mundo. En
esencia, varios filósofos europeos propusieron la creencia de que existe un ubermensch, o súper-humano. Esa
filosofía contraria a Dios fue adoptada con gran entusiasmo por Hitler y sus secuaces
nazis, quienes percibían al pueblo germánico como la raza más avanzada, los ubermenschen. Eso implicaba que también
había unos untermenschen, o
sub-humanos.
Una vez
adoptada, esa ideología humanística resultó en la muerte de 60 millones de
personas. Veinte a veinticinco millones eran soldados que murieron en combate.
El resto del número que murió incluye a gitanos, judíos, polacos, personas
discapacitadas, personas de religiones minoritarias, negros, homosexuales y
otros. Sin embargo, el pueblo judío fue especialmente seleccionado con feroz
intensidad. El deseo de Hitler era simple: aniquilarlos completamente. Seis
millones fueron asesinados en sólo seis años porque eran judíos. El mundo judío
fue robado de una tercera parte de su población.
Es imposible
comprender la profundidad del dolor que el Holocausto ocasionó al pueblo judío.
He conocido a muchos sobrevivientes del Holocausto, y a muchos de segunda
generación. Cada hogar ha sido impactado directa o indirectamente. Cuando
recientemente me reuní con el alcalde de uno de los pueblos de Israel,
compartimos historias de nuestro pasado. Sus padres habían sobrevivido el
Holocausto, y con gran dolor en el alma escuché sobre los horrendos eventos en
su historia familiar. Es muy difícil imaginar el dolor que tuvieron que
soportar. Me referí a ello como una horrenda tragedia. Nunca olvidaré su
respuesta. Me dijo: "No. Es normal. Todos tienen una historia
parecida."
Por lo
tanto, cada año, Israel recuerda las víctimas del Holocausto en Yom HaShoá (Día de Recordación del
Holocausto). La fecha en el calendario hebreo es el 27 de nisán, que
corresponde este año con el 5 de mayo.
Es un día muy
solemne. Cierran todos los negocios de entretenimiento y restaurantes. El
Primer Ministro y el Presidente de Israel se reúnen con otros dignitarios en Yad Vashem, el Museo de Recordación del
Holocausto. En cada rincón de la tierra, se recuerdan a los hijos y las hijas
de Abraham. Suena una sirena por dos minutos, y la nación entera se detiene para
recordar a quienes fueron arrancados de entre su pueblo.
Dos Profetas de Israel Hablaron sobre Tiempos
como Estos:
"…He oído voces
de terror, de pánico, y no de paz. Pregunten ahora, y vean si el varón da a
luz. ¿Por qué veo a todos los hombres con
las manos sobre sus caderas, como mujer de parto? ¿Y por qué se han puesto
pálidos todos los rostros? ¡Ay! Porque grande es aquel día, no hay otro
semejante a él. Es tiempo de angustia para Jacob, más de ella será
librado" (Jer. 30:5-7). Gracias a Dios, un remanente de Israel
fue librado del esfuerzo sistemático por el diabólico régimen nazi para
aniquilar al pueblo judío.
El profeta Ezequiel tuvo una visión de un valle lleno
de huesos secos, un valle lleno de personas muertas, y el Señor le dijo que
profetizara vida a los huesos secos. "Profetiza sobre estos huesos,
y diles: 'Huesos secos, oigan la palabra del SEÑOR. Así dice el Señor DIOS a
estos huesos: "Voy a hacer que en ustedes entre espíritu, y vivirán. Y
pondré tendones sobre ustedes, haré crecer carne sobre ustedes, los cubriré de
piel y pondré espíritu en ustedes, y vivirán; y sabrán que Yo soy el
SEÑOR"…Entonces Él me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la
casa de Israel. Ellos dicen: 'Nuestros huesos se han secado, y nuestra
esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos'"'" (Ezeq. 37:4-6, 11).
En medio de
intenso sufrimiento, el pueblo judío nunca perdió vista de las promesas
bíblicas sobre un retorno del pueblo de Israel a su tierra ancestral, Israel.
El salmista dijo: "Cuando el SEÑOR hizo volver a los cautivos de
Sion, éramos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y
nuestra lengua de gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: 'Grandes cosas ha
hecho el SEÑOR con ellos.' Grandes cosas ha hecho el SEÑOR con nosotros; estamos alegres. Haz
volver, SEÑOR, a nuestros cautivos, como las corrientes en el sur. Los que siembran con lágrimas, segarán con
gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la semilla de la
siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus gavillas"
(Salmo 126, énfasis añadido).
Yom HaZicarón (Día de Recordación):
El Día de
Recordación de Israel llega sólo seis días después de Yom HaShoá. El 4 de iyar
(este año, el 11 de mayo), los israelíes lloran por todos los que murieron en
las guerras de Israel, o por causa del terrorismo. Tristemente, ese número
aumenta cada año.
Durante mi
primer año en Israel, mi esposo y yo participamos en un kibutz (asentamiento
colectivo israelí). El Kibutz Ginegar es una pequeña comunidad de solamente 500
habitantes. Fue nuestro tiempo de inmersión en la sociedad israelí. Pronto
aprendimos que el ciclo de vida en Israel es gobernado por las fiestas, la
mayoría de ellas bíblicas, a medida que las comenzamos a celebrar juntamente
con nuestros amigos israelíes.
El evento
que más me impactó ese primer año fue Yom
HaZicarón. Ese es el Día de Recordación, el día cuando los israelíes
recuerdan a los hombres y las mujeres que perdieron sus vidas defendiendo a la
nación. En Estados Unidos, el Día de Recordación tenía poco significado para
mí. Nunca había perdido a alguien cercano en la guerra, y la muerte realmente
no me había tocado de manera significativa. Leía sobre algunos soldados que
habían muerto en algún lugar, pero nunca conocí a ninguno de ellos. Pero en Israel,
Yom HaZicarón es un día
universalmente experimentado.
¿Por qué el Día de Recordación es Tan Diferente
Aquí?
Para los
israelíes, el peligro es una realidad de vida, ya sea a consecuencia de la
guerra o terrorismo, u otra fuerte tensión. No conocen otra realidad. A la edad
de 18 años, casi todo varón y mujer es reclutado para el servicio militar. Los
varones hacen tres años de servicio activo, y luego regresan para hacer su
servicio de reserva (miloim) hasta
las edades entre 40 y 50 años (dependiendo de la rama de servicio). Las mujeres
sirven por dos años.
En la
tierra donde las hostilidades nunca desaparecen totalmente, este es un tiempo
de gran temor. Los padres temen el día cuando sus hijos entren al servicio
militar. Muchos me han compartido que durante todo el tiempo en que sus hijos o
hijas sirven en el ejército, no duermen bien de noche. Cualquier llamada
telefónica podría traerles noticias de una tragedia. El pueblo de Israel vive
en temor de perder sus hijos, esposos, sobrinos, nietos, y hermanos. Muchos
crecen sin sus padres.
Es muy
conmovedor leer la siguiente cita de una de las memorias de Moshe Shamir, lo
cual escribió en 1968. "Mi hijo lleva el nombre de mi hermano, quien murió en la Guerra de
Independencia. Eso fue hace exactamente 20 años, cuando las almendras florecían
en 1948. Me dieron el nombre del hermano de mi padre, quien murió en el
servicio del Ejército Rojo ante las puertas de Varsovia. Eso ocurrió en 1920.
Mi padre lleva el nombre del hermano de su padre, quien fue asesinado en
Ucrania durante un pogromo a mano de campesinos airados. Eso fue en 1891…¿Nos
encontramos ahora a principios del camino? ¿En el medio del camino? ¿Al final?
Yo sólo sé esto: en esta primera mitad del siglo en que vivo y respiro, el
temor a la muerte nunca se ha apartado de nuestro hogar…"
Para la fecha de abril de 2015, habían muerto 23,320
soldados y víctimas por causa del terrorismo, la mayor parte en defensa de esta
nación durante las cinco principales guerras (Guerra de Independencia, Campaña
del Sinaí, Guerra de los Seis Días, Guerra de Yom Kipur y Operación Paz en la Galilea, sin mencionar la continua
guerra con países vecinos y el constante terrorismo). En proporción con la
población total de Israel, esa es una enorme cantidad.
Mientras vivía en el Kibutz Ginegar, pronto me di
cuenta de cuán pequeño es Israel y cuán conectados están todos. La realidad de
vivir en una nación con sólo 8 millones de habitantes es totalmente diferente a
cuando uno vive en Estados Unidos, con sus 319 millones de ciudadanos. Cada vez
que leía en el periódico sobre la muerte de un soldado, encontraba a personas
llorando. Casi todos en el kibutz tenían una conexión con alguien que había
muerto.
Parece que gran parte de la vida israelí se define por
sus pérdidas. Una de las primeras historias que me contaron mis nuevas amistades
israelíes era distintiva del Kibutz Ginegar. Durante Yom Kipur (Día de Expiación) en 1948, nacieron cuatro varones en el
kibutz. Para una comunidad tan pequeña, ese fue un evento muy destacado. Trágicamente,
luego de 25 años, durante la Guerra de Yom
Kipur, dos de ellos perecieron.
En la víspera de Yom
HaZicarón, una sirena suena a través de toda la tierra. Todo el pueblo
detiene sus actividades y se paran en atención en memoria de los valientes soldados
que dieron sus vidas por su patria. Al día siguiente, a las 11:00 am, la sirena
vuelve a sonar. Los autos se detienen en las avenidas mientras los conductores
se salen y se paran en silencio. Muchos recordarán a un miembro familiar o
amigo que haya fallecido.
Ese primer año en el kibutz, la comunidad entera se
reunió para un servicio conmemorativo. Las tenues luces de las velas iluminaban
las fotos de siete hombres del Kibbutz Ginegar que habían muerto en la defensa
de Israel. Las familias eran consoladas por sus amigos; compartieron memorias
de los siete en un tiempo solemne que estará siempre grabado en mi memoria.
Aunque yo no comprendía las palabras pronunciadas en hebreo, sentía las
profundas emociones de dolor sufridas por las personas que les amaban. Esa
escena se repetía en cada rincón de la tierra, a medida que las personas
reconocían el gran sacrificio humano que requería la nación.
En Yom HaZicarón,
nosotros en Puentes para la Paz nos uniremos con ellos en su momento de
recordación mientras nos identificamos con el pueblo judío. No hay mayor regalo
que Dios pudiera dar a esta nación que paz. El pueblo clama por la paz desde lo
más profundo de su ser. Yo continuaré orando "por la paz de
Jerusalén" y por el consuelo del pueblo escogido de Dios.
Ezequiel
profetizó diciendo: "…Así dice el
Señor DIOS: 'Ven de los cuatro vientos, oh espíritu, y sopla sobre estos
muertos, y vivirán.' Y profeticé como Él me había ordenado, y el espíritu entró
en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército"
(Ezek. 37:9-10).
Celebrando la Creación de la Nación de Israel:
"Por tanto, profetiza, y diles: 'Así dice
el Señor DIOS: "Voy a abrir sus sepulcros y los haré subir de sus
sepulcros, pueblo Mío, y los llevaré a la tierra de Israel. Y sabrán que Yo soy
el SEÑOR, cuando abra sus sepulcros y los haga subir a ustedes de sus
sepulcros, pueblo Mío. Pondré Mi Espíritu en ustedes, y vivirán, y los
estableceré en su tierra. Entonces sabrán que Yo, el SEÑOR, he hablado y lo he
hecho," declara el SEÑOR'" (Ezek. 37:12-14).
La historia
del pueblo judío, antes de la declaración de nacionalidad, fue increíblemente
dolorosa. Fueron abatidos en Europa, tanto hombres, mujeres y niños.
Ciertamente, estaban sin esperanza, como lo describe el profeta, así como un
valle de huesos secos. Sin embargo, Dios había planificado resucitarlos. Sopló
nueva vida en ellos y los restauró en su antigua tierra ancestral. Pero es un
proceso que aún está incompleto. Muchos de los eruditos de Israel se refieren
al nacimiento de la nación como el "florecimiento de nuestra redención."
El rabino Abraham Joshua Heschel escribió un bello
libro titulado Israel, an Echo of
Eternity [Israel, un Eco de la Eternidad]. Dijo elocuentemente: "La
maravilla del resucitado Israel y la gratitud a Él, quien resucitó al
martirizado Israel de la muerte, van ligados. Somos testigos de la resurrección. Y siendo testigos,
somos transformados. El retorno a la tierra es una profunda indicación de la
posibilidad de una redención para todos los hombres. ¡Deténganse y vean! Lo
increíble ha sido logrado. La visión era una divina promesa, y el camino fue
marcado por sacrificios…El Estado de Israel no es el cumplimiento de la promesa
mesiánica, pero hace que la promesa mesiánica sea creíble."
Celebramos
la existencia de Israel el día después de Yom
HaZicarón. En hebreo se llama Yom
HaAtzmaút, y es un día de celebración desmedida. Al principio parece
incongruente que se celebre con banderas, paradas y fuegos artificiales tan
pronto después de la profunda tristeza de
Yom HaZikaron. Parece que los israelíes han reconocido la verdad de que la
tristeza a menudo precede el gozo. Sin el sacrificio de muchos, nunca hubiera
nada que celebrar.
Vemos esa
verdad en otras maneras. Antes de que nazca un bebé, la mujer atraviesa el
dolor del parto. Primero viene la tristeza y luego el gozo. El salmista dijo: "Los que siembran con lágrimas,
segarán con gritos de júbilo" (Sal. 126:5). Cada evento gozoso trae
consigo la memoria del dolor. En bodas judías, el novio rompe un vaso de vidrio
bajo su pie para que todos presentes recuerden la destrucción del Templo.
La
independencia de Israel fue comprada con la sangre vertida de los hombres y las
mujeres que murieron para asegurar su libertad. Supongo que eso es verdad de
cada nación del mundo. Pero esta nación sólo tiene 68 años, y surgió de las
cenizas del Holocausto. Por eso Israel honra a sus héroes de guerra antes de
celebrar su nacimiento.
De repente,
en un mero latido de corazón, la nación pasó de profundo lamento a exorbitante alegría.
¡Es su Día de Independencia! El día es una algarabía de celebración llena de
picnics, demostraciones aéreas, fuegos artificiales, danzas y paradas. Así como
la nación lamentó de todo corazón, ahora se regocija con todas sus fuerzas.
Muchos en
Israel también se reunirán en las sinagogas para dar gracias a Dios por el
milagro de Israel. Este año, varios de nosotros en Puentes para la Paz nos
uniremos al rabino Shlomo Riskin y otros en Efrat para un servicio especial de
acción de gracias, ¡seguido por una barbacoa! Recitaremos los Salmos de Ascenso
(Salmos 120-134), escucharemos mensajes inspiradores de un número de rabinos
eruditos y cantaremos canciones de alabanza. Es un evento maravilloso, ya que
judíos y cristianos se pueden unir para dar gracias a Dios por traer de regreso
al pueblo judío y establecer la nueva nación de Israel.
En muchas
sinagogas, hacen una oración especial por la nación de Israel. El Sidur Koren ofrece la siguiente
explicación: "La oración por el Estado de Israel fue introducida
luego del nacimiento del moderno Estado de Israel en 1948. Un elemento clave de
la oración es la frase 'el primer florecimiento de nuestra redención.'
Significa que la restauración de Israel como nación soberana en su propia
tierra no fue un evento de historia secular. Es el cumplimiento de una visión
profética, primero declarada por Moisés en Deuteronomio, de que Israel sería
algún día reunido desde los confines más lejanos de la tierra, una predicción
sorprendentemente precisa de lo que luego verdaderamente ocurrió. Según el
maestro babilónico del tercer siglo, Shmuel: 'La única diferencia entre este
mundo y la era mesiánica es el sometimiento a los gobiernos extranjeros'
(Berakhot 34b). Según esa perspectiva, la independencia de Israel fue en sí un
momento de redención, un retorno a la auto-determinación, al auto-gobierno y a
la auto-defensa bajo la soberanía únicamente de Dios." A continuación la
mencionada bella oración.
Oración por el Estado de Israel:
"Padre Celestial, roca y redentor de Israel,
bendice al Estado de Israel, el primer florecimiento de nuestra redención. Protégelo
bajo las alas de Tu amorosa misericordia y cúbrelo con el Tabernáculo de Tu
paz. Envía Tu luz y verdad para sus líderes, ministros y consejeros, y
dirígelos con buen consejo delante de Ti.
"Fortalece
las manos de los defensores de nuestra Tierra Santa; líbralos, nuestro Dios, y
corónalos con la corona de victoria. Brinda paz a nuestra tierra y gozo eterno
a sus habitantes.
"Respecto
a nuestros hermanos, la entera casa de Israel, recuérdalos en las tierras de su
dispersión y dirígelos para regresar pronto a Sion, Tu ciudad, y a Jerusalén,
Tu morada, como está escrito en la Torá
por Moisés Tu siervo: 'Si tus desterrados están en los confines de la tierra,
de allí el SEÑOR tu Dios te recogerá y de allí te hará volver. Y el SEÑOR tu
Dios te llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerás; y Él te
prosperará y te multiplicará más que a tus padres. Además, el SEÑOR tu Dios
circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames al
SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas'
(Deut. 30).
"Une
nuestros corazones para amar y reverenciar Tu nombre y observar todas las
palabras de Tu Torá, y envíanos
prontamente a Tu justo y ungido de la casa de David, para redimir a los que
anhelan Tu salvación.
"Aparece
en Tu gloriosa majestad sobre todos los habitantes de la tierra y que todo el
que respira declare: 'El Señor Dios de Israel es Rey, y Su gobierno es sobre
todos. Amén, Selah.'"
En Yom HaShoá, nos uniremos a todos los de
Israel en lamento por la inexpresable pérdida de sobre seis millones de
personas judías durante el Holocausto. Pocos días luego, en Yom HaZikarón,
nos pararemos en silente memoria de los sobre 23,000 que murieron en defensa
del Estado de Israel y su gente (incluyéndome a mí), y en Yom HaAtzamút, nos uniremos a esta nación en celebración. Leeremos
salmos en la sinagoga, haremos picnic, nos asombraremos con la demostración
aérea, jugaremos y disfrutaremos de un buen tiempo.
Una vez
escuché a un comediante judío que resumió las fiestas judías, diciendo: "Nos
trataron de matar. Ganamos. ¡Comamos!" Pienso que eso es precisamente lo
que vamos a hacer. ¡Recordaremos el pasado, las tristezas y las victorias, y luego
comenzaremos a regocijarnos plenamente por la vida y el milagro del Estado de
Israel! Espero que usted se una a nosotros en estos tiempos especiales para el pueblo
de Israel. Ore para que Dios los consuele (Isa. 40:1), y los proteja mientras
continúan luchando contra las fuerzas enemigas que están alineadas en su contra
a distintos niveles. Ore para que Dios dé sabiduría a los líderes de Israel
mientras trabajan para asegurar que esta nación resucitada siga adelante en Su
fuerza, cumpliendo Su palabra para la honra y gloria de Su nombre.
Rvda. Rebecca
J. Brimmer, Presidenta Ejecutiva Internacional
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