VIENDO DE VERAS
A veces una
idea o cita nos impacta de manera profunda, y continuamos meditando sobre ello
durante cierto tiempo. Es como si se uniera a otros pensamientos que Dios nos
ha comunicado en el pasado. Recientemente, leí una cita que me impactó. Se
refería a la diferencia entre ver lo que "conocemos"
y realmente conocer lo que "vemos." A medida que lo consideraba,
varios significados más profundos me vinieron a la luz, haciéndome ver cuán a
menudo asumimos cosas según previos, aunque limitados, conocimientos o
experiencias.
Abraham
Joshua Heschel fue uno de los principales teólogos y filósofos del siglo 20. En
su obra monumental The Prophets [Los
Profetas], escribió: "Lo que limita nuestra visión son hábitos que tenemos
en el ver, como también pensamientos concurrentes al ver. Nuestra visión está
repleta de conocimiento en vez del sentimiento doloroso de no conocer lo que
vemos. El principio que debemos tener en cuenta es conocer lo que vemos en
lugar de ver lo que conocemos."
Ejemplos Visuales:
Lo que
creemos conocer sobre Dios a menudo nos limita de conocerlo más plenamente.
Ponemos nuestra perspectiva de Él en una metafórica caja, y eso lo limita a Él.
Pero este concepto de "ver" lo que ya
"conocemos" nos impacta constantemente.
Miremos algunos ejemplos visuales de eso. ¿Qué ve
usted cuando primero mira la Figura 1 a la derecha? Muchas personas ven el
rostro de una mujer con dos ojos, nariz y mandíbula. Pero si lo mira más de
cerca, también podrá ver a un hombre tocando saxofón en la parte ennegrecida a
la izquierda del cuadro. Una vez que alguien haya visto esa segunda imagen, se
le hace casi imposible volver a mirar el cuadro sin ver ese dibujo.
¿Qué ve en
la ilustración de la Figura 2? La mayoría de la gente ve un florero o
candelabro blanco. Sin embargo, también pueden ser los perfiles de dos personas
mirándose entre sí. ¿Los puede ver?
Vea
cuidadosamente un último ejemplo. ¿Cuántos triángulos hay en el diagrama de la
Figura 3? La mayoría diría que dos. Pero la respuesta es que no hay ningún
triángulo. En realidad son tres líneas en "u-ve" y
tres formas casi circulares. Su mente tiende a cerrar los espacios, y así toman
la forma familiar de triángulos.
Ejemplo Histórico:
En Mateo 16
de los Escritos de los Apóstoles (Nuevo Testamento), vemos el clásico ejemplo
de un grupo de personas que vieron algo por el filtro de lo que ya creían
conocer. Lo que ellos esperaban que ocurriese era basado en su suposición
preconcebida. Luego de un largo día de ministrar a la multitud, Jesús llevó a
Sus discípulos a un lugar para descansar: en Banias o Cesarea de Filipo. Existe
un lugar muy frondoso y verde al pie del Monte Hermón, con grandes manantiales
de agua fría que brotan desde la tierra. Jesús sabía que Sus discípulos necesitaban
descansar, pero también les quería enseñar algo sin que fuesen distraídos por
la multitud.
Jesús ya
llevaba bastante tiempo con Sus discípulos, y podía captar cierta confusión o
creciente frustración entre algunos de ellos. En ese lugar de quietud, Jesús
les hizo dos preguntas importantes sobre Sí mismo. "'¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?' Y ellos
respondieron: 'Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o
alguno de los profetas.' 'Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?' les preguntó
Jesús" (Mat. 16:13-15). Simón Pedro luego hizo su gran
confesión de fe, y Jesús le respondió: "Bienaventurado
eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto
no te lo reveló carne ni
sangre, sino Mi Padre que está en los cielos" (Mat. 16:17).
Los
discípulos no habían podido reconocer esa verdad por cuenta propia, aún luego
de haber estado en el ministerio con Jesús por algún tiempo. Le habían visto
hacer milagros. Habían escuchado Su mensaje de autoridad espiritual. Pero
estaban confundidos por lo que "conocían" sobre el Mesías, sobre cómo
sería y las cosas que debería hacer. Algunas de Sus enseñanzas sobre el hacerse
siervo de los demás, y del "primero" siendo el "postrero," no
cuadraban con su percepción del Mesías.
La
expectativa mesiánica es íntegra al pensamiento judío, y siempre lo ha sido.
Leemos en Deuteronomio 18:15-18: "Un
profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el SEÑOR tu
Dios; a él oirán. Esto es conforme a todo lo que pediste al SEÑOR tu Dios en
Horeb el día de la asamblea, diciendo: 'No vuelva yo a oír la voz del SEÑOR mi
Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera.' Y el SEÑOR me dijo:
'Bien han hablado en lo que han dicho. Un profeta como tú levantaré de entre
sus hermanos, y pondré Mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que Yo
le mande."
Desde el
tiempo en que fue forjado como nación, el pueblo judío esperaba otro gran
profeta como Moisés. En tiempos de persecución y opresión, el fervor mesiánico crecía
y tomaba un foco más político. Durante los días de Jesús, muchos esperaban un
Mesías que derrotara a los romanos y que estableciera una soberanía judía.
Muchos de los propios discípulos de la región de Galilea eran conocidos por su
fervor nacionalista. Las señales milagrosas que Jesús hacía decían una cosa,
pero Su humildad y Sus enseñanzas decían otra. Ellos creían saber cómo sería el
Mesías y lo que haría, pero Jesús no cumplía con todas sus expectativas.
Igualmente Cierto Hoy:
No podemos
culpar a los discípulos; nosotros también hacemos lo mismo. Hoy día hay
demasiada información. Somos constantemente bombardeados. Dependemos de nuestra
visión del mundo y nuestras suposiciones para que podamos organizar toda esa
información que recibimos. Heschel se refiere a nuestros conceptos mentales y
suposiciones generales que acompañan nuestra "visión" cuando
escribió: "Lo que limita nuestra visión son los hábitos de ver, como
también nuestras preconcepciones. Nuestra visión está empapada de conocimiento."
Pero debemos reconocer que esas preconcepciones básicas dan color a todo lo que
vemos, frecuentemente sin que estemos conscientes de ello.
El
apologeta cristiano G.K. Chesterton (1874-1936) dijo: "El viajero ve lo
que ve. El turista ve lo que ha venido a ver." Aquí en la Tierra de Israel
vemos miles de visitantes cada año. El turismo cristiano es una gran bendición para
la economía y el público israelí. Muchos llegan en tours programados para ver
todos los lugares usuales, y los turistas aceptan incuestionablemente lo que
sus guías turísticos les dicen.
Un tour
cuidadosamente seleccionado puede ser muy edificante e informativo. De hecho, Puentes
para la Paz organiza muchas giras a Israel cada año, usualmente por medio de
nuestra red de oficinas nacionales, para que los cristianos conozcan la tierra
de la Biblia en toda su belleza y complejidad. Tristemente, algunos tours tienen
una agenda diferente, y su intención es difundir un mensaje anti-israelí. Por
medio de actividades y visitas estratégicamente seleccionadas, los turistas
ingenuos sólo ven medias verdades y propagandas prejuiciadas. Pero también
existen algunos viajeros con el profundo deseo de mezclarse entre la gente y
experimentar la realidad de Israel. Ellos desean aprender lo que realmente
ocurre de primera mano.
En nuestra jornada
diaria de la vida, podemos aprender una importante lección para asegurar que
seamos "viajeros" que realmente vean, y no simplemente "turistas"
ingenuos que no puedan distinguir la mentira de la verdad. Yo mismo he vivido
21 años en varios países y en distintas culturas, y he aprendido a mirar como
un "viajero." Si uno quiere realmente convivir, uno debe observar de
cerca y aprender de la gente en la localidad.
Analfabetismo Bíblico:
Personas de
fe hoy día necesitan renovar su compromiso de estudiar toda la Palabra escrita
de Dios. Debemos asegurar que verdaderamente veamos y no aceptemos lo que nos
han enseñado basado en viejas suposiciones. ¿Cuán a menudo lee usted la Biblia
y realmente analiza lo que significa y cómo ha de vivir?
En mayo de
2014, Rebecca Brimmer, Presidenta Ejecutiva de Puentes para la Paz, escribió un
estudio titulado "Pueblo del Libro." Al investigar el tema para ese
documento educativo, encontró un libro del Rabino Shlomo Riskin titulado "¿Por qué el libro de mayor venta mundial casi no es leído?" Ella se preocupó del alto grado de analfabetismo
bíblico en la Iglesia hoy día. [Puede leer el estudio en http://web1.bridgesforpeace.com/national/pr/
PRTL117.html]
En 2013, la
Sociedad Bíblica Americana auspició una investigación por el Grupo Barna para
saber lo que el estadounidense común cree acerca de la Biblia y cuán a menudo la
estudia. En una muestra al azar del público estadounidense, encontraron que el
13% dice que lee la Biblia diariamente y otro 13% lee las Escrituras varias
veces a la semana. Si existieran estadísticas sobre la Iglesia global, me
pregunto si se encontraría algo parecido.
La gente que
no estudia la Biblia de manera regular y profunda por sí misma probablemente
caiga en la trampa de la que advirtió el previo presidente estadounidense J.F.
Kennedy en su discurso a la Universidad Yale en junio de 1962. Dijo: "El
gran enemigo de la verdad no es siempre la mentira deliberada, artificiosa y
deshonesta, sino el mito persistente, persuasivo e irrealista. Demasiado a
menudo nos aferramos a los clichés de nuestros antecesores. Sometemos todos los
hechos a un prefabricado conjunto de interpretaciones. Disfrutamos la comodidad
de opiniones sin la incomodidad del pensamiento." Su contexto eran las
realidades políticas y económicas del cambiante ambiente global durante la
década de 1960. Pero yo creo que esa advertencia es igualmente relevante para
nosotros en la actualidad. ¿Limitamos nuestra lectura bíblica a un conjunto
prefabricado de interpretaciones? ¿Preferimos la comodidad de opinión ante la
incomodidad del pensamiento y el estudio?
Claramente existen asuntos de fe y verdad que no
cambian, y esas se deben valorar y proteger. Pero es demasiado fácil depender
de ciertas opiniones e interpretaciones que no podemos defender, o atenernos a ideas
que nos han sido entregadas y que seguimos ciegamente sin estudiar y sin
hacerlas nuestras. Por siglos, los cristianos creían que Dios había abandonado
Su pacto con Israel simplemente porque les enseñaron que esa herejía se encontraba
en las Escrituras. Muchos creían que el pueblo judío merecía ser perseguido
porque les dijeron que la acusación de deicidio era validado por la Biblia.
Incluso hoy día, muchos cristianos cuestionan la validez del "Antiguo Testamento"
porque se les enseña que ha sido reemplazado en autoridad y relevancia por el
"Nuevo Testamento."
Aprendiendo de Nuestras Raíces Judías:
Podemos
aprender muchísimo del ejemplo del pueblo judío y su alta estima del estudio y
la educación. Ciertamente, el estudio es considerado como la forma más elevada
de adoración. Nuevamente, Abraham Heschel comparte su sabiduría cuando dice: "Reverencia
genuina a la santidad del estudio finalmente invocará en los alumnos la
consciencia de que el estudio no es un fastidio sino un acto de crecimiento;
que la escuela es un santuario, no una factoría; que el estudio es una forma de
adoración" (Wilson).
En Pirkei Avot (Ética de los Padres) 1:13,
otra antigua fuente de sabiduría judía, el Rabino Hillel dijo: "El
que no aumenta [su conocimiento de la Torá],
lo disminuye." No podemos mantener una llenura constante de fe. Adelantamos
o retrocedemos en ello. El Rabino Yonah dijo: "La vida está hecha para
crecer. Uno que siente que no necesita aprender más está espiritualmente
muerto; el regalo de la vida está desperdiciado con él." Las fuertes
palabras de Yonah son un reto para que pensemos seriamente sobre cuánto
valoramos la Palabra de Dios. ¿Sentimos la clara necesidad de crecer y
aprender, o estamos en peligro de morir espiritualmente?
"La literatura rabínica enfatiza que cada miembro
de la comunidad debe ser diligente para mantener un itinerario de estudio. Es
una mitzvá, un deber religioso. De
hecho, los rabinos enseñaban que en la vida por venir, cuando una persona será
juzgada, una de las primeras preguntas a que la persona debe contestar es:
'¿Fijaste algún tiempo para el estudio?' (Talmud
Babilónico, Shabbat 31a). En
términos más precisos, la pregunta significa: '¿Estableciste algunos períodos
regulares para el estudio de la Torá?'"
(Wilson).
Comienza con la Familia:
El centro
del aprendizaje en la sociedad judía ha sido tradicionalmente el hogar. Abraham,
el patriarca fundador del pueblo judío, fue escogido con ese propósito. Dios
dijo: "Y Yo lo he
escogido para que mande (instruya) a sus hijos y a su casa después de él que
guarden el camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio, para que el SEÑOR
cumpla en Abraham todo lo que Él ha dicho acerca de él" (Gén.
18:19).
Luego en la
Torá, Dios dio el mismo mandamiento a
todos los descendientes de Abraham, y ellos lo toman muy en serio: "Estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás
de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te
acuestes y cuando te levantes" (Deut. 6:6-7). Al día de hoy, mientras
caminamos por los callejones de nuestro vecindario en Jerusalén, frecuentemente
escuchamos a los padres mientras enseñan a sus hijos sobre las Escrituras y los
caminos de Dios.
Ese mandamiento es tan importante que Dios la repite
nuevamente en Deuteronomio 11:19. Los padres, en especial el padre, deben
enseñar a sus hijos tanto por medio de la lección como por su ejemplo.
Proverbios 1:8 advierte: "Oye, hijo
mío, la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre." En
Proverbios 6:20 nuevamente leemos lo mismo casi palabra por palabra. Ambos
padres deben tomar muy en serio esa responsabilidad de educar a sus hijos para
que vivan vidas morales y éticas, basadas en los principios de Dios.
"Según los sabios del Talmud [comentarios rabínicos sobre la tradición judía y las
Escrituras Hebreas], luego de la circuncisión y el Pidyon Ha-ben [redención del primogénito], las principales
responsabilidades de un padre son de enseñar al niño la Torá, encontrarle una esposa y enseñarle un oficio" (Kiddushin 29a).
Un Esfuerzo
Comunitario:
El otorgar tan alto valor al estudio y el aprendizaje
no es sólo responsabilidad de la unidad familiar sino que se espera que la
comunidad también fomente el aprendizaje. Una manera en que eso se puede hacer
es destinar lugares para el estudio e invertir los recursos necesarios.
"Que tu casa sea un lugar de reunión para alumnos de la Torá; debes empolvarte con el polvo de
sus pies; y debes beber sus palabras con sed" (Pirkei Avot 1:4). La comunidad también honra a los que enseñan.
Según Pablo exhortó a su discípulo Timoteo: "Los
ancianos que gobiernan bien sean considerados dignos de doble honor,
principalmente los que trabajan en la predicación y en la enseñanza"
(1 Tim. 5:17).
Considerando la condición de la educación cristiana
hoy día y lo que la Iglesia podría aprender de sus raíces judías, Marvin Wilson
dice: "Pero la Iglesia debe ser inspirada a reconsiderar su compromiso por
medio de un programa de educación cristiana seriamente dedicado a sus metas de
aprendizaje. Demasiado a menudo la actitud de la Iglesia hacia el aprendizaje
se limita a poco más que la satisfacción pasiva de un somero vistazo dominical de
las Escrituras."
El Apóstol Pablo, quien se educó a los pies de uno de
los más notables sabios en Israel de su tiempo, Gamaliel, animó a Timoteo: "Procura con diligencia presentarte a
Dios aprobado, como obrero que
no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de
verdad" (2 Tim. 2:15). Además, tenemos el ejemplo de los bereanos en
Hechos 17:11, que dice: "Estos eran
más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda
solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así." Ellos no aceptaron
ciegamente lo que Pablo les decía porque había venido de Jerusalén y se había
educado con los principales eruditos de sus días. Ellos profundizaron y lo
estudiaron por sí mismos.
Según enseñó Dwight A. Pryor, anterior maestro de
raíces hebraicas (de bendita memoria): "El aprendizaje es para la vida, y
la vida es para el aprendizaje." Nunca se debe detener. Marvin Wilson lo
resume para la Iglesia de la siguiente manera: "Por lo tanto, los
cristianos tenemos dos opciones. La primera es profesar nuestra identidad con
'el Pueblo del Libro,' pero mantenernos casi ignorantes de lo que implica esa
identidad. La otra opción, y la única viable, es que nos dediquemos a aprender
por medio de una vital aventura de adoración. Entonces se cumplirá la inspirada
sabiduría de los antiguos sabios que enseñaron: "Aférrate a la instrucción, no la sueltes; guárdala, porque ella
es tu vida" (Prov. 4:13).
Conclusión:
Concluyendo esta discusión sobre el alto valor que uno
debe adjudicar al estudio y el aprendizaje, nos debemos hacer la pregunta:
"¿Por qué? ¿Con qué propósito?" La Agencia Judía resume el propósito
de la educación en un artículo titulado Padres
como Educadores: "La gran importancia de una educación en torno a la
ley y la literatura judía es sin paralelo. La Biblia claramente describe la
importancia del estudio y el crecimiento mental desde la cuna y el resto de la
vida. El propósito de la educación en la perspectiva bíblica es de desarrollar
individuos que reflejen los valores bíblicos definidos en la Torá."
Marvin Wilson expande nuestra comprensión cuando
escribe: "La meta del aprendizaje era vivir en santidad – ser separado
para Dios en cada dimensión de la vida. Esa santidad requería un conocimiento
de las obras de Dios en la historia y el compromiso de observar los mitzvot [mandamientos], que instruían
sobre cómo uno debe vivir."
De esas explicaciones, podemos ver que el propósito
del estudio es tanto el conocer como el hacer; de comprender como el de
ejecutar. Debemos comprender quién es Dios para poder tener fe, y esa fe debe
producir acción. Una de las palabras hebreas más utilizadas para la fe es emuná, usualmente traducida como
"fidelidad." Viene de la raíz aman,
que es "creer" o "confiar." En las Escrituras, la
"fe" equivale a la "fidelidad." Podemos decir que hay dos
aspectos de la emuná: actitud y
acción. La actitud de fe consiste en creer, pero la acción obediente es lo que
revela nuestra verdadera fe.
"Los griegos aprendían para comprender. Los
hebreos aprendían para reverenciar" (Heschel, citado en Wilson).
"Para el griego, el conocimiento era el principal camino a la virtud; el
camino a una buena vida era a través del intelecto. Pero para el hebreo, la
sabiduría era mucho más que una actividad intelectual; era práctica. La
sabiduría se establecía sobre los principios divinos del bien y del mal. Dichos
principios tenían que ser evidenciados en el diario vivir, en las dimensiones
prácticas de relaciones interpersonales" (Wilson).
Esa
interpretación del propósito del estudio fue enfatizada en las Escrituras Cristianas,
más notablemente en el libro de Santiago: "Y
si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche,
y le será dada. Pero que pida con fe, sin dudar…" (Sant. 1:5-6a).
"Sean hacedores de la palabra y no
solamente oidores que se engañan a sí mismos. Porque si alguien es oidor de la
palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural en
un espejo; pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente se olvida
de qué clase de persona es. Pero el que mira atentamente a la ley perfecta, la ley de la libertad, y permanece en ella, no habiéndose vuelto un
oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz, éste será bienaventurado en lo que
hace" (Sant.
1:22-25).
El propósito ulterior de nuestro estudio debe ser
conocer mejor a Dios y reflejar Su carácter de justicia compasiva y moral a un
mundo sufrido. Continúe confiando en Dios y continúe estudiando Su palabra. Una
vez que conozca bien lo que ve, con la ayuda de Dios, camine en ella. Tome el
excelente consejo de Heschel y aprenda a conocer lo que ve, en lugar de ver lo
que uno ya cree que "conoce."
"Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad."
2 Timoteo 2:15
Por Terry
Mason,
Asistente
Desarrollo Internacional
Comentarios
Publicar un comentario