PERIODISTAS TOMAN LADOS EN EL CONFLICTO
[A continuación la narración de una corresponsal
que descubrió que las cosas en Israel no eran como se las habían pintado.]
Llegué por primera vez a Israel en enero de 2014 para un corto viaje. La visita
de dos semanas se tornó en dos años. En ese tiempo, yo era estudiante de
estudios avanzados en periodismo en la Universidad de Illinois. Mientras
viajaba, mis ojos fueron abiertos a otra historia, a "la vida
cotidiana" en la Margen Occidental. En Estados Unidos, yo había sido
expuesta a imágenes de violencia y caos cada vez que mencionaran a la Margen
Occidental en la noticias.
A mi sorpresa, encontré que gran parte de la prensa extranjera es ignorante y
perezosa en su reportaje. A menudo tiene una comprensión muy limitada de la
región, de su historia y de su política. Tienden a escribir artículos que
confirman los preconceptos de sus editores y productores. En la mayoría de los
casos, su narrativa consiste en la premisa de que los israelíes son los malos y
los palestinos son los buenos.
En varias ocasiones, los reporteros me hacían las preguntas más básicas sobre
la región, como: "¿Cuál es la diferencia entre un palestino y un
árabe-israelí?" Una vez un reportero me preguntó: "¿Dónde está la
Margen Occidental?", aunque hacía casi dos horas que estábamos ya en la
Margen Occidental. Quedé estupefacta.
Durante la guerra de 2014 con Gaza, los medios de comunicación occidentales a
menudo acusaban a la Fuerza de Defensa Israelí por cometer crímenes de guerra.
Pero sólo unos pocos hablaban sobre las violaciones a los derechos humanos
perpetradas por Hamás, como con el uso de niños a manera de escudos humanos.
Criticaban a los israelíes por tener albergues contra bombas y el sistema
Cúpula de Hierro para evitar muertes civiles, pero los reporteros nunca
mencionaban que Hamás también tenía albergues contra bombas y una ciudad entera
bajo tierra conectada por una serie de túneles. Pudiesen haber utilizado ambas
cosas para proteger a sus ciudadanos, pero en realidad,…su propósito era de
crear víctimas inocentes, táctica del grupo terrorista para ocasionar masivas
muertes civiles palestinas y así ganar la guerra de opinión pública. Tampoco se
prestó mucha atención al Convenio de Hamás que exige la destrucción de Israel y
la limpieza étnica del pueblo judío.
Por lo tanto, ¿por qué los medios occidentales se salen con la suya al reportar
de manera tan prejuiciada y carente de profesionalismo? Hay dos razones
principales: Primero, porque Israel es una democracia. Y segundo, porque Israel
no se defiende antes tales acusaciones.
Ese no es el caso por el lado contrario del conflicto. De hecho, durante la
guerra de 2014 con Gaza, Hamás frecuentemente borró fotos y videos de los
corresponsales cuando regresaban a Israel. Esos corresponsales no reportaban la
historia completa simplemente porque Hamás no se lo había permitido.
Con el tiempo, descubrí que para ser un corresponsal exitoso en los medios de
comunicación, un reportero tiene que producir un texto que sea aceptable por
los demás. Respecto al Medio Oriente, eso significa que hay que pintar a Israel
y a los judíos como los malos y a los palestinos y la Autoridad Palestina como
los buenos. Si no, uno es condenado al ostracismo.
También pude ver que los reporteros tienden a narrar las historias más fáciles,
sin investigar los hechos detrás del conflicto. Podía ser por varias razones,
como falta de tiempo, dinero y recursos, además de la ignorancia y presión de
sus editores. Esos editores a veces actúan como expertos en la región desde la
comodidad de sus oficinas en Nueva York.
Peor aún está el hecho de que existe una verdadera aversión hacia el estado
judío y el pueblo judío. Lo que es verdaderamente escalofriante es que tales
narraciones juegan un papel importantísimo en la formulación de política
extranjera respecto a Israel.
Claro está, cada empresa noticiosa, periódico o revista tiene su agenda. No
existe tal cosa como un periodista imparcial. Reflejamos nuestras experiencias,
interacciones con personas y nuestras emociones en cada historia y situación.
Eso es inevitable. Los prejuicios siempre existirán. Sin embargo, tenemos la
responsabilidad de excavar y presentar la verdad de la mejor manera en que
podamos. Admitiendo que tenemos prejuicios no significa que nos debemos someter
a ellos.
Reporteros occidentales deben comenzar a cuestionar sus prejuicios y su
conducta hacia Israel. Si no lo hacen, alejan la paz cada vez más. Por ejemplo,
los medios occidentales de comunicación alimentan la corrupción de la Autoridad
Palestina. Si los corresponsales realmente quisieran ayudar a mejorar la
situación, deben tener el valor de criticar a los palestinos y a su gobierno.
Deben reportar sobre las violaciones de derechos humanos cometidos por la
Autoridad Palestina (y Hamás). Deben informar al mundo sobre el incitamiento
contra los judíos y los israelíes por los medios controlados por el gobierno,
además del incitamiento en las mezquitas y escuelas. Ellos deben hablar sobre
los programas televisivos que enseñan a los niños a odiar a los judíos. Deben
compartir las historias de algunos palestinos quienes realmente quisieran
enfrentar a sus propios líderes, pero tienen temor de ser aprisionados o
asesinados. Echando toda la culpa a Israel nunca cambiará el destino del pueblo
palestino.
La gente me pregunta si soy pro-Israel. ¿Soy pro-Israel? Si apoyar a la
democracia y la investigación de la verdad significa que soy pro-Israel,
entonces, sí soy pro-Israel.
MOTIVO DE ORACIÓN: Ore por los líderes de Israel para que defiendan la verdad
contra las mentiras que el liderato palestino continuamente difunde al mundo a
través de los medios internacionales de comunicación.
VERSO BÍBLICO: "'Y te pondré para este pueblo por muralla de bronce
invencible; lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque Yo estoy contigo
para salvarte y librarte,' declara el SEÑOR. 'Te libraré de la mano de los
malos, y te redimiré de la garra de los violentos'" (Jeremías 15:20-21).
(Porciones de un artículo por Zenobia Ravji, The
Tower, 8 de febrero de 2016)
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