LA LUCHA DE ISRAEL POR SOBREVIVIR


A través de los siglos, el pueblo judío ha sobrevivido persecución, peligro y muerte. Ha experimentado dolor sin paralelo a lo largo de sus años de dispersión. Cientos de años de persecución culminaron en el Holocausto, cuando Hitler y los nazis sistemáticamente intentaron aniquilar al pueblo judío. Seis millones de judíos fueron asesinados. Hoy día, el pueblo judío continúa luchando por sobrevivir.

Israel está rodeado de enemigos, tanto dentro de sus fronteras como fuera. Semanas de ataques incesantes de cohetes y misiles han interrumpido totalmente sus vidas, en que niños y adultos sólo tienen de 15 hasta 90 segundos para rápidamente correr hacia un refugio cuando escuchan la sirena de Alerta Roja. Yo he corrido con mi esposo y nuestro pequeño perro a un refugio en Jerusalén. Nuestro equipo de voluntarios también ha experimentado el trauma de sirenas, motines y cohetes.

Torrentes de cohetes han caído desde lo que va de este año, especialmente en áreas cercanas a Gaza. Habían caído casi 200 cohetes entre enero hasta mediados de junio, cuando aumentaron dramáticamente luego de la captura de tres adolescentes judíos. Las fuerzas israelíes de seguridad buscaron a los jóvenes en toda Judea y Samaria, airando a los extremistas de la región. Finalmente encontraron los cadáveres de los tres el 18 de junio. Luego, los que viven en las comunidades sureñas cerca de la Franja de Gaza fueron horrorizados al conocer que Hamás había preparado un amplio sistema de túneles que desembocaban en comunidades judías con la intención de perpetrar ataques terroristas. El ejército encontró sobre 30 túneles en espacio de un mes, y los destruyeron. Ya se han acordado varias treguas para terminar con la violencia, pero Hamás repetidamente las quebranta con más disparos de cohetes contra poblaciones civiles israelíes. Todos anhelan que llegue un tiempo de calma, pero un cese al fuego no debe confundirse con la verdadera paz. Mientras la intención de Hamás todavía sea la destrucción del pueblo judío, no habrá paz. Con una guerra tras otra, Israel sólo se esfuerza por sobrevivir. Con cada onza de su ser, los israelíes ansían la paz, pero siempre les elude. No se deje engañar: este es un asedio contra la propia existencia de la nación de Israel.
Los cristianos hemos sido llamados a orar por Israel en estos tiempos. Oremos para que Dios los proteja. Oremos para que el pueblo ponga su confianza en Dios. Oremos para que Dios los consuele en medio del dolor y el llanto. Oremos para que Dios los libere. Oremos por intervenciones milagrosas de Dios. Oremos para que Dios levante verdaderos creyentes alrededor del mundo que sean "guardas sobre el muro" por Israel.

"Sobre tus murallas, oh Jerusalén, he colocado centinelas; en todo el día y en toda la noche jamás callarán. Ustedes que hacen que el SEÑOR recuerde, no se den descanso, ni Le concedan descanso hasta que la restablezca, hasta que haga de Jerusalén una alabanza en la tierra." Isaías 62:6-7

Dios y la Guerra:

A los creyentes a veces nos incomoda la idea de orar por una victoria en la guerra. ¿Debemos orar por un cese al fuego y la paz, o debemos orar para que los enemigos de Israel sean aplastados? ¿Cómo podemos orar para que Israel triunfe cuando indudablemente significa la muerte de muchas personas inocentes? No somos los primeros en lidiar con esas preguntas.

Cuando leemos la Biblia, encontramos esos mismos asuntos aparentemente contradictorios. Yeshúa (Jesús) vivió durante momentos de gran conflicto político. Los judíos se encontraban bajo el aplastante dominio romano. Muchos de los judíos se rebelaron contra Roma, y los zelotes trabajaban activamente para derrocar al gobierno. Los discípulos le preguntaron a Yeshúa cuándo establecería Su reino. Obviamente, ellos esperaban que salvara al pueblo judío de los romanos. Sin embargo, ese no era Su plan. ¿Acaso Yeshúa era pacifista? Hay muchos que piensan que sí. Pero también tomó en mano un látigo y peleó por la santidad del Templo. Muchos debieron haberse sorprendido cuando dijo: "No piensen que vine a traer paz a la tierra; no vine a traer paz, sino espada" (Mat. 10:34). Eso no suena como un pacifista.

La Biblia habla de una futura guerra en que Dios peleará por Israel. De hecho, históricamente, Dios estaba presente en muchas de las guerras de Israel. A veces Dios dirigía las operaciones, como en la batalla de Gedeón (Jueces 7); a veces se encargaba de la propia batalla, como en tiempos de Josafat (2 Crón. 20); y a veces Dios permitía que Israel fuese derrotado (Josué 7). En Eclesiastés, dice: "Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo…Tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz" (Ecles. 3:1, 8).

Aunque servimos a un Príncipe de Paz, Él nunca tuvo la intención de que permaneciéramos sentados mientras triunfara el mal. Oremos para que llegue el tiempo en que ha de reinar la paz, pero aún vivimos en un mundo sin paz. A veces Dios nos llama para que luchemos por la justicia y que batallemos contra la maldad. Vivimos en momentos cuando los fundamentalistas islámicos procuran tomar control del mundo, y cuando los cristianos en el Medio Oriente y el norte de África son asesinados por su fe. Vivimos en tiempos cuando la maldad lucha por vencer el bien. Debemos reconocer la tarea que Dios nos ha dado, y pararnos firmemente con Él en este conflicto espiritual que se manifiesta en lo natural.


Preparándonos para Orar:

Es importante que discernamos el corazón y la voz de Dios durante estos tiempos de tumulto en que vivimos. Debemos escudriñar la Palabra de Dios y orar según nos indican las Escrituras. Ahora más que nunca, debemos desarrollar intimidad con Dios y procurar Su dirección para nuestras vidas, nuestras familias, nuestras iglesias, nuestras naciones y nuestro mundo. Es tiempo de que crezcamos espiritualmente y comprendamos que hay una batalla espiritual alrededor nuestro. Las líneas se han dibujado en la tierra. Dios nos llama para que nos unamos a Él y luchemos contras las fuerzas de maldad.

Reconozco que la oración no es un simple acto mental. Es una poderosa herramienta que Dios nos ha dado para que efectuemos cambio en nuestros corazones y también en nuestro mundo. Cuando yo era niña, mi familia tenía una placa en la pared que leía: "La oración cambia cosas."

La Biblia está llena de incidentes cuando la gente oraba y todo cambiaba. Elías oró y no llovió por tres años. Oró de nuevo, y comenzó a llover. Oró para que fuego bajara del cielo y consumiera el sacrificio durante la confrontación entre los sacerdotes de Baal, y así lo hizo. Eliseo oró por el hijo de la sunamita y lo levantó de la muerte.

Aprovechemos esta poderosa herramienta de oración, y permitamos que el Espíritu Santo nos enseñe a usarla por el bien del Reino de Dios. Los siguientes puntos le pueden ayudar a orar con más intensidad.

Protección para Israel:

Israel es una pequeña nación del tamaño de El Salvador, con sólo ocho millones de personas. Antes de intentar acordar el primer cese al fuego, ya 67 israelíes (civiles y militares) habían perdido sus vidas, además de haber muchos heridos. ¡Qué proceso tan doloroso para el pueblo de Israel! Todos conocen a alguien que ha muerto o ha resultado herido. Todos lloramos por las dos jovencitas que perdieron a sus prometidos faltando sólo semanas para sus bodas. Lloramos por las madres que dieron luz a unos hijos que nunca conocerían a sus padres. Casi todos los jóvenes entre los 18 y 21 años de edad han estado activos en el frente de la batalla. Cuando los miro, mi corazón llora por toda la juventud israelí, quien paga un alto precio para proteger a sus familias y su nación.

Por favor, pida al Señor que proteja a los hijos de Israel: "Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra. No permitirá que tu pie resbale; no se adormecerá el que te guarda. Jamás se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel" (Sal. 121:1-4).

Consuelo para Israel:

"Griten de júbilo, cielos, y regocíjate, tierra. Prorrumpan, montes, en gritos de alegría, porque el SEÑOR ha consolado a Su pueblo, y de Sus afligidos tendrá compasión" (Is. 49:13).
Israel está lleno de personas afligidas que lloran por sus seres queridos. Hay funerales a diario de personas muertas por el conflicto. Los misiles no sólo amenazan a los soldados jóvenes, sino también a los soldados de la reserva (sobre 80,000 previos soldados fueron reactivados). Muchos de los muertos son padres de familia. Los que lloran incluyen niños, esposas, padres, madres, abuelos y abuelas. Y todos los civiles también están en peligro por los cohetes. Nadie está inmune al terror que puede consumir en un momento. A menudo fallece la persona que sostenía económicamente al hogar, y las familias quedan vulnerables a dificultades económicas. Personas que perdieron padres o abuelos durante el Holocausto, y crecieron bajo la sombra de esa tragedia, ahora enfrentan la pérdida de sus hijos por causa de la guerra. Ore para que Dios ministre a sus necesidades y que nos use para bendecirlos, cuando nos sea posible.

Confianza en el Señor:

Ore para que el pueblo de Israel se torne a Dios y ponga su confianza en Él. A menudo escucho decir que Israel es mayormente un pueblo secular. Creo que debemos definir ese término un poco mejor. Cuando en Estados Unidos escucho la palabra "secular," pienso en personas que no tienen ningún interés en Dios. Puede haber gente en Israel que no tiene interés en Dios, pero creo que son menos de lo que muchos piensan. Me parece que el pueblo de Israel es un pueblo profundamente religioso. Incluso, los que se autodenominan como "no religiosos" frecuentemente aún creen en Dios.

Oremos para que el pueblo de Israel, desde el niño más pequeño hasta el soldado en la batalla, desde el político en su puesto de poder hasta el anciano sentado en el banco del parque, sea lleno del deseo de conocer a su Dios.

"Nuestra alma espera al SEÑOR; Él es nuestra ayuda y nuestro escudo; pues en Él se regocija nuestro corazón, porque en Su santo nombre hemos confiado. Sea sobre nosotros Tu misericordia, oh SEÑOR, según hemos esperado en Ti" (Sal. 33:20-22).

"Algunos confían en carros y otros en caballos, pero nosotros en el nombre del SEÑOR nuestro Dios confiaremos" (Sal. 20:7).

De la misma manera en que Dios ha cumplido las Escrituras sobre el regreso del pueblo judío a la tierra (Jer. 33:7-9), tengo certeza de que cumplirá el resto de las Escrituras. Oremos según las promesas bíblicas respecto a la salvación y redención de Israel: "Yo acerco Mi justicia, no está lejos; y Mi salvación no tardará. Pondré salvación en Sion, y para Israel será Mi gloria" (Is. 46:13).

Liberación:

Dios ha prometido al pueblo judío que estará con ellos en su momento de tribulación. Mientras oramos, podemos recordarle a Dios Sus promesas y pedir que las cumpla prontamente.


"Pero tú, Israel, siervo Mío, Jacob, a quien he escogido, descendiente de Abraham, Mi amigo. Tú, a quien tomé de los confines de la tierra, y desde sus lugares más remotos te llamé, y te dije: 'Mi siervo eres tú; Yo te he escogido y no te he rechazado.' No temas, porque Yo estoy contigo; no te desalientes, porque Yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de Mi justicia. Ciertamente, los que se enojan contra ti serán avergonzados y humillados. Los que luchen contigo serán como nada y perecerán. Buscarás a los que riñen contigo, pero no los hallarás. Serán como nada, como si no existieran, los que te hacen guerra. Porque Yo soy el SEÑOR tu Dios, que sostiene tu diestra, que te dice: 'No temas, Yo te ayudaré'" (Is. 41:8-13).

Basado en este texto, podemos orar para que el pueblo recuerde a su Dios, quien ha sido fiel a ellos desde tiempos pasados. Oremos para que no caminen en temor, sino que sean fuertes y valientes. Oremos para que sus enemigos, quienes son los enemigos de Dios y de Su verdad, sean avergonzados. Oremos para que Dios extienda Su poderosa diestra y ayude al pueblo de Israel en sus momentos de angustia.

Intervención Divina:

De cada guerra en Israel provienen historias de algún milagro de protección e intervención divina que no puede ser explicado con razones naturales. Oremos para que Dios cumpla Sus propósitos en medio de las dificultades.

Sabemos que los conflictos con Hamás son sólo los primeros dolores de parto que han de venir. Pudiesen acordar algún tipo de cese al fuego por un tiempo, pero más guerras vendrán. Ezequiel 38 y 39 hablan de un futuro conflicto con Gog, de la tierra de Magog, identificado por eruditos bíblicos como Rusia y sus estados confederados. Ezequiel 38:5 identifica a uno de esos aliados de Gog como Persia, que es el moderno Irán.

En la actualidad, Irán eleva su espada de manera figurada y literal. Envía armas y finanzas a Hamás. El gran ayatolá de Irán ha declarado abiertamente que procura la destrucción de Israel, de Estados Unidos y de toda sociedad democrática occidental, mientras procura la supremacía global del islam. Pero cuando leo el plan de Dios en torno a esa guerra, levanto mis ojos al cielo y pongo mi confianza en el Señor Dios de Israel.

"Y en Mi celo y en el fuego de Mi furor declaro que ciertamente en aquel día habrá un gran terremoto en la tierra de Israel. Los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo y todos los animales que se arrastran sobre la tierra, y todos los hombres sobre la superficie de la tierra temblarán en Mi presencia; también se derrumbarán los montes, se desplomarán los precipicios y todo muro caerá por tierra. En todos Mis montes llamaré la espada contra Gog," declara el Señor DIOS. "La espada de cada cual se volverá contra su hermano. Con pestilencia y con sangre haré juicio contra él; haré caer una lluvia torrencial, y piedras de granizo, fuego y azufre sobre él, sobre sus tropas, y sobre los muchos pueblos que están con él. Y mostraré Mi grandeza y santidad, y Me daré a conocer a los ojos de muchas naciones; y sabrán que Yo soy el SEÑOR"' (Ezeq. 38:19-23).
Historias milagrosas nos animan a todos. Una de esas se difundió por medio de una emisora radial israelí, relatada por un rabino que la experimentó. En mayo, un grupo de rabinos responsables por producir matza (pan sin levadura) para la Pascua judía buscaba un sembrado de trigo apropiado para una cosecha durante el año de shmitá (cada séptimo año cuando la tierra se deja descansar). El cultivo tendría que haber recibido una lluvia tardía ese año, y encontraron uno cerca de la frontera con Gaza. Los soldados de la frontera los interrogaron y les advirtieron de los peligros, pero lograron cosechar el trigo. A finales de julio se descubrió que Hamás había planeado perpetrar una masacre contra los habitantes de un kibutz (establecimiento comunitario) cercano, pero los 13 terroristas fueron capturados. ¿Sabe por qué? Porque cuando salieron del túnel por el lado israelí, se sorprendieron de que ya no podían esconderse entre la siembra de trigo ¡El campo de trigo había sido cosechado y salieron a plena vista!

No tenemos dudas de que Israel será testigo de una intervención divina ahora y también en el futuro. Eso no significa que nunca tendrán dificultades. Así como dice el pasaje de Ezequiel arriba, vendrán días tempestuosos, pero le pido que ore con nosotros para que Israel vea obrar la mano de Dios y que ponga su confianza en Él.

Provisión para la Economía:

El conflicto con Hamás está causando estragos a la economía de Israel. El turismo, que es la fuente financiera principal, es siempre lo primero en afectarse durante la guerra y el terrorismo. Hemos visto la suspensión de muchos vuelos aéreos luego de que un cohete cayera a pocas millas del aeropuerto. Pocos turistas ocupan los hoteles. El comercio ha sido interrumpido en todas las ciudades donde caen los cohetes. Algunos pueblos del sur parecen estar abandonados, ya que sus residentes han huido al norte para quedarse con familiares, amistades o desconocidos dispuestos a darles albergue. Hasta el momento, esta guerra ha costado a Israel como $4.3 billones de dólares. Familias carecen de ingreso cuando escapan por un alivio en la tensión.

Ore con nosotros para que Dios haga un milagro de provisión. Muchos cristianos alrededor del mundo envían donativos a Puentes para la Paz y otras organizaciones para suplir sus necesidades.

"Te levantarás y tendrás compasión de Sion, porque es tiempo de apiadarse de ella, pues ha llegado la hora…Porque el SEÑOR ha edificado a Sion, y se ha manifestado en Su gloria. Ha considerado la oración de los menesterosos, y no ha despreciado su plegaria" (Sal. 102:13, 16-17).

Levantando Intercesores:

Nos alegramos de que Dios haya levantado a tantos creyentes para interceder por Israel. Ore para que muchos más sientan el llamado de intercesión en estos últimos tiempos. Ore para que Dios siembre amor por Israel en el corazón de la Iglesia.

Jeremías 31 es un gran capítulo. Allí se narra el plan de Dios para Israel en los últimos tiempos. El capítulo comienza con: "En aquel tiempo…" Cuando veo esa frase, busco los versos anteriores para saber a qué se refiere. Recuerde, cuando la Biblia fue escrita, no tenía versos ni capítulos como hoy día. Por lo tanto, el último verso del capítulo 30 termina con: "…en los postreros días ustedes entenderán esto." El término hebreo para "en postreros días" es b’ajarit ha’yamim, y por lo tanto, ese pasaje tiene que ver con los últimos tiempos.

Le animo a que lea el capítulo entero, pero miremos el verso siete: "Porque así dice el SEÑOR: 'Griten con alegría por Jacob, y den voces por la primera de las naciones. Proclamen, den alabanza, y digan: "Oh SEÑOR, salva a Tu pueblo, al remanente de Israel"'" (Jer. 31:7). Yo creo que ese verso se dirige a usted y a mí, quienes somos creyentes gentiles, para que clamemos por Israel. En la Escritura, cuando uno ve la palabra "Jacob," se refiere al hombre Jacob, hijo de Isaac, o al pueblo judío entero. De ninguna manera se refiere a "los hijos adoptivos de Abraham," o sea, la Iglesia.

Que las Naciones Conozcan a Dios:

La guerra nunca debe ser nuestra primera opción para resolver un conflicto porque mueren muchas personas, y a menudo muere gente inocente. Es una de las verdades trágicas en cada guerra. En este conflicto, Hamás deliberadamente utiliza a su propia gente como escudos humanos, ocasionando un alto número de muertes que aprovechan para su guerra de propaganda. Oremos para que Dios proteja a las personas inocentes de ambos lados. Aunque odiemos la guerra, también reconocemos que Dios no desea que triunfe el mal.

Por otro lado, hay una tremenda batalla entre Dios y Satanás que ha existido desde la caída de Lucifer. El conflicto a menudo se centra en el pueblo judío e Israel, ya que Dios escogió revelarse al mundo por medio de ese pueblo. Satanás está resuelto a destruir los planes de Dios, pero nunca ganará. Dios será victorioso, y eventualmente Satanás será derrotado para siempre. Aunque algunos de los detalles del futuro están predestinados y registrados en la Biblia, muchos de los modos de cómo llegaremos allá, cuáles serán las condiciones, las amenazas que sufrirá el pueblo de Dios, etc., pueden variar. Serán determinados por nuestras acciones y oraciones.

A medida que se desarrolla el conflicto con Hamás en Gaza, mientras ocurren motines palestinos en Samaria y Judea (Margen Occidental) y hasta que veamos el desenlace final del conflicto, el mundo continuamente verá y reconocerá a Dios actuando a favor de Israel durante estos tiempos finales. "'Cuando Yo los traiga de entre los pueblos y los reúna de las tierras de sus enemigos, seré santificado en ellos ante los ojos de muchas naciones. Entonces sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, porque los hice ir al cautiverio entre las naciones, y después los reuní de nuevo en su propia tierra, sin dejar allá a ninguno de ellos. No les ocultaré más Mi rostro, porque habré derramado Mi Espíritu sobre la casa de Israel,' declara el Señor DIOS." (Ezeq. 39:27-29).

Bendiciones desde Israel,
Rebecca J. Brimmer

Presidenta Internacional y CEO

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