LOS DÍAS DE NOÉ
¿Alguna vez ha considerado usted que la violencia,
la inmoralidad y la incertidumbre que actualmente vivimos hoy día no es nada
nuevo? Tristemente, han sido parte de la humanidad a través de toda su
historia. La Biblia narra el recurrente juicio de Dios contra la humanidad cada
vez que ésta cae en depravación. Los autores bíblicos han destacado ciertas
infames generaciones como más malvadas que otras. La generación de Noé fue una
de ellas.
La vida de Noé es particularmente importante para los cristianos. Las historias
sobre el reconocimiento de Noé como hombre justo, su construcción del arca, la
selección de los animales, el diluvio mundial y la subsiguiente restauración de
la tierra son muy amadas y enseñadas en cada iglesia y escuela dominical. Pero
Noé, y el período en que vivó, adquiere mayor significado a la luz de las
palabras de Yeshúa (Jesús) en Lucas 17:22-30:
“Y a los discípulos les dijo: ‘Vendrán días cuando ustedes ansiarán ver uno de
los días del Hijo del Hombre, y no lo verán. Y les dirán: “¡Miren allí! ¡Miren
aquí!” No vayan, ni corran tras ellos. Porque como el relámpago al fulgurar
resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro extremo del cielo, así
será el Hijo del Hombre en Su día. Pero primero es necesario que El padezca
mucho y sea rechazado por esta generación. Tal como ocurrió en los días de Noé,
así será también en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y
se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el
diluvio y los destruyó a todos. Fue lo mismo que ocurrió en los días de Lot:
comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, construían; pero el día en que
Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y los destruyó a todos. Lo
mismo acontecerá el día en que el Hijo del Hombre sea revelado’” (NBLH).
Un Cuadro del Mundo en los Últimos Tiempos:
A lo largo de los siglos, miles de autores han escrito comentarios en torno
al anterior texto, enfocando la expectativa cristiana sobre el regreso del
Mesías y las implicaciones que tiene en la vida diaria del creyente. Junto con
otros textos del Nuevo Testamento, los comentaristas han identificado el
escenario de “los días de Noé” como también el denominado “final de los
tiempos.” En dicha futura época, el ambiente estará propicio para la venida del
Mesías y la redención de toda la humanidad.
Génesis 6 nos da un vistazo de ese mundo en que vivía Noé, y quizás sea un
anticipo del mundo que está muy pronto por venir: “El SEÑOR vio que era mucha
la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos
de su corazón era sólo hacer siempre el mal…Pero la tierra se había corrompido
delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Dios miró a la tierra,
y vio que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre
la tierra” (vs. 5, 11-12).
* Tierra Llena de Violencia:
Hoy día, a medida que se desarrollan los eventos alrededor del mundo,
muchos cristianos creen que estamos viviendo esos días profetizados por Yeshúa
en Lucas 17 y descritos en Génesis 6. Ciertamente, podemos identificar que la
tierra está nuevamente llena de violencia. Hay actualmente como 41 guerras en
distintos países, ocasionando miles de muertes cada año. El crimen violento ha
ido en aumento y el uso de armas de fuego ha crecido dramáticamente. La
violación sexual y la violencia doméstica contra la mujer han alcanzado
proporciones epidémicas en todas partes, siendo ahora las principales causas de
muerte para mujeres entre los 15 y 44 años de edad, sobrepasando aún el cáncer,
accidentes de vehículos de motor, guerra y malaria. Según unos estudios
realizados durante la década de 1950 en Estados Unidos, los problemas mayores
en las escuelas eran el masticar chicle, llegar tarde a la clase y hablar fuera
de tiempo. Hoy día, el acoso sexual, la violación y el asesinato plagan las
instituciones de aprendizaje en toda Norte América. El crimen es también un
problema grande en Sudáfrica. En una encuesta compilada por la Oficina de las
Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen, Sudáfrica llegó en segundo lugar en
cuanto a asaltos y asesinatos, y en primer lugar por violaciones sexuales de
entre 60 otras naciones del mundo.
No sólo ha aumentado la violencia, sino que se ha convertido en una industria
de entretenimiento. Las películas y los programas de televisión con temas
violentos son los más populares, y hasta los programas para niños demuestran
diversos actos de violencia. Estudios recientes indican que un niño típico en
un país desarrollado, cuando llega a los 18 años de edad, habrá visto un
promedio de 1,680 minutos de televisión a la semana y un total de sobre 200,000
actos de violencia. Lamentablemente, ese mismo niño habrá tenido una
conversación significativa con sus padres un promedio de sólo 3.5 minutos a la
semana.
* Maldad y Corrupción:
La violencia no es la única característica del escenario de “los días de
Noé.” Los versos en Génesis mencionan dos cualidades muy delatadoras: la maldad
y la corrupción. Ambas palabras tienen la misma raíz en el idioma hebreo,
expresando algo que está podrido, repugnante y maloliente, y que ocasiona
podredumbre a su alrededor. La generación de Noé no sólo estaba obsesionada con
cometer actos de violencia, sino que la misma fábrica social estaba degenerada
y saturada de inmoralidad a todo nivel. Cada pensamiento era vil, y abundaba el
egoísmo, la avaricia, el egocentrismo, la inmoralidad sexual y todo tipo de
mentira. Personas malvadas y pecaminosas habían infectado a toda la humanidad
con decadencia, arruinando el mundo que Dios había creado para Su santo
deleite.
* Matrimonios Homosexuales:
El Talmud Babilónico (comentario rabínico sobre la tradición judía y las
Escrituras Hebreas) nos puede ayudar a comprender mejor el mundo en que vivía
Noé y la descripción de Yeshúa en Lucas 17. Los rabinos de hace mil años
enseñaron que la generación de Noé fue la más degenerada moralmente de todos
los tiempos, y su razón por ello realza un claro paralelo entre esos días y los
actuales. La violencia estaba rampante y la inmoralidad se manifestaba sin
control. Pero según el rabino Aryeh Spero, comentarista y anfitrión radial
judío-americano, los sabios enseñaban que la situación era irremediable por
causa de la homosexualidad. Ciertamente, la homosexualidad ha sido prevalente
también en otras épocas, pero aparentemente no lo suficiente como para que Dios
destruya toda la tierra. ¿Cuál fue la diferencia? El Talmud enseña que en días
de Noé ¡se entregaban certificados de matrimonio a parejas del mismo sexo!
Cuando los cristianos leemos las palabras de Yeshúa en Lucas 17:27, “Comían,
bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en
el arca…,” entendemos que la vida corría como de costumbre. Nadie prestaba
atención a lo que hacía o decía Noé, sino que la gente seguía su rutina como si
no hubiese nada de malo. En los versos siguientes, Yeshúa habla acerca de los
días de Lot, nuevamente indicando que las personas vivían sin conciencia del
desastre que se avecinaba. Muchos creen que el pecado de la homosexualidad fue
lo que precipitó la destrucción de Sodoma y Gomorra, ¿pero por qué no fue
también destruida la tierra en los días de Lot? Los rabinos dicen que el
intento de santificar la relación homosexual sólo ocurrió durante el tiempo de
Noé. Quizás Yeshúa quiso implicar que la gente no sólo se conducía como de
costumbre, sino que su pecado iba más allá. Por tal razón, no podemos ignorar
los paralelos de esos días con los presentes.
Uno podría preguntarse por qué el acto de formalizar una relación homosexual
pudiera ocasionar la destrucción de la tierra. Podría parecer como si el
castigo fuese más que el crimen. Sin embargo, desde los días de la creación,
Dios ha resaltado el propósito especial de la institución matrimonial.
Maimónides, erudito judío del siglo doce y experto en la Torá, enseñó que Adán
fue creado en la plena imagen de Dios, reflejando todos Sus atributos, tanto
femeninos como masculinos. Cuando Dios creó a Eva, separó Sus atributos
masculinos, reflejados en Adán, de los femeninos, reflejados en Eva. Desde ese
día en adelante, cuando el hombre y la mujer se unían en matrimonio, se unían
los atributos de Dios en una sola carne para demostrar al mundo un cuadro total
de Su persona. Su propósito para el matrimonio siempre ha sido demostrar la
plenitud de Su carácter por medio de la interacción entre el esposo y la
esposa. Por consiguiente, un matrimonio homosexual infringe el propósito de
Dios y crea un cuadro pervertido de Su naturaleza. Según los sabios judíos, esa
actividad se hizo tan prevalente durante los días de Noé que, aparentemente,
Dios sintió que no le quedaba otra alternativa que destruir a la humanidad y
comenzar de nuevo.
Noé, Nuestro Ejemplo:
Mientras vemos el escenario de los “días de Noé,” creo que hay unas
lecciones aún más profundas para los cristianos. El Nuevo Testamento nos ordena
claramente que discernamos los tiempos, así que es críticamente importante que
comparemos nuestros tiempos con los días de Noé. Pero también debemos cuidar de
no mirar tan fijamente los “tiempos” que dejemos de ver a Noé. Ya que vivió
durante unos de los días más oscuros del mundo, su luz debió haber brillado muy
intensamente. Si nuestros días son igualmente oscuros, ¿cómo podemos demostrar
esa misma justicia de Noé?
* Un Hombre Justo:
La Escritura usa unos adjetivos muy específicos cuando describe a Noé y su
relación con Dios. Génesis 6:9 nos dice que Noé era un hombre justo. La palabra
hebrea usada aquí es tzadik, que viene de una raíz con varios significados.
Frecuentemente se usa en referencia a la lealtad de un rey como siervo de Dios.
El rey David demostró esa innegable fidelidad y entrega hacia el Dios de
Abraham, Isaac y Jacob. La palabra también puede referirse a la confiabilidad,
honestidad e inocencia. A veces se traduce como “justicia” o “rectitud,” y
conlleva todo lo que Dios espera de Su pueblo. Podemos aplicar esos términos a
la vida personal: Una persona puede juzgar, tratar a otros, ofrendar o hablar
íntegramente. Uno también puede aprender, enseñar y procurar la justicia con
todo el corazón.
En todas sus formas, la palabra tiene que ver con relaciones: de un rey con su
Dios, Dios con Su pueblo, entre los seres humanos y una nación con Dios. En
cada instancia, se refiere a los que son rectos, justos e íntegros según todas
las leyes de Dios. En tiempos modernos, un tzadik es un hombre justo dedicado
al estudio de la Torá, y quien es fiel a Dios en todos sus caminos. El
diccionario hebreo moderno define a un tzadik como un personaje justo en su
generación, extremadamente honesto y recto. La palabra tzedaká proviene de la
misma raíz, lo que indica realizar actos de caridad. Una vida de fidelidad y
virtud está íntimamente ligada con demostraciones de caridad. Un hombre justo
camina con Dios en obediencia, integridad, humildad y generosidad.
La palabra también puede indicar hacer algo correctamente, o enmendar algo que
esté incorrecto. Tiene la connotación de limpiar o eliminar alguna maldad. Noé
fue un hombre justo en medio de un mundo injusto y degradado. Escogió vivir una
vida de santidad y pureza, y fue la única fuerza contraria a la corrupción que
llenaba la tierra en esos días.
* Un Hombre Perfecto:
El texto luego nos dice que Noé era un hombre perfecto en su generación, o
entre sus contemporáneos. La palabra hebrea aquí es tamim. Describe una vida
intachable, sincera y completa. Cuando uno es descrito de esa manera, no
existía nada en sus actividades externas o en su disposición interna que
desagradara a Dios. La palabra describe su relación con Dios a cada nivel, una
relación que es sólida e íntegra. Otra definición importante en nuestra
discusión es la inocencia moral. Noé vivía en un mundo empapado de maldad e
impureza sexual, pero él es descrito como moralmente inocente. Aunque vivía
rodeado de vileza, tenía que tomar decisiones a diario que le mantuviesen libre
de esa decadencia, enfocando su atención sólo en su relación con Dios y en la
obra a la que fue llamado.
* Un Hombre que Andaba con Dios:
Finalmente, leemos que Noé “siempre andaba con Dios.” Aquí, el verbo hebreo
es halaj. Es la misma palabra usada en Génesis 5 respecto a Enoc y su caminar
con Dios. Esencialmente, se refiere a cierto movimiento, tanto de seres
humanos, animales, objetos inanimados, como del viento. En su forma más básica,
significa “caminar.” Puede ser usado para describir una conducta y la manera en
que uno “camina con Dios.” Isaías 33:15 dice que el que camina rectamente será
bendecido por Dios, y nos anima a que vivamos una vida recta. El Diccionario
Expositivo Vine nos dice que las personas piadosas siguen los mandamientos de
Dios; caminan en rectitud, en humildad y en integridad; caminan con Dios y
viven en Su presencia. La palabra halaj también puede significar la búsqueda de
algo, como quienes caminan tras Dios y buscan continuamente Su rostro. De mayor
importancia aún, implica una constancia y conducta habitual. Los que caminan
con Dios son consistentes, y es descrito en el Nuevo Testamento como
“permanecer en Él.” Noé, Enoc y otros grandes hombres de la fe vivieron en una
relación de constancia y cercanía con Dios, en obediencia a Sus mandamientos.
En hebreo moderno, la palabra halajá se traduce como “Ley Judía,” aunque una
traducción más literal (y apropiada) sería “el camino por donde uno anda.”
Según esa raíz, halajá se refiere a toda la colección de tradiciones y
enseñanzas judías que procuran elevar al hombre de su vida mundana para así
santificar lo ordinario. Cada paso y movimiento en la vida le recuerda la
necesidad de permanecer en Dios. Halajá no sólo define lo que es conducta
apropiada e inapropiada, sino que también implica cierta dirección sin fluctuar
ni vacilar. En el hebreo moderno, halajá le maasé significa la regla para
seguir, una medida estándar y constante.
Cómo Vivir en los “Días de Noé”:
En recientes años, los cristianos han estado muy preocupados con “los
últimos tiempos,” aunque esa mentalidad no es nueva. En casi toda generación
desde el primer siglo d.C., ha existido un grupo que creía estar viviendo en
los últimos días. Hasta el reformador protestante Martín Lutero estaba
convencido de que su generación era la última. Sin embargo, el desarrollo de
los eventos durante las más recientes décadas ilustra tangiblemente algunas
porciones de las Escrituras Cristianas, indicando que estamos en el verdadero
final de los tiempos. Las comunicaciones por satélite, las armas bioquímicas y
los adelantos en la ciencia y la tecnología han convertido muchos pasajes casi
“fantasiosos” en algo creíble y verosímil. Según mencionamos anteriormente,
hemos visto con horror cómo la violencia ha aumentado de manera exponencial,
los valores familiares han perdido su fuerza, y la inmoralidad y el libertinaje
han infiltrado casi todo nivel de la sociedad. A medida que se colapsa el mundo
financiero, aumentan los desastres naturales, y escuchamos de guerras y rumores
de guerra, la maldad que saturaba el mundo en días de Noé está más claramente
visible a nuestro alrededor.
Los cristianos esperamos ansiosamente la segunda venida de nuestro Señor, y
muchos ojos judíos también están enfocados hacia arriba, esperando en cualquier
momento la llegada del Mesías. Algunos rabinos ortodoxos actualmente escriben y
enseñan acerca de la inminente llegada del Mesías. Más y más libros de ficción
judía tratan el tema del final de los tiempos. El principal rabino ruso Berel
Lazar cree que la tierra pronto verá la llegada del Mesías para juzgar a la
humanidad. Lazar declara: “Sabemos que él está muy cerca.” Se agitan los
corazones de los fieles de Dios en gran anticipación mesiánica, pero acrecienta
la convicción de que los días previos a la redención final podrían ser
extremadamente difíciles.
La generación de Noé nos puede ayudar a comprender los propios días en que
vivimos, y la vida de Noé nos puede ayudar a comprender cómo debemos vivir.
Cuando Dios habló a Noé acerca de construir el arca y del juicio que habría de
venir sobre la tierra, tenía 500 años de edad. Los barcos no eran muy comunes
donde vivía Noé, y todavía no había llovido sobre la tierra. Sólo un hombre
acostumbrado a escuchar y obedecer la voz de Dios podría cooperar con ese
extraño plan.
Como Noé, debemos comenzar a escuchar, reconocer y obedecer la voz de Dios. Así
como Noé, debemos escoger vivir rectamente sin importar cuán difícil o
impopular sea. Debemos rendir todo al Señor y permitir que dirija nuestras
vidas. Debemos caminar ante Él en integridad, humildad y sinceridad. La vida de
Noé fue conocida por su habitual conducta intachable y su relación constante e
inconmovible con Dios. Vivió en Su presencia, estaba familiarizado con Su voz y
estaba acostumbrado a obedecer. Había cultivado esos hábitos mucho antes de que
Dios le informara acerca del desastre venidero. Porque Noé había cultivado una
vida de fiel sujeción a Dios, fue escogido para ser el individuo por medio del
cual volvería a poblar la tierra. Seguramente los vecinos de Noé le preguntaron
qué hacía, y seguramente les dijo que el juicio de Dios caería pronto sobre
ellos. Seguramente les habló acerca del amor y la misericordia de Dios,
esperando que alguno abandonase su maldad y se uniese a él y su familia en el
arca. Pero nadie lo hizo.
El Dios a quien servimos hoy día es el mismo Dios que recompensó la fidelidad
de Noé, rescatándolo de en medio de tiempos extremadamente peligrosos. Sigamos
también a Dios de todo corazón y desarrollemos un estilo de vida semejante al
de Noé para que caminemos constantemente con el Señor, vivamos en Su presencia
y permanezcamos siempre en Su camino.
Por Rvda. Cheryl Hauer
Directora de Desarrollo Internacional
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