ISRAEL NO ES UN PAÍS TERCERMUNDISTA


Una vez cada 50 ó 100 años, Israel es golpeado por una verdadera tormenta según los estándares del norte de Europa. Eso fue lo que llegó durante el fin de semana entre el 13 y el 16 de diciembre, dejando a la gente fría, mojada y adolorida. Miles sufrieron por la falta de electricidad, incluso algunos por varios días. Las carreteras quedaron bloqueadas, los ríos se salieron de su cauce, y muchos atravesaron necesidades urgentes, y la ayuda no siempre les llegó.

Inmediatamente, como si fuera un reflejo acondicionado, las estaciones de radio y televisión eran dominadas por la palabra del día: "Incompetencia." Fue seguida por su hermana cercana: "Comisión Estatal de Investigación." Apuntaban dedos acusatorios a la Corporación de Electricidad Israelí, la policía, el Comando de Frente Civil, el sistema de bienestar público y los alcaldes. Los comentaristas se quejaban diciendo: "Israel es un país tercermundista," y de repente se convirtieron en expertos de desastres naturales. Pero probablemente ellos conocen muy poco sobre la vida real, ya sea en el Primer o en el Tercer Mundo.

Las ciudades cerca del Ártico, en Canadá, el norte de EE.UU. o el norte de Europa funcionan muy bien aún cuando están enterrados bajo nieve. Esa es su rutina cada invierno. Otras ciudades respetables como Londres y Washington se paralizan cuando son golpeadas por una tormenta como la que llegó a Israel el pasado fin de semana. Ellos cierran los aeropuertos, sus carreteras quedan bloqueadas, su electricidad es interrumpida, además del Internet, pero nadie grita, "¡Incompetencia!"

En el Tercer Mundo, un electricista sólo sale a la tormenta de nieve si un ciudadano en apuros le llena el bolsillo con un gran soborno. En Israel, el electricista llega y se disculpa por no haber llegado antes, y los soldados y la policía visitan los hogares no para robarles sino para preguntarles cómo pueden ayudar. No, Israel no es un país tercermundista.

La nieve también cayó sobre la oficina del Contralor del Estado. Debemos exigir que cuando haga su investigación, el contralor estatal no se limite a un regaño o una recomendación, sino que investigue el valor monetario de cada recomendación. ¿Los tendidos eléctricos soterrados son mejores que los tendidos aéreos? Eso es bueno, ¿pero cuánto costará enterrarlos? ¿El recortar las ramas antes de que llegue el invierno reducirá las probabilidades de problemas con el tendido eléctrico? Eso es bueno, ¿pero cuánto costará? ¿Se requerirá que cada ciudad con sobre 400 metros (o 1,300 pies) de altura compre barredoras de nieve con suficiente capacidad para manejar un metro (3.3 pies) de nieve? Muy bien, ¿pero quién los pagará? ¿Compañías privadas sustituirán a la Corporación de Electricidad Israelí? Muy bueno, pero sólo una persona ingenua pensará que una compañía privada se preparará para la nieve sin cargos adicionales.

No es la nieve lo que amenaza a Israel, sino otros peligros en una lista de desastres naturales de gran impacto, como terremotos, además del tremendo golpe que sufrirá la nación en caso de una guerra. Para tales eventos, la infraestructura debe estar preparada, y preparada en serio.

El lado positivo de un evento como el reciente es la oportunidad que tienen las personas de ayudarse entre sí. Los israelíes revelan sus mejores cualidades en momentos de necesidad. Todos se involucran y responden a la necesidad de manera masiva. Y hubo un lado positivo, incluso valiente, en la decisión de Netanyahu en permitir que los trenes operasen desde Jerusalén durante el shabat (sábado).

Cuando se responde a dificultades ocasionadas por la naturaleza, nadie tiene la culpa. Eso no consuela a los que pasaron el fin de semana congelados en su casa o en un automóvil. Pero el sol finalmente salió, y el sufrimiento se convirtió en una experiencia, y la "incompetencia" sólo molestará como la nevada del año pasado.

MOTIVO DE ORACIÓN: Dele gracias al Señor por el regalo de la nieve y la bendición de la lluvia. Ore para que el pueblo de Israel nuevamente se encuentre caliente y segura.

VERSO BÍBLICO: "Si andan en Mis estatutos y guardan Mis mandamientos para ponerlos por obra, Yo les daré lluvias en su tiempo, de manera que la tierra dará sus productos, y los árboles del campo darán su fruto. Ciertamente, su trilla les durará hasta la vendimia, y la vendimia hasta el tiempo de la siembra. Comerán, pues, su pan hasta que se sacien y habitarán seguros en su tierra" (Levítico 26:3-5). 


(Porciones de un artículo por Nahum Barnea,16 de diciembre de 2013)

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