Puede venir hoy


Estaba visitando la «Villa Arconati», en la ribera del lago de Como (Italia). Mientras el jardinero me conducía a través de ese magnífico lugar, le pregunté:
–¿Cuánto tiempo lleva aquí?
–Veinte años.
–¿El propietario viene a menudo?
–Ha venido cuatro veces. La última fue hace doce años.
–Supongo que lo llama por teléfono o le escribe.
–No, nunca.
–Pero entonces, ¿quién le da las órdenes?
–El encargado, que vive en Milán.
–¿Y él viene a menudo?
–Nunca viene.
–Entonces, ¿quién controla su trabajo?
–Nadie; la mayor parte del tiempo estoy solo. Es muy raro ver a un desconocido aquí.
–¡Sin embargo usted cuida este jardín con mucho esmero! Podríamos pensar que espera a su propietario mañana.
–¿Mañana? No, señor, ¡hoy!, respondió el viejo jardinero.
El comportamiento de ese jardinero debería ser el de todo creyente que espera el regreso de Jesús, su Maestro. Nuestra conducta, nuestra forma de ser, nuestros asuntos, nuestras casas, todo debería estar ordenado como si estuviésemos esperando al Salvador hoy.
De hecho, él prometió: “Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20). Esta perspectiva es una luz de esperanza en la noche de este mundo.


Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando. Lucas 12:37

Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Mateo 24:4



Comentarios