¿JUICIO CONTRA LAS NACIONES?





Cuando viajo, frecuentemente me preguntan sobre el juicio de Dios contra las naciones. Recientemente me encontraba en Estados Unidos, y me pareció que muchos cristianos creen que esa nación actualmente atraviesa el juicio de Dios. Un libro muy popular por Jonathan Cahn, The Harbinger [El Presagio], advierte a los americanos que un juicio es inminente y sólo puede evitarse con un profundo arrepentimiento. Dicha novela cristiana ha estado en la lista de libros más vendidos de The New York Times por 64 semanas (al momento de este estudio). Muchos americanos también han vuelto a leer La Visión de David Wilkerson, escrito en 1973, que predice el juicio de Dios contra Estados Unidos. En otros países, los cristianos también observan las condiciones mundiales y se preguntan si Dios juzgará a las naciones y cuándo.

Esas son buenas preguntas. Es cierto que muchas naciones atraviesan crisis financieras. En marzo, Chipre tuvo una crisis bancaria que afectó a todo el mundo. Muchas naciones tienen una elevada taza de desempleo. La Unión Europea en general tiene un 11% de desempleo, pero algunas naciones individuales tienen un desempleo mayor: Grecia tiene un 26% de desempleo, España un 26.6% y algunas otras están en 15%. Estados Unidos ha acumulado una deuda nunca antes vista mientras el gobierno gasta sin control. Guerras y conflictos regionales se levantan por todos lados del mundo. Durante los pasados cinco años, el mundo ha experimentado una disminución en el mercado de valores, sin esperanza de ver una pronta recuperación. Estudios recientes revelan que la persecución contra cristianos va en aumento, además de observarse mayor antisemitismo. El Medio Oriente es un mar de inestabilidad, y amenazan a Israel a diario. ¿Cómo debemos interpretar todo eso? ¿Qué podemos hacer para mejorar la situación en nuestra propia nación, en nuestra comunidad de la fe o en nuestra familia? 

La Naturaleza de Dios: La Biblia claramente dice que Dios es un Dios de misericordia, además de un Dios de justicia. En mi opinión, Éxodo 34:6-7 contiene uno de los mensajes más importantes en toda la Biblia. Allí Dios se auto-define y describe Su carácter a Moisés. Los eruditos judíos denominan ese pasaje como los ‘13 Atributos de la Misericordia de Dios’: “...El SEÑOR, el SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, el que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado, y que no tendrá por inocente al culpable; que castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y cuarta generación.”

Una de las cosas que realmente aprecio de Dios es que es totalmente consistente: hace lo que dice que va a hacer. Vemos eso en la manera tan asombrosa y literal que Dios cumple Sus promesas bíblicas respecto a la nación y el pueblo de Israel, especialmente durante los pasados 100 años. Aquí en Israel tengo el privilegio de ver esa naturaleza tan fiel de Dios al ver inmigrantes judíos desde todas las naciones del mundo entre mis propios vecinos y mis amistades. Se escucha hablar el hebreo con una multitud de acentos, a medida que el pueblo del Libro regresa a su hogar exactamente como dice el Libro. Usualmente preferimos ver el lado positivo de ese cumplimiento, pero hay profecías de juicio y castigo que Dios también cumplirá a Su tiempo.
Naciones que Dios ha Juzgado en el Pasado: La Biblia narra muchas historias de naciones o ciudades que fueron juzgadas por Dios. Veamos brevemente algunos de esos relatos.

Sodoma y Gomorra: Dios estaba tan ofendido por la conducta de los residentes de Sodoma y Gomorra que las destruyó totalmente, y sólo cuatro de sus residentes escaparon la lluvia de fuego y azufre que envió sobre esas ciudades. Fueron juzgadas por su perversidad y depravación. También fueron juzgadas por la manera en que trataron a sus visitantes. Ramon Bennett, en su libro Saga, Israel and the Demise of Nations [Saga, Israel y la Defunción de las Naciones], dice: “El clamor de Sodoma y Gomorra llegó hasta Dios. Los habitantes en esas ciudades tenían la mala costumbre de maltratar a los extraños que pasaban por su área, y esa también era una abominación ante Dios, quien se preocupa por los extraños tanto como por las viudas y los huérfanos” (Pág. 90): “Cuando un extranjero resida con ustedes en su tierra, no lo maltratarán. El extranjero que resida con ustedes les será como uno nacido entre ustedes, y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios” (Lev. 19:33-34).

Egipto: La nación de Egipto fue juzgada por la manera en que trató a los hijos de Israel. Cada año en la celebración de la Pascua, el pueblo de Israel recuerda su tiempo de esclavitud en Egipto y la liberación que Dios les dio. Las diez plagas que envió contra la antigua nación de Egipto resultaron en una destrucción sin precedente. Fue juzgada por esclavizar al pueblo judío, por asesinar a sus bebés varones y por su crueldad contra el pueblo de Israel. Fueron juzgados y severamente castigados, aunque no totalmente destruidos. Hay otras referencias a Egipto en tiempos subsiguientes, algunas que todavía faltan por cumplirse.

Asiria: Los profetas bíblicos, incluyendo Jonás y Nahum, profetizaron contra la ciudad asiria de Nínive. El Imperio Asirio fue famoso por su crueldad. Frederick William Farrar, en su libro The Minor Prophets [Los Profetas Menores], lo describió muy bien:

“Al juzgar por las jactanciosas inscripciones de sus reyes, ningún poder más inservible, más salvaje, y más terrible llegó a ensombrecer las páginas de la historia mientras iba de camino a la ruina. Los reyes de Asiria atormentaban al miserable mundo. Orgullosamente registraban cómo ‘carecían de espacio para los cadáveres’; cuán despiadadamente malévola era su diosa Ishtar; cómo descartaban los cuerpos de soldados como si fuesen tierra; cómo hacían sus pirámides de cabezas humanas; cómo quemaban las ciudades; cómo llenaban las tierras de muerte y devastación; cómo enrojecían los amplios desiertos con las carnes de guerreros; cómo cubrían naciones enteras con los cuerpos de sus guerreros como si fuesen paja; cómo ensartaban ‘montones de hombres’ en postes, y llenaban las montañas y detenían los ríos con huesos de cadáveres; cómo cortaban las manos de reyes y las clavaban a los muros, y dejaban pudrir sus cuerpos para los osos y perros a las entradas de las ciudades; cómo empleaban a los cautivos encadenados de las naciones para hacer sus ladrillos; cómo cortaban a los guerreros como la hierba, o los mataban como bestias de los bosques y cubrían sus postes con el pellejo de sus rivales monarcas” (Págs. 147, 148).

Todos conocemos la historia de Jonás y el gran pez. Esa asombrosa historia evidencia el carácter de Dios, tanto Su rectitud como Su misericordia. ¡Yo comprendo muy bien por qué Jonás no quería ir a Nínive! Él conocía los hechos horrendos de los asirios. Su interacción con Israel estaba marcada de incidentes dolorosos; de hecho, las 10 tribus del norte fueron eventualmente llevadas cautivas por Asiria. Jonás se debió alegrar que Dios los iba a castigar.

A la misma vez, Jonás comprendió el carácter de Dios: “Porque yo sabía que Tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira y rico en misericordia, y que Te arrepientes del mal anunciado” (Jonás 4:2). Fíjese cómo se parece eso a Éxodo 34:6-7. Y de hecho, el pueblo de Nínive de esa generación se arrepintió y Dios aplazó Su juicio. El profeta Sofonías dice: “Él extenderá Su mano contra el norte y destruirá a Asiria, y hará de Nínive una desolación, árida como el desierto” (Sof. 2:13). Nínive fue completamente destruida en 612 a.C. y arrasada. Todo lo que permanece de esa gran ciudad son unos pocos montoncillos de tierra en lo que es Irak hoy día.

Dios hace lo que promete hacer, y encontramos relatos de cómo juzgó a naciones y ciudades por toda la Biblia. Hubo muchas razones por las que fuesen juzgadas, como su crueldad, conducta inmoral e idolatría. Y también fueron juzgadas por la manera en que trataron al pueblo judío.

¿Y Qué del Futuro?

Hay juicios descritos en la Biblia que aún no han ocurrido. Algunos se refieren a naciones o ciudades específicas, como la profecía en Isaías 17 que habla sobre Damasco, una antigua ciudad que todavía existe en Siria: “Damasco dejará de ser ciudad, y vendrá a ser un montón de ruinas” (Isa. 17:1). Ese juicio aún no ha sucedido.

También hay pasajes que hablan del juicio de Dios contra todas las naciones.

Joel 3: El profeta Joel proclama una advertencia para nuestros días. "Porque en aquellos días y en aquel tiempo, cuando Yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré bajar al Valle de Josafat. Y allí entraré en juicio con ellas a favor de Mi pueblo y Mi heredad, Israel, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron Mi tierra... Proclamen esto entre las naciones: ‘Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; acérquense, suban todos los soldados... Despiértense y suban las naciones al Valle de Josafat, porque allí Me sentaré a juzgar a todas las naciones de alrededor...’ Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del SEÑOR en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen, y las estrellas pierden su resplandor. El SEÑOR ruge desde Sión y desde Jerusalén da Su voz, y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el SEÑOR es refugio para Su pueblo y fortaleza para los Israelitas. Entonces sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, que habito en Sion, Mi santo monte...” (Joel 3:1-2, 9, 12, 14-17).

El nombre “Josafat” tiene un significado literal en hebreo: “Dios juzgará.” La palabra “juzgar” en hebreo es shfat. La palabra también significa administrar justicia, castigar, sentenciar o dictaminar juicio. El término “juicio” viene de la misma raíz: shfitá. La primera parte de la palabra “Josafat” en hebreo se escribe yod-hei-vav (YHV), que también es parte del nombre de Dios, (YHVH), pronunciado como “Jehová” en español. También hubo un rey de Judá llamado Josafat.

Ese es un texto bíblico muy útil para identificar el tiempo en que los eventos habrían de ocurrir: “cuando Yo restaure el bienestar de Judá y Jerusalén,” o cuando Dios haga volver a los cautivos de Israel. Ahora son dichos tiempos, cuando los cautivos judíos regresan a su antigua tierra (v. 1). ¿Eso quiere decir que nos acercamos al tiempo en que Dios juzgará a las naciones? Esa es una posibilidad, y de las muchas señales que vemos, el juicio podría estar muy cerca. ¡Confieso que no comprendo cómo Dios interpreta el tiempo! Sin embargo, está muy claro que Dios está descontento con dos cosas:

- La dispersión de Su pueblo, el pueblo judío,
- La división de Su tierra.

El rabino David K. “Radak” (1160-1235) escribió un comentario sobre toda la Tanaj (Génesis a Malaquías), y es visto por muchos estudiosos judíos de la Biblia como el más selecto comentarista. Su comentario sobre la declaración en el verso 2, “Y Yo los sentenciaré allí concerniente a Israel, Mi pueblo y Mi herencia” [versión judía], lee como sigue: “Yo los juzgaré y los castigaré por el mal que perpetraron contra el pueblo judío, cuando fueron exiliados entre ellos.”

El comentario Art Scroll de los 12 profetas menores (Art Scroll Commentary of the 12 Minor Prophets) dice que la profecía de Joel sobre el juicio de las naciones se relaciona con la batalla de Gog y Magog: “Algunos comentaristas interpretan que la guerra de Gog y Magog se refiere a la guerra que sucederá entre los ejércitos de Edom, o sea, las naciones cristianas e Ismael, los pueblos árabes. El Todopoderoso los inducirá para que hagan batalla en la vecindad de Jerusalén, donde ambos serán destruidos por haber perseguido al pueblo judío” (Págs. 176-177).

Zacarías 12: El profeta Zacarías también habló sobre un día en que las naciones del mundo subirían contra Jerusalén: “Y sucederá en aquel día que haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos. Todos los que la levanten serán severamente desgarrados, y contra ella se congregarán todas las naciones de la tierra” (Zac. 12:3). Según Radak, las naciones (o los pueblos) que vengan contra Jerusalén son “los ejércitos de Gog y Magog, que intentarán asediar a Jerusalén, confiadamente creyendo que si la ciudad es conquistada, el resto de la Tierra de Israel automáticamente caerá.”

Aunque Radak tenga razón de que el pasaje de Zacarías se refiere a Gog o Magog o se refiere a otro conflicto, el resultado es el mismo. Dios responderá en bien de Israel.

Ezequiel 38-39: No tenemos tiempo para entrar en detalle sobre el pasaje de Ezequiel 38 y 39, que describe la invasión de Gog y Magog. Vea otro estudio titulado “Viviendo el Libro de Ezequiel” para mayor detalle. En este estudio sólo quiero señalar que Dios estableció claramente que vendría contra las naciones que destruyan a Israel.

Mateo 25Juicio de las Naciones: Yeshúa (Jesús) también habló sobre el juicio de las naciones. Mateo 25:31-40 dice: “Pero cuando el Hijo del Hombre venga en Su gloria, y todos los ángeles con El, entonces El se sentará en el trono de Su gloria; y serán reunidas delante de El todas las naciones; y separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a Su derecha y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: ‘Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes Me dieron de comer; tuve sed, y Me dieron de beber; fui extranjero, y Me recibieron; estaba desnudo, y Me vistieron; enfermo, y Me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí.’ Entonces los justos Le responderán, diciendo: ‘Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento y Te dimos de comer, o sediento y Te dimos de beber? ¿Y cuándo Te vimos como extranjero y Te recibimos, o desnudo y Te vestimos? ¿Cuándo Te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?’ El Rey les responderá: ‘En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron.’”

Yo creo que cuando Yeshúa hablaba de “Mis hermanos” en este contexto del juicio de las naciones, se refería al pueblo judío. Según mi investigación, no he encontrado que Yeshúa utilice el término “hermanos” para referirse a otras naciones aparte de Israel. Aunque ciertamente ama a todos los pueblos, hay una gran evidencia de que las naciones serán juzgadas por la manera en que trataron a la nación y el pueblo de Israel. No seré dogmática sobre este texto, pero no soy la única con esa opinión. La mayoría de los comentaristas cristianos que investigué también concuerdan con dicha interpretación. Pero eso no significa que no debamos atender a las necesidades de cada cual, aunque no sea judío.

Me parece que sería tonto el no reconocer que Dios se preocupa profundamente por Israel y que juzgará a quienes vengan en su contra, quienes los dispersen, quienes dividan su tierra y no les demuestren amor y compasión cuando se encuentren en problemas.

Naciones a Riesgo de Juicio: En marzo, el presidente estadounidense Barack Obama estuvo en Israel con un gran séquito, que incluía al nuevo Secretario de Estado John Kerry. Aunque dijeron muchas cosas positivas, también defendieron la fórmula de “dos estados para dos pueblos.” Al igual que la mayoría de los líderes mundiales, ellos se esfuerzan por nuevamente dividir la tierra. Están a riesgo de recibir el juicio de Dios por la manera en que tratan a Su pueblo y procuran dividir Su tierra (Joel 3).

Tom Hess, líder de la Casa de Oración para las Naciones en Jerusalén, ha escrito un libro llamado Will Africa be Blessed or Cursed? [¿África será Bendecido o Maldecido?] donde demuestra cómo algunas naciones africanas han prosperado y otras han fracasado, y cómo eso tiene que ver con sus acciones respecto a Israel. Otro libro semejante fue escrito por William Koenig titulado Eye to Eye [Ojo a Ojo], demostrando cómo desastres han acaecido a Estados Unidos en respuesta directa a actos específicos de su liderato en torno a Israel.

Muchos cristianos en Inglaterra se han arrepentido públicamente por las acciones de su gobierno hacia el pueblo judío al terminar el Holocausto cuando severamente limitaron la inmigración judía, casi cerrándoles las puertas a Palestina. Algunos piensan que la desintegración del Imperio Británico puede ser relacionado con sus acciones hacia el pueblo judío. Si uno mira la historia, se pudiese observar un paralelo entre ese imperio y España, que también tuvo un poderoso imperio mundial, pero lo perdió todo luego de expulsar a los judíos de España en 1492.

¿Qué Podemos Hacer?

Mi padre, el Dr. David Allen Lewis, a menudo se refirió a Israel como la “Prueba Tornasol de Dios.” Propiamente, un papel de tornasol se usa para identificar la acidez o alcalinidad de un líquido. A veces el concepto se refiere a una prueba en que un factor (como la altura, un evento o un dato) es determinante. Imagínese un momento en que Dios tome un papel de tornasol y lo use para evaluar a las naciones individuales. El resultado sería que algunas naciones están a favor y otras en contra de Israel. Algunas serán como naciones ovejas, destinadas para bendición, mientras que otras naciones serán como cabritos, destinadas para juicio.

En otro libro de mi padre Can Israel Survive in a Hostile World? [¿Podrá Israel Sobrevivir en un Mundo Hostil?], él dice: “Ya que tantas personas son tan silentes en cuanto a una creciente traición hacia Israel, usted debe gritar su objeción desde las cimas más altas. Insista que su iglesia preste más atención a ese asunto tan importante de los últimos tiempos. Aprenda a refutar las mentiras de los medios de comunicación y de los antisemitas. No permita que los líderes indiferentes barran ese asunto bajo la alfombra. Usted y yo podemos redirigir la marea por Dios y la justicia... después de todo, ese es el más importante de todos los grandes problemas que enfrentamos hoy día. Israel es la prueba tornasol de Dios para los últimos tiempos. Dios no puede poner Su máxima bendición sobre los legítimos reformadores cristianos de esta nación si ignoran el asunto de la seguridad y supervivencia de Israel. Todavía hay tiempo para redirigir la dirección en que vamos. Dios dice que aunque haya declarado el juicio, puede ser revertido.”

Considere lo que el Señor dice aquí: “En un momento Yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir; pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad, me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella. O en otro momento, puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar; pero si hace lo malo ante Mis ojos, no obedeciendo Mi voz, entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo” (Jer. 18:7-10).

El carácter de Dios es uno de misericordia, justicia y longanimidad. Desea que todos los hombres y las mujeres vengan al arrepentimiento. Recuerde, Dios no destruyó a la malvada Nínive cuando se vistió de saco y cilicio en genuino arrepentimiento. Todavía hay tiempo para que las naciones se arrepientan de sus actitudes contra Israel.

Ore por sus líderes, para que ellos se tornen hacia Dios y acepten Sus planes y propósitos. Hable en defensa de Israel. Ore profundamente por su propia nación y combine sus oraciones con la acción. Recuerde las promesas de Dios: “[Si] se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra” (2 Crón. 7:14). Nuestras tierras necesitan ser sanadas. Nuestras tierras necesitan obedecer el plan de Dios para ser bendecidas y volverse del camino que conduce al juicio y una posible destrucción.

Tome pasos positivos para bendecir al pueblo y la nación de Israel con sus regalos para alimentar a los hambrientos, vestir a los que están en necesidad y ministrar a los menospreciados.

Mi oración es: “¡O Dios, ten misericordia de nosotros!” Ese es Su carácter. Que aquel que estuvo dispuesto a salvar a Sodoma y Gomorra de haber diez hombres justos mire nuestros corazones arrepentidos y nos libre de la destrucción.

Rev. Rebecca J. Brimmer
Presidenta Internacional y CEO

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