NUBES DE TORMENTA SOBRE EUROPA
A principios del siglo 20, Teodoro Herzl advirtió a
los judíos europeos sobre una catástrofe que vendría para golpear el corazón
del continente. Sería una catástrofe como nunca antes vista, y se basaba en una
serie de factores que incluían un nacionalismo racialmente motivado, intereses
económicos y una profunda crisis en el sistema cultural europeo.
[Esa predicción fue cumplida con el Holocausto.] La actual corriente de
anti-israelismo y antisemitismo más o menos explícita en la estructura social
del antiguo continente quizás hubiese producido una semejante conclusión en la
mente de Teodoro Herzl.
Eso no significa que Europa se prepara para eventos similares a los ocurridos
en las décadas de 1930 y 1940, pero la presencia de un terreno indudablemente
fértil para el pensamiento irracional y posiblemente peligroso eventualmente
pueda conducir a eventos incontrolables.
Esa tendencia es verificada por dos factores claves: las acciones forzosas
tomadas por varios gobiernos contra la seguridad y legitimidad de Israel, y los
eventos o los incidentes que reflejan la tendencia de sociedades europeas por
regresar a su antiguo y peligroso antisemitismo.
En el 29 de noviembre de 1947, el mundo respondió a la gestión de establecer un
estado para el pueblo judío en su tierra histórica, medida que debió beneficiar
tanto a los judíos como a los árabes, dando la capacidad a todos de tener un
estado reconocido por la comunidad internacional.
La guerra que comenzaron luego los gobiernos árabes con la única intención de
aniquilar la esperanza del pueblo judío por tener su tierra nacional fue el
inicio del moderno ciclo en un prolongado período de inestabilidad e
inseguridad.
Ajenos a seis décadas de política contra-productiva y guerra terrorista por
parte de los palestinos, la gran mayoría de las naciones de la Unión Europea
rindieron su intelecto el 29 de noviembre de 2012 cuando decidieron, directa o
indirectamente, apoyar la iniciativa de la Autoridad Palestina ante la Asamblea
General de las Naciones Unidas, la que de ninguna manera podría producir un
efecto positivo a largo plazo.
Sin tener en cuenta la historia y sus realidades, los burócratas europeos y
definidores de política repetidamente han escogido apoyar un discurso
insostenible basado en estereotipos "políticamente correctos" típico
de las clases europeas radicales y una perspectiva simple del Medio Oriente
asociada a un pensamiento llanamente ingenuo, en vez de hacer un claro análisis
de la situación.
Nadie se atreve plantear la verdadera pregunta: ¿Eso producirá la paz? Dicha
pregunta no se hace porque la respuesta es expresamente negativa. En realidad,
el peso del debate ha cambiado silenciosamente desde una búsqueda de paz y
estabilidad a un ataque frontal innegable y visible respecto a la legitimidad
política de Israel.
Las crecientes dificultades en Europa van de mano con la innegable caída de los
partidos políticos tradicionales y moderados. En ese ambiente, los valores y
los principios que antes definían la identidad europea desde finales de la
Segunda Guerra Mundial se han ido desvaneciendo y no han sido sustituidos por
una opción viable.
Las sociedades europeas se han ido cansando de su sentimiento de culpa que
desarrollaron en la época luego del Holocausto. La memoria de las peores
atrocidades jamás cometidas en el continente ya no tiene fuerza para que las
sociedades condenen contundentemente todos los actos de antisemitismo.
El fuerte sentimiento anti-israelí que poco a poco ha tomado fuerza en partes
de la esfera política y en la sociedad civil es fácil presa para elementos
radicales que van conduciendo la esfera europea socio-política nuevamente a sus
tiempos de oscurantismo.
MOTIVO DE ORACIÓN: Ore para que el Señor proteja a Su pueblo en las varias
naciones europeas y el resto del mundo, y que las personas involucradas en
anti-israelismo y antisemitismo puedan ver la luz del verdadero y vivo Dios.
VERSO BÍBLICO: "¡Oh SEÑOR, cómo se han multiplicado mis adversarios!
Muchos se levantan contra mí...Pero Tú, oh SEÑOR, eres escudo en derredor mío,
mi gloria, y el que levanta mi cabeza" (Salmos 3:1, 3).
(Porciones de un
artículo por Riccardo Dugulin en Ynet News, 15 de
diciembre de 2012)
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