"Solo hay un camino para todos"
Jesús declara: “Yo soy el camino”, no dice un
camino, sino el camino, el único camino para conocer a Dios como Padre.
Quizás a usted le gustaría inventarse su propio camino para conocer a Dios. La
manera en la cual cada creyente ha encontrado a Dios es diferente, pues Dios
viene a nuestro encuentro según nuestras circunstancias. Pero fue Dios quien
escogió el camino a través del cual podemos ir a él. Ese camino es Jesucristo.
El punto común de la fe de todos los verdaderos creyentes, sea cual sea su
origen, su cultura o su condición social, es que cada uno discernió en la
persona de Jesús al Hijo de Dios, y creyó en él para ser perdonado de todas sus
faltas.
El Evangelio es para todos los hombres y mujeres de todas las culturas, países
y condiciones sociales. En el tiempo de su vida en la tierra, Jesús fue el que
más luchó contra la exclusión. No tuvo vergüenza de comer con los que la
sociedad despreciaba. Citó como ejemplo la bondad de un samaritano, personas
despreciadas por los judíos. Alabó por su fe a una mujer pagana y a un
centurión romano. Le dijo a un ladrón crucificado que estaría con Él en el
paraíso. Y, aún hoy, la bondad de Jesús por los demás es ilimitada; es infinita
como el amor de Dios quien lo reveló. Jesús ama a todos los hombres y a cada
uno en particular: lo demostró dando su vida en la cruz.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6
En ningún otro hay salvación (excepto en Jesús);
porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser
salvos. Hechos 4:12
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