EL SEÑOR ES NUESTRO REFUGIO
En este año
2011, el mundo ha experimentado grandes dificultades en muchas esferas – desde
desastres naturales, guerras e inestabilidad financiera. Los líderes mundiales
están evidentemente confundidos por este tiempo de inestabilidad y caos
alrededor del mundo. Los desastres naturales por sí solos han sido
devastadores.
En Nueva
Zelanda, han experimentado terremotos; en Australia, inundaciones descritas
como apocalípticas; en Sudáfrica, más inundaciones; en Estados Unidos, tornados
más poderosos de lo normal; y en Japón, un terremoto de nueve puntos y un
consecuente tsunami, con réplicas todos los días. Ya que Puentes para la Paz es
una organización internacional con oficinas en Canadá, Estados Unidos, Reino
Unido, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda y Japón, tuvimos la singular
posición de ver y experimentar todos esos eventos de primera mano.
Mi esposo Tom
y yo vivimos en Israel, país que se encuentra en un vecindario muy peligroso.
Este año, el Medio Oriente ha sido sacudido por el caos, la guerra y disturbios
en muchos lugares. Israel ha sentido esa presión desde todos los lados,
incluyendo por parte de los palestinos cuando intentaron alcanzar su
nacionalidad en las Naciones Unidas sin realizar negociaciones directas y sin
reconocer el estado judío o abandonar el terrorismo.
Devastación:
Actualmente,
Irán y Siria, además de los grupos terroristas Hizbolá y Hamás, amenazan con
destruir a Israel. Como si eso no fuese suficiente, varias flotillas intentaron
ganar acceso a la Franja de Gaza con mercancía sin coordinarlo con Israel.
Turquía, un anterior amigo de Israel, ahora se ha tornado en su contra. La
Primavera Árabe fomenta mayor inestabilidad en la región, dejando a los analistas
israelíes dando vueltas por los más recientes cambios de gobierno, tratando de
determinar cómo impactarán a Israel y su seguridad.
Las naciones
luchan financieramente, y varios gobiernos europeos están al borde del colapso
económico. Vemos en nuestros televisores demostraciones violentas en Grecia,
motines en Londres y protestas contra las instituciones financieras en Wall
Street de Estados Unidos. Los líderes económicos se rascan las cabezas en sus
intentos por solucionar los problemas financieros del mundo.
Mientras
ocurre todo eso, los valores bíblicos son cada día menos relevantes en la
sociedad actual. Los caminos rectos de Dios parecen haberse torcido. Hay tantos
ejemplos de eso que está difícil saber por dónde empezar. Pero no abandonamos
los principios bíblicos de la noche a la mañana. Nos apartamos poco a poco
durante varias décadas, y ahora observamos los frutos.
Considere el
hecho de que en 1979, China limitó la procreación de hijos a uno sólo por
pareja. Como resultado, muchas parejas abortaban sus hijas para asegurar que su
único descendiente fuese varón quien los pudiera sostener durante su edad
avanzada. Hoy día, 32 años después, existen 30 ó 40 millones más hombres chinos
que mujeres. Esos varones no tienen con quién casarse. El balance de Dios ha
sido destruido por seguir soluciones humanas para controlar la superpoblación.
En Estados
Unidos, hay dificultad con el sistema de Seguro Social para personas de edad
avanzada. El hecho es que tenemos una población de personas cada vez más envejecida.
La población que nació después de la Segunda Guerra Mundial está alcanzando la
edad para retirarse, y los beneficios para esa población están en riesgo de ir
a la bancarrota. Simplemente no hay suficientes personas de edad productiva
para sostener a los que dependerían de ese sustento.
Considere
otro hecho. Desde 1973, sobre 53 millones de bebés han sido abortados en
Estados Unidos. Eso es más que la población en cualquier estado, incluso más
que en California (37 millones). Representa más que la suma de los dos próximos
estados en tamaño, Texas y Nueva York, con 25 millones y 19 millones
respectivamente. Si Estados Unidos no hubiera legalizado el aborto, esas
personas serían parte del grupo financieramente productivo. Su enfoque en el
placer por encima de la crianza de hijos ha creado una sociedad desequilibrada.
Nuestro mundo
hoy día se caracteriza por toda clase de inmoralidad, anarquía y violencia. El
apóstol Pablo describe la moralidad de los últimos tiempos en 2 Timoteo
capítulo 3, una lista que llena cuatro versículos. No veo nada en esa lista que
no se evidencie en estos tiempos. Sí, vivimos tiempos muy sobrios.
¡Prestemos Atención!
Los
cristianos no debemos caer en temor ni preocupación debido a esos hechos. Pero
tampoco debemos enterrar nuestras cabezas en la arena como la proverbial
avestruz, pretendiendo que todo está bien. En Su discurso sobre el final de los
tiempos (Mateo 24-25), Yeshúa (Jesús)
nos advirtió que llegarían días muy difíciles. ¡Pero también nos dijo que no
temiéramos! Lea esos capítulos de nuevo. Fíjese que Yeshúa nos dijo cómo deberíamos reaccionar en medio de esos tiempos
difíciles. Nos dijo que estuviésemos alertas, que fuésemos fieles y prudentes,
y que usáramos nuestros talentos sabiamente mientras confiábamos en Él.
Yo creo que
Dios está llamando a Sus verdaderos creyentes a una actitud de atención. Como
un buen sargento militar, nos llama con voz potente: “¡Atención”! ¿Pero cuántos
nos hemos puesto de pie para escuchar Su voz y nos hemos preparado para
obedecer Sus palabras?
Este pasado
octubre, durante la Fiesta de las Trompetas (también conocida como Rosh HaShaná), el sonido del shofar, o cuerno de carnero, se
escuchaba por todo Israel. Para mí, era la voz de Dios llamando a Su pueblo
para que preste atención a Sus caminos. No podemos ser perezosos, ignorantes ni
complacientes durante estos días tan graves. El tiempo de jugar ha terminado;
es tiempo de sobriedad y de que limpiemos la somnolencia de nuestros ojos. Es
tiempo de que nos pongamos de pie y saludemos a nuestro Rey y le pidamos
nuestras órdenes.
En el libro
de Efesios, Pablo nos exhorta a vivir en la luz del Reino de Dios y sus
caminos:
“Porque antes ustedes eran tinieblas, pero ahora son
luz en el Señor; anden como hijos de luz. Porque el fruto de la luz consiste en
toda bondad, justicia y verdad. Examinen qué es lo que agrada al Señor… Por
esta razón dice: ‘Despierta, tú que duermes, y levántate de entre los muertos,
y te alumbrará Cristo.’ Por tanto, tengan cuidado cómo andan; no como
insensatos sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos. Así pues, no sean necios, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor” (Efesios 5:8-10, 14-17). Creyente, ¡es tiempo de
que se despierte! ¡Es tiempo de que preste atención! Es tiempo para la acción.
Procuremos Su Dirección:
En Puentes
para la Paz de Jerusalén, además de tener reuniones regulares de adoración con
nuestro personal, el liderato se reúne una vez por semana para orar. Por hora y
media, cada cual comparte alguna revelación especial o entendimiento como
resultado de su momento personal de lectura bíblica y oración, además de pedir
por necesidades específicas. Entonces nos unimos para buscar la voluntad de
Dios en oración. Esos son momentos muy valiosos para mí. En muchas ocasiones
hemos experimentado la unanimidad y el poder de Dios en intercesión por Israel
y la Iglesia mundialmente.
El Salmo 46
fue citado en estas reuniones varias veces durante el pasado año. Cuando
ocurrió el terremoto en Japón, leímos: “Dios
es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se
deslicen al fondo de los mares; aunque bramen y se agiten sus aguas, aunque
tiemblen los montes con creciente enojo” (vs. 1-3). Cuando las naciones
irrumpieron en violentas demostraciones alrededor de Israel, leímos: “Dios está en medio de ella, no será
sacudida; Dios la ayudará al romper el alba. Bramaron las naciones, se
tambalearon los reinos; dio Él Su voz, y la tierra se derritió. El SEÑOR de los
ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob” (vs.
5-7).
En este
Salmo, vemos un claro cuadro sobre los tiempos en que vivimos y nuestra
constante necesidad del Señor. Algunos de los comentarios judíos y cristianos
que he leído sobre este Salmo dicen que es un salmo profético. En el comentario
judío de Art Scroll, hay repetidas
referencias a Gog y Magog y a los javlei
mashíaj (dolores de parto del Mesías) en conexión con este salmo.
Reconocemos
que vendrán muchas tribulaciones y sufrimientos a este mundo. Muchos
actualmente sufren dificultades financieras, enfermedades o tribulaciones de
distintas clases. Quizás usted asiente con su cabeza mientras lee esto.
Ciertamente, vendrán guerras y el mundo será sacudido. Pero Dios también estará
con nosotros. Me siento animada cuando leo en el Salmo 46 que no sólo habrán
momentos difíciles, sino que en tres ocasiones describe a Dios como nuestro
refugio (vs. 1, 7, 11).
En este
estudio, quiero que estudiemos el concepto de refugio usando tres palabras
hebreas a menudo traducidas a nuestras Biblias en español como “refugio.”
Majasé - Un Lugar Seguro:
El Salmo 46:1
dice: “Dios es nuestro refugio…” La
palabra hebrea usada aquí es majasé,
que significa un lugar para resguardarse de lluvia, tormenta o peligro. Cada
palabra hebrea tiene una raíz (o shoresh)
de tres letras, y cuando las analizamos, a menudo podemos encontrar mucho más
sobre el significado de esa palabra. La raíz jasé es un verbo que significa procurar un lugar de refugio y
protección, además de poner nuestra confianza en Dios.
En casi toda
ocasión que la Biblia usa majasé, se
refiriere a Dios como nuestro refugio. Vez tras vez, Dios es descrito como el
lugar a donde podemos huir para obtener protección. Él es nuestra protección.
La Biblia nos anima a que pongamos nuestra confianza en Él. “En Dios descansan mi salvación y mi gloria;
la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios. Confíen en Él en todo
tiempo, oh pueblo; derramen su corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio.”
(Sal. 62:7-8).
Por otro
lado, en casi todo lugar que encontramos la raíz jasé, hay una exhortación para que nos refugiemos en Dios. “Oh SEÑOR, Dios mío, en Ti me refugio [jasé]; sálvame de todo el que me persigue, y líbrame”
(Sal. 7:1). “Protégeme, oh Dios, pues en
Ti me refugio [jasé]” (Sal.
16:1).
Lo primero que podemos aprender de este estudio es
que existe un refugio para nuestros tiempos de tribulación. Ese refugio es el
Señor. La Biblia nos anima a que pongamos nuestra confianza en Él. Como
humanos, somos tentados a poner nuestra confianza en el gobierno, en las
cuentas bancarias, en nuestra educación, etc., pero nuestro único sitio seguro
está en el Señor Todopoderoso. La tierra puede temblar, las instituciones financieras
pueden colapsar, la guerra nos puede amenazar, pero podemos refugiarnos en el
Señor.
Miklat – Un Lugar
Preparado:
En la Biblia,
la palabra hebrea miklat significa
literalmente “ciudad de refugio.” Eran lugares seguros preparados para los que
accidentalmente mataran a otro ser humano. Un miklat se prepara por adelantado para momentos de extrema
dificultad. En tiempos modernos la palabra se usa para refugios contra bombas.
De la misma
manera en que las ciudades se preparaban en anticipación a tiempos de
dificultad, es necesario que Israel hoy día prepare refugios para sus
ciudadanos. La ley requiere que cada nuevo apartamento se construya con un miklat. Los edificios más viejos tienen
un gran refugio para ser compartido por todos los residentes del edificio. Las
ciudades preparan refugios en lugares públicos para que los ciudadanos puedan
correr a resguardarse en momentos de emergencia. Los hospitales también tienen
lugares seguros.
En nuestro
apartamento, usamos nuestro miklat
como oficina para Tom. Está construido de concreto armado, las ventanas están
cubiertas de un fuerte metal y tiene una gruesa puerta de hierro. En ciertas
ocasiones durante los 22 años en que hemos vivido en Israel, hemos escuchado
las sirenas de emergencia y hemos tenido que correr al refugio para quedarnos
allí hasta que sonaran de nuevo, indicando que ya todo estaba seguro. Durante
un reciente conflicto en Gaza, mientras entregábamos comestibles y otros
productos de necesidad en una comunidad judía, tuvimos 15 segundos para correr,
junto a cientos de israelíes, hacia los refugios cuando las sirenas nos
avisaron que un cohete venía en nuestra dirección.
La segunda
lección que podemos aprender de la palabra hebrea “refugio” es que debemos
estar preparados por adelantado con un lugar específico para tiempos de
dificultad o necesidad. Noé preparó el arca como refugio previo al diluvio.
José preparó un almacén de alimento para el pueblo en anticipación a siete años
de hambruna. Dios ordenó a los Hijos de Israel para que preparasen ciudades de
refugio. En Mateo 25, Yeshúa habló
sobre diez vírgenes invitadas a una boda. Cinco se prepararon con aceite
adicional para sus lámparas, pero las otras cinco no. Es importante que estemos
listos para cualquier eventualidad, espiritual y físicamente.
No es
suficiente tener un miklat. Uno debe
tenerlo abastecido para uso inmediato. Pero muchos usan sus refugios como
lugares de almacenamiento. Cuando venga un momento de emergencia, no lo podrán
usar porque estará lleno de cajas, cosas viejas y basura. Sin embargo, tampoco
es suficiente que simplemente poseamos un refugio si no lo usamos en momentos
de dificultad. Los que se tarden en llegar, o decidan no usarlo porque ignoran
el aviso, la destrucción les podría alcanzar de manera súbita.
Misgav – Un Lugar
Elevado:
Misgav significa un lugar elevado, un refugio en las
alturas o una fortaleza. Es seguro porque es alto e inaccesible. Un buen
ejemplo de un misgav en la antigüedad
es Masada, que se elevaba sobre la planicie desértica cerca del Mar Muerto como
una impregnable fortaleza. Esa palabra también podría tener implicaciones
estratégicas o militares. Según la Nueva Biblia de los Hispanos (NBLA), podría
ser traducida como “altura expugnable” (2 Sam. 22; Sal. 18:2) y “baluarte” (Sal. 144:2; Sal. 59:9,16,17;
Sal. 62:2; Sal. 94:22), “refugio” (Sal. 62:6; Isa. 33:16) o “fortaleza (Isa.
25:12).
“El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi
libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el poder de mi
salvación, mi altura inexpugnable [misgav]”
(Sal. 18:2). “Pero el SEÑOR ha sido mi
baluarte [misgav], y mi Dios la roca de mi refugio [majasé]” (Sal. 94:22).
Es
extremadamente importante tener una estrategia en tiempos de guerra, y la
localización podría ser un factor decisivo durante cualquier conflicto. Además,
los soldados deben estar en continua comunicación con sus líderes que
planifican la estrategia. Deben estar listos para moverse a tierras más
elevadas o para retirarse a una fortaleza cuando sea necesario. También deben
estar listos a pelear.
Nosotros
también estamos involucrados en un conflicto. Es un conflicto espiritual que
tiene ramificaciones en el mundo natural. Vemos la evidencia de esa lucha entre
Dios y el mal por todos lados. Cuán importante es que escuchemos la voz de
nuestro Señor para que discernamos Sus estrategias y obedezcamos Sus órdenes.
Un Refugio para el Necesitado:
En Puentes
para la Paz creemos que Dios nos ha llamado durante este tiempo en la historia
para que seamos parte de la estrategia divina en los últimos días. Mientras
leía todos los versos que contenían la palabra “refugio,” fui bendecida al ver
dos referencias sobre cómo Dios es refugio para el afligido y desvalido. “Del consejo del afligido ustedes se
burlarían, pero el SEÑOR es su refugio” (Sal. 14:6). “Porque Tú has sido baluarte para el desvalido, baluarte para el
necesitado en su angustia, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor.
Pues el aliento de los crueles es como turbión contra el muro” (Isa. 25:4).
Por la
providencia de Dios, existimos en el mundo durante estos tiempos tormentosos.
Fuimos escogidos para este momento en que Dios cumple Su palabra profética.
Somos privilegiados de estar entre los que Dios ha llamado para ministrar a las
necesidades de los pobres y desvalidos en Israel. Muchos de ellos son nuevos
inmigrantes a quienes Dios ha traído de regreso a su hogar durante recientes
décadas. Dios permite que voluntarios cristianos les provean un lugar de
refugio.
En Mateo 24, Yeshúa habla sobre esos tiempos. Dice: "¿Quién es, pues, el siervo fiel y
prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la
comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo
encuentre haciendo así” (vs. 45-46). Entre otras cosas, Dios ha llamado a
Puentes para la Paz para alimentar al pueblo de Israel, y hemos sido fieles en
proveerles un lugar de refugio en su momento de necesidad especial.
Hace unos
años, sentimos que el Señor nos indicaba que ayudaríamos a Israel en tiempos de
crisis. Luego de eso, abrimos un segundo centro de distribución en Karmiel, a
pocas millas de la frontera con el Líbano. Ya contamos con cerca de 500
toneladas de alimento almacenado para momentos de crisis. La ciudad de Karmiel
nos ha invitado a participar en su planificación de emergencias. Claro está,
cuidadosamente aseguramos que la comida sea usada poco a poco para que nada se
nos dañe.
¡Tiempo de Acción!
Dios suena la
trompeta, llamando a Su pueblo para que le preste atención. No es mera práctica
o marcha militar. Esto es en serio. ¿Está usted listo para ser parte activa en
Su equipo? Resumamos lo que hemos aprendido arriba.
Primero, de majasé: Tenemos que reconocer quién es nuestro refugio y confiar en Él.
Debemos constantemente mirar al Señor por Su dirección. Él es nuestro refugio y
debemos poner nuestra confianza total en Él.
Segundo, de miklat: Debemos prepararnos por
adelantado con un lugar de refugio. Debemos prepararnos en lo natural, como
hicieron los israelitas con sus ciudades de refugio. Debemos buscar en oración
que Dios nos diga cómo prepararnos. Conozco a personas que sintieron que deben
sembrar huertos y envasar comida para tiempos de emergencia. Muchos se preparan
financieramente, saldando sus deudas y ahorrando para futuras necesidades.
Otros preparan refugios, particularmente en Israel, donde la guerra es una
amenaza constante. Debemos buscar de Dios, nuestro refugio (majasé), y confiar en Él (jasé), para que nos dirija en todos
nuestros preparativos (miklat).
Tercero, de misgav: Es importante que tengamos una estrategia, un plan de guerra y una
localización. Sabemos que estamos en medio de una batalla espiritual.
Satanás intenta destruir al pueblo judío. Debemos luchar contra el
antisemitismo. También ataca la moralidad de Su pueblo. Debemos estar listos
para luchar contra el poder maligno con estrategias espirituales. Nuestra
estrategia y nuestras armas deben ser del Señor, nuestro Comandante en Jefe, y
usarlas según Él ordene.
Le animo a
que procure la voluntad del Señor en oración. Acérquese a Él. Es vital que tengamos
una apropiada relación con el Señor, quien es nuestro refugio. No ignoremos Su
dirección. Ahora es el momento para poner nuestra confianza en Él.
Por Rev.
Rebecca J. Brimmer
Presidenta
Internacional y CEO
Salmo 46
Dios es nuestro refugio [majasé] y fortaleza, nuestro
pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos aunque la tierra
sufra cambios, y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares; aunque
bramen y se agiten sus aguas, aunque tiemblen los montes con creciente enojo.
Selah
Vengan, contemplen las obras del
SEÑOR, que ha hecho asolamientos en la tierra; que hace cesar las guerras hasta
los confines de la tierra; quiebra el arco, parte la lanza, y quema los carros
en el fuego. Estén quietos, y sepan que Yo soy Dios; exaltado seré entre las
naciones, exaltado seré en la tierra. El SEÑOR de los ejércitos está con
nosotros; nuestro baluarte [misgav] es el Dios de Jacob. Selah
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